Road Races
Una vuelta por Europa- TT de la República Checa
Este año teníamos 3 semanas de vacaciones. Por las circunstancias, no pudimos organizar nada con antelación, solo teníamos la idea siguiente: ir a la República Checa para el 9-10 de agosto para ver una Road Race en Horiçe, y quizás enlazar con el GP de Brno la semana siguiente, y esto con mi moto. Esto era el plan.
Al final, una semana antes de empezar las vacaciones, conseguimos confirmar lo que íbamos a hacer, y reservamos una semana (de miércoles a miércoles) en un hotel a unos 15km de Horiçe. Así llegábamos antes para situarnos en el pueblo, el circuito, enterarnos de los horarios y de cómo iba esto, y estar listos para el día de los entrenos (sábado) y carreras (domingo).
Salimos entonces el martes 5 de agosto, y al final con las 2 motos… ya que casi no las cogemos en todo el año, por lo menos que cojan aire una semana al año que no hace daño.
La primera etapa- por nacionales, pasaba por unos 400km de línea recta, luego alguna curva, y luego entramos en Alemania. Hicimos etapa cerca de Heidelberg, solo para no ir del tirón y descansar un poco. Sin demasiada historia, aparte que me di cuenta que no me acordaba de casi nada del alemán que aprendí hace unos años, ni lo básico para decir “no hablo alemán o no entiendo”… un desastre.
Por la mañana emprendimos la marcha otra vez, todo por autopista, que tiene doble ventaja: es gratuita, y no hay límite de velocidad en muchos tramos. No que me guste correr mucho (ya lo sabéis 😉 ), pero es una delicia no andar pendiente del velocímetro. La verdad es que sorprende bastante la velocidad a la que llegan algunos coches, pero con 3 carriles hay sitio para todos y cada uno a la velocidad que le conviene.
En un rato que estaba la autopista bastante vacía, puse la SV a 170… lo máximo que la puse hasta ahora (aunque no sé si Juan la puso a algo más algún día), con las maletas y el topcase. Lo máximo que la había puesto hasta la fecha fue un ratico a 160 (o sea, 20 segundos…).
En fin, chino chano llegamos a la frontera con la República Checa, donde paramos para preguntar por la viñeta para circular por autopistas. La buena noticia era que las motos no pagan viñeta… circulación gratis por las autopistas del país. 🙂
Así que seguimos camino hasta Praga y más allá hacia Hradec Králové y luego subimos un poco hacia el norte hasta nuestro alojamiento a unos 20km de Horiçe. A unos 60km de Polonia. El GPS nos llevó hasta el alojamiento por el camino más directo, pero no las mejores carreteras! Aunque lo importante fue que llegáramos, porque si no fuera por el GPS todavía estamos dando vueltas (que tampoco sería tan desagradable la verdad…).
El hotel estaba situado arriba de un pequeño monte con bosque, con bonitas vistas desde la terraza, ideal para la cervecita al sol del atardecer.

Los dos primeros días los pasamos entre descanso, vueltas en moto por la zona, y descubrimiento del circuito. El circuito es una pasada, con subidas y bajadas, una parte en el pueblo, otra en el bosque, es adictivo. Incluso sin correr. Dijimos de dar una vuelta para ver dónde nos podíamos poner para hacer fotos chulas el sábado (entrenos), iba yo delante… empezamos la vuelta, y llegada a mitad del circuito me acordé de porqué estábamos dando vuelta. Al final acabamos dando una cuantas vueltas…

El viernes, mientras visitábamos el pueblo andando, nos encontramos con un señor, con él que Juan empezó a hablar; se llamaba Georges, era inglés afincado en Alemania, tenía 69 años y había venido con su Triumph a ver la carrera. No tenía alojamiento y la oficina de turismo le había recomendado el hotel donde nos alojábamos. Como el señor no tenía GPS y que no teníamos nada especial que hacer, nos propusimos para acompañarle hasta el hotel. Lo encontramos más tarde en la terraza después de su cena y antes de la nuestra, y estuvimos charlando hasta tarde.
El sábado era día de entrenos. Las carreras las organizaban el motoclub del pueblo, las SBK y SSP eran parte del IRRC, International Road Races Championship, campeonato organizado por alemanes, holandeses y belgas mayormente (www.irrc.eu ) y que consta de 6 circuitos en el continente. La mayoría de los circuitos (carretera) son bastante parecidos a circuitos (anchos, más seguros que las carreteras de Road Races irlandesas). Muchos pilotos toman parte en este campeonato para poder después participar en carreras en la Isla de Man.
Pero habían más carreras, de Clásicas (175, 250, 350, 500, 750 cm3) y side-cars.

La carretera cerraba a las 8h, por lo tanto había que llegar bastante temprano. Nos pasamos un poco de temprano y llegamos casi antes que los comisarios en el punto donde habíamos decidido empezar el día.
Lo bueno de este circuito es que te puedes mover de un punto a otro por el interior. Hay muchos puntos para comer y beber en todo el circuito.
Donde nos situamos por la mañana, en “Na Dachovech” estaba muy bién para hacer fotos, que era lo que nos interesaba (mejor hacer fotos en entrenos y ver las carreras…).
Slanec Martin
Ronald Neef
Jiri Prucha
Antonin Plevak
Michal Dokoupil
Holoubek Martin
Sammy De Caluwe
Karel Brantner (?)
Nico Huller
Jochem Van den Hoek
Foti Psomadakis
Matti Seidel
Didier Grams
Kamil Holan
Leos Hlavacek

Radomir & Jiri SIMEK
Jan Polivka & Zdenek Sedlacek
Richard BILY & Jiry NESPESNY
A la hora de comer nos movimos hasta el paddock para comprar algo de beber y buscar otro sitio para los siguientes entrenos. Después del picnic estuvimos explorando los diferentes sitios para el día siguiente. Peor situados para hacer fotos aunque algunos sitios mejores para ver carreras.
La tarde finalizaba con la primera carrera de Clasicas 175-250cm3. Los pobres pillaron lluvia cuando había hecho buen tiempo en todo el día, con estas condiciones de pista chungas de mojado en algunos puntos y seco en otros.
Después de la carrera volvimos hacia el paddock para comprar la entrada (el equivalente de unos 10€) que se puede comprar en algún punto del circuito o que pasan a cobrar en los diferentes puntos del circuito antes y durante las carreras. El acceso al paddock también era de pago (tuvieron problemas de robos hace unos años).

Fuimos a cenar y tiramos temprano para el hotel, ya que al día siguiente tocaba madrugar otra vez (algo menos que el sábado ya que sabíamos adónde ir).



Llegamos al circuito sobre las 7h30, y fuimos andando hacia la curva que habíamos previsto, en la parte de fuera de “Dachovské Esico”. Un buen punto de vista, final de una recta y 2 curvas encadenadas.
Estuvimos viendo desde allí, en la sombra, las 3 primeras carreras del día: Supersport, Clasicas 350 y Superbike.



Después de cada carrera paseaban alrededor del circuito en un pick up a los Tres del Podio, así todos los podíamos ver, no solo los que tenían acceso a la zona de Paddock.
Luego y coincidiendo con la pausa para comer, nos tuvimos que mover porque daba el sol de frente y empezaba a hacer mucho calor. Nos volvimos a meter en el interior del circuito y buscamos un sitio donde comer y beber algo. No tenían coca cola fresca (lo único sin alcohol que supiéramos pedir en Checo jejeje) y nos dieron una bebida/soda de frambuesas de allí que era muy rica y refrescante.
Nos metimos otra vez en la parte exterior del circuito, después de “Stasovo Esicko”, en medio de la recta. Desde allí vimos la carrera de sidecars. Los sidecars eran muy variados, el más antiguo de 1963 y los más recientes del… 1978… La carrera en sí no era muy espectacular ya que los niveles eran muy disparates, pero las posturas que cogen los “paquetes” son flipantes.
Tras la carrera seguimos nuestro paseo por el circuito para posicionarnos donde nos había recomendado el amigo Georges, en el exterior de la curva “Lukavecky Vracak” para ver las 3 últimas carreras: Supersport, Clásicas 500/750cm3 y Superbike.
Por lo visto era un sitio muy concurrido por los lugareños. Hay unas vistas tremendas a una serie de curvas. Habíamos previsto no hacer más fotos pero no pudimos aguantarnos 😉 . Un accidente en la carrera de Clásicas retrasó la última carrera, y mucha gente se fue, dejándonos buen sitio para la última carrera.








El circuito es una pasada, permite hacer fotos de bastante cerca sin tener material profesional, y disfrutar de las carreras. Los pilotos son muy cercanos al público (había muchos pilotos Checos y los Checos tienen mucha afición a las carreras de moto), se nota muy buen ambiente y el público es bastante familiar.
La frustración que tuvimos fue no poder comunicar con la gente, que no hablaba inglés y nosotros después de una semana sabíamos decir en checo “Dobry dén”, “Prossim”, “pivo”, “voda” (buenos días, gracias, cerveza, agua) y poco más… lo que reduce bastante las posibilidades de conocer a la gente.
Lo mismo en las gasolineras, donde siempre la gente pregunta a los moteros lo típico de dónde venís, adónde vais… pues allí ni sabíamos lo que preguntaban y tampoco podíamos contestar…
En fin, se acabó lo bueno, fuimos a cenar al pueblo y regresamos al hotel, sin antes hacer una foto a la Luna llena.

Al día siguiente tocó lluvia todo el día, descanso en el hotel y búsqueda de un sitio donde ir 2 días después cuando se acababa la reserva, ya que no habíamos planeado nada pero tampoco teníamos ganas de volver a casa. Nos pasamos el día con el mapa (República Checa, Austria, Alemania, Benelux) y el móvil a buscar dónde había curvas y dónde quedarnos.
Al día siguiente decidimos ir a dar un paseo por unas montañas cercanas en la frontera con Polonia.

Dimos un buen rodeo, no encontramos demasiados paisajes dignos de fotografiar, pasamos por Polonia donde hicimos todos los kilómetros atascados detrás de coches que iban a 50 por hora sin posibilidad de adelantar, y acabamos (sobretodo Juan) reventados tras unas 9 horas encima de las motos sin demasiado disfrute.

Al día siguiente ya tocaba dejar la República Checa… Pero no tocaba volver aun…
Continuará…
V’s
Paseos
De curvitas por Les Vosges
Lo peor (creo) de la región de París es que no hay curvas. Está todo plano, solo hay campos de remolacha (con sus extraños avisos),

y gendarmes escondidos en bosques con prismáticos multadores…
Para escapar de esta zona de “no-curvas”, aprovechamos un fin de semana de 3 días para ir en búsqueda del divino tesoro: curvas.
Salimos el viernes después de comer, con tranquilidad, para recorrer unos 400km… de línea recta, hacia el Este, dirección “Les Vosges”, pequeña zona montañosa (Reserva Natural) casi en la frontera con Alemania (en “Alsacia”, región que fue alemana entre 1870 y 1914/18). Y quién dice “montañas”, dice “CURVAAAAAS”.
Llegamos reventados al final de la tarde, reventados por tanto aburrimiento de carreteras rectas en medio de campos…
Tras una buena cena “ligera” de la zona- con el queso Munster tan suave y ligero, nos acostamos pronto para poder disfrutar del día siguiente.
Había previsto un itinerario, pero nos perdimos varias veces, y como nos daba igual porque la idea no era ir a un lugar en particular, sino disfrutar de la carretera, pues más o menos esto hemos recorrido…
Memorial “Le Linge”– batalla de la 1era Guerra Mundial, donde se enfrentaron tropas francesas y alemanas entre el 20 de Julio y el 15 de octubre de 1915- 17000 muertos.



Los colores de primavera eran muy bonitos, pero no se aprecia mucho porque la luz era muy rara, había muchas nubes pero el sol no estaba muy lejos, y no salen muy bien las fotos.

Habitantes de la zona…:

Carretera entre Grand Ballon (pico mas alto de la zona) y Cernay.










Volviendo hacia el hotel:


Hicimos unos 200km más o menos, dando vueltas… para recargar baterías antes de emprender el viaje de vuelta al día siguiente… 400km de línea recta en medio de campos aburridos, y además rodeados de todos los domingueros parisinos volviendo de fin de semana…
Pero el viaje valió la pena…
V’s
Viajes
Crónica de Viaje de Novios- Tercera semana
Si os habéis perdido la primera semana es aquí:
Crónica de viaje de novios- Primera semana
Y la segunda aquí:
Crónica de viaje de novios- Segunda semana
El lunes teníamos que emprender otra vez ruta, para nuestra tercera semana, en el Sur de Irlanda. 547km, 6 horas según Google…
Aquí el mapa completo de la ruta por Irlanda (sin contar las pequeñas rutas en cada zona):
Ruta sin incidente, algún chaparrón, cortos pero numerosos, alguno un poco fuerte!!! Un poco de estrés porque no habíamos repostado antes de salir (culpa mía) y hemos hecho más de 100km sin ver una gasolinera… hasta que Juan tuvo la buena idea de enchufar el Tom Tom (donde había tenido la buena idea de registrar las gasolineras antes de salir…) y de salir de la autopista. Llevaba en la reserva más de 20km, 230km recorridos desde el anterior repostaje…
Llegamos a nuestro destino Killarney, co. Kerry, hacia el final de la tarde, bastante cansados por el viaje y la lluvia. Esta vez estábamos en Bed & Breakfast.
Al día siguiente vimos allí también unos bonitos paisajes con la carretera de “The Ring of Kerry”, una carretera con muy bonitas vistas, montañas, mar y lagos también…
por desgracia algún tramo está realmente en estado lamentable y los últimos 60km atascados detrás de un coche a 60km/h y luego un camión, sin posibilidad de adelantar acabó con nosotros muertos después de casi todo el día en moto…





Nuestro último día fue lluvioso, así que aprovechamos para ir de compras “recuerdos” por el pueblo, que era muy turístico.
Nuestro mejor momento fue nuestra primera noche en un pub, con una buena charla con un lugareño.
Por desgracia se van acabando las vacaciones, y el tiempo es triste.
Salimos el jueves por la mañana con destino Rosslare, 260km, 3h30 según Google. Un poco más en realidad, con lluvia casi toda la mañana. Paró justo antes de comer, en Waterford, y conseguimos llegar bastante secos.
Los propietarios del ultimo B&B eran muy acogedores (además de ser moteros). Para la cena fuimos a un pub cercano que estaba a reventar de gente (19h), así que para hacer tiempo (no teníamos hambre todavía) nos tomamos nuestra última pinta de Guinness para Juan y Bulmers para mí.

La cena fue muy buena y las camareras muy simpáticas. Tanto que volvimos allí al día siguiente para comer antes de coger el ferry.



El viaje de vuelta fue para mí (y por lo tanto para Juan) bastante menos agradable que la ida, el mar estaba un tanto agitado y me puse malita…
A la llegada a Cherbourg, nos tuvimos que volver a acostumbrar a conducir por la derecha, y volver a las viejas costumbres… un pobre Irlandés apenas desembarcado habrá pagado por las buenas costumbres francesas… primera vía de 2 carriles limitada a ¿? (no ví la señal), nos cruzamos con un motero que nos hace señas que ralenticemos. Segundo tramo de 2 carriles limitado a 90 (no se sabe porque), respetamos el limite… y llega un coche irlandés que nos adelanta a 110-120…. De golpe salen de la nada dos gendarmes en moto y lo persiguen y le obligan a acompañarles en la siguiente salida… Welcome to France!!! Bienvenidos de vuelta a la realidad, fin de las vacaciones…
Llegamos a casa sin problema por carreteras aburridas, y un día de sobra para descansar.
Me acordaba de Irlanda como un país muy bonito y gente muy acogedora, y he vuelto a encontrar un país maravilloso con gente maravillosa… esperamos poder volver pronto.
Viaje de novios: 3599,3km de felicidad.
V’s
Road Races
Crónica de viaje de novios- Segunda semana
Después de una primera semana de viaje de novios en el Connemara, el lunes siguiente, con la cabeza llena de paisajes, salíamos por unos 380km- más o menos 6 horas de ruta.
Las carreteras irlandesas son muy variadas: tenemos tramos de Nacionales muy muy anchos, con sitio para 3 coches y un arcén tan ancho como un carril, de cada lado, lo que hace que la gente adelanta aunque vengan coches de frente (lo que es un tanto sorprendente…). Los vehículos más lentos en general se echan al arcén para dejar pasar a los otros. En general la gente lo agradece poniendo las luces de emergencia.
Luego tenemos carreteras, también “Nacionales” mucho más estrechas, sin arcén, pero que también están limitadas a 100km/h! Solo un enfermo iría a esta velocidad por estas carreteras! Bueno, se mata vamos! A menudo la parte más a la izquierda está en muy mal estado y más vale ir por la parte derecha del carril.
Finalmente, hay tramos realmente en muy mal estado, con socavones y baches para romper la horquilla, la espalda y todo lo demás, a menudo también limitados a 100. Visto el estado de las carreteras marcadas en rojo en los mapas Michelin, hemos intentado evitar las marcadas en blanco (salvo error de orientación 😉 ).
También hay que contar con lo obligatorio de Irlanda: las ovejas… que fácilmente puedes encontrar cruzando una nacional limitada a 100km/h en buen estado.
Todo esto (menos los baches a acabar en el suelo) hace el encanto de Irlanda…
Entonces ya nos vamos camino de Irlanda del Norte, que no conocía (la última vez que estuve en Irlanda las cosas allí no estaban muy para hacer turismo. Por suerte los tiempos han cambiado). Ruta sin demasiado problema y sin lluvia. Llegamos a final de la tarde a Armoy, destino de nuestra segunda semana, también con una casita de alquiler. Esta vez unas antiguas cuadras transformadas en casitas. La nuestra era muy chula.
Después de una visita al pueblo para comprar algo para sobrevivir la noche, descansamos un rato. Ya iremos a comprar al día siguiente a Ballymoney.
A la tarde siguiente visitamos el Jardín Memorial de Joey Dunlop y de su hermano pequeño Robert, que nacieron en Ballymoney: el ayuntamiento, entre otros, les homenajearon con este bonito jardín.


El miércoles hicimos la única visita turística de la semana, por falta de tiempo. The Giant’s Causeway (La Calzada de los Gigantes) es un sitio protegido y muy particular con unas formaciones rocosas muy especiales de origen volcánico y puestas al descubierto con la erosión.
Bueno, a la vista de mi descripción tan aburrida, mejor dejo hablar las fotos…




Por la noche en el pueblo había un show de motos de colección organizado por la AMRRC, el club que organiza la “Road Race” desde hace 4 años en este pequeño pueblo, y razón principal de nuestra elección como destino de nuestra segunda semana.
Armoy es el pueblo donde vivía Joey Dunlop, su hermano Jim y sus amigos Frank Kennedy y Mervyn Robison, que formaban la llamada en la época “The Armoy Armada”, 4 amigos con pasión por la moto y muy buenos pilotos. Armoy era por aquel entonces el lugar de puesta a punto y entrenamientos (ilegales claro) para las carreras. El pueblo ha dedicado un parque a su memoria (el único que sigue vivo es el hermano Jim Dunlop), con una estatua de una moto y una reproducción en el suelo de los circuitos de Armoy y de la NorthWest 200.


Hace 5 años, el Club dirigido por el hermano de Frank Kennedy, Bill Kennedy, decidió de organizar una Road Race en el circuito que utilizaba “The Armoy Armada”.
Aquí estamos entonces viendo bonitas motos, en un ambiente familiar (todo el pueblo está allí) y la gente del club súper acogedora y simpática, que nos invitaron al café/bocata, y luego a ir al pub de enfrente donde hemos podido charlar con unas cuantas personas muy majas.
El jueves fuimos hasta el Museo de Ballymoney donde había un homenaje a “The Dromara Destroyers” 4 hombres de un pueblo vecino que en los tiempos de Joey Dunlop competían en carreras contra “The Armoy Armada”. Seguimos con una visita al Museo donde había una exposición sobre Joey Dunlop y las Road Races en general.
Para terminar guapamente, fuimos a hacer una visitilla al Pub de Joey Dunlop, que sigue siendo de la familia y el hijo mayor de Joey estaba en la barra.

Por fin llega el viernes… día de entrenos.
Por la mañana fuimos primero a hacer unas fotos a “The Dark Hedges”, una carreterucha bordada de hayas, que el fotógrafo Stephen Davison inmortalizó en su precioso libro “Between the Hedges” (altamente recomendado para los fans de Road Races o para hacerse fan).


Después de una buena sesión de fotos y una comida tranquila, fuimos hasta el pueblo y andamos por el circuito para intentar llegar a la última curva antes de la línea de meta. Por desgracia nos dejamos sorprender por el anuncio del cierre de las carreteras mientras estábamos paseando por el paddock.

Empezamos a correr para llegar hasta la curva en cuestión, pero es demasiado tarde, así que paramos en un campo abierto a los espectadores con un bar y un camión de fish & chips. Al final no está tan mal!
Los entrenos duran toda la tarde, la velocidad es impresionante. Hay un ligero bache en curva leve delante de nosotros, que hace que los pilotos pasan literalmente a una rueda en este punto. Pero lo más impresionante es la velocidad a la que van en ESTA carretera! Con sus bocas de alcantarilla, los postes de electricidad, los baches, y las no-escapatorias por los lados…
Guy Martin

Nos lo pasamos pipa haciendo fotos, una tarde estupenda con bastante gente que se para a hablar con nosotros, los vecinos que te invitan a una cerveza…
Hacia el final de la tarde, por desgracia empezó a llover, un buen chaparrón de más de una hora que obligó la organización a parar los entrenos, y finalmente a posponerlos al día siguiente. Volvimos al paddock bajo la lluvia (de hecho, teníamos acceso por el interior del campo cuando la carretera estaba cerrada…) mientras decidían qué hacer con los entrenos. Allí vimos a Guy Martin y Michael Dunlop (que conociéramos vamos), todo está abierto al público, se pueden ver a los pilotos y las motos sin problema.
Una vez la carretera abierta otra vez, pudimos volver para cenar y descansar, para estar frescos para el gran día.
Sábado es el gran día. Salimos con antelación esta vez, para no hacer la misma tontería del día anterior con el cierre de las carreteras. Encontramos un sitio estupendo en “Acheson’s Leap” con una vista tremenda a un cambio de rasante…
Charlamos con nuestros vecinos de muro (estamos en un terreno en venta, detrás del muro del jardín, a 2 metros de la carretera) mientras esperamos a que empiece.
El día empieza con los entrenos que no pudieron hacer el día anterior por la lluvia. El día es soleado, con buena temperatura 23-25°C, y alguna nube de vez en cuando.
En este punto también la velocidad es impresionante, y los saltos también, es genial. Estamos realmente cerca de los pilotos.
Y por fin empiezan las carreras, 10 en total. El número de vueltas de alguna carrera ha sido reducido para poder hacer los entrenos que faltaban y luego las carreras.
Las carreras son simplemente impresionantes, de locura, la velocidad, las condiciones de la carretera, la proximidad, el ambiente. Para mi gusto realmente mucho más apasionante que MotoGP (tampoco es criterio de excitante últimamente…) o Superbikes, o cualquier otra carrera que haya podido ver en circuito. Además de ser mucho más fácil para hacer fotos chulas sin tener una cámara profesional 😉 .
Nunca he dicho tantas veces “buahhhh” en vida… el viernes y el sábado, nuestros vecinos nos preguntaban “es vuestra primera vez no?” 😀
Ahora las fotos:
Doc John
Guy Martin 
Davy Morgan
Andy Farrell
Jamie Hamilton
Rodney Patton & Jeremy Mc Williams
Michael Dunlop
Davy Morgan
Derek Mc Gee

William Dunlop
Michael Dunlop
Lo único “malo” es que como no conozco (todavía) los pilotos, no es lo mismo para seguir la carrera que cuando conoces y esperas a que tal o cual pase y vuelva a pasar. Pero en cambio, aprovechas bastante el espectáculo, los saltos, los adelantamientos, las acciones de carrera, también si los tíos no son los mejores (bueno, se veía igualmente bastante la diferencia de nivel entre los primeros y los últimos).
En resumen, por la proximidad, la velocidad, el ambiente, para mi es la mejor manera de vivir las carreras de motos. Armoy es una “pequeña” carrera, el circuito es corto (3.03miles = 4,9km), organizada por gente del pueblo (también pequeño: 414 habitantes según la Wikipedia), muy bien organizado, y los pilotos no tienen la presión del TT de la Isla de Man y son probablemente más accesibles.
La gente de allí nos dijo que, aparte de volver a Armoy 😉 , teníamos que ir al Ulster Grand Prix (mas que la NorthWest 200 que es más turística), y claro, al TT de la Isla de Man.
Los pilotos son chicos y hombres de todas las edades, y gente apasionada realmente. Visto el importe de los premios, hay pocas posibilidades de vivir de ello; más bien deben de gastarse bastante más de lo que ganan… un hombre de allí nos dijo que algunos pilotos devuelven el importe de los premios a los clubs organizadores.
En fin, esperamos poder volver pronto…
Las carreras terminaron sobre las 17h, la carretera volvió a abrir y fuimos a dejar nuestros bártulos antes de volver al pueblo a por un par de pintas o tres… Allí otra vez charlamos con gente muy maja durante un par de horas o tres… antes de finalmente decidir ir a casa. Al pasar delante del segundo pub del pueblo, un chico con él que habíamos charlado antes en el otro pub nos llama. Cruzamos. Michael Dunlop estaba allí tomando una cerveza y charlando y pudimos charlar un rato con él, y hacernos una fotos muy malas con el móvil (el móvil no se decidía a hacer la foto). Una charla muy simpática con un chico muy majo.
En fin, tuvimos que volver a casa… sin muchas ganas…
El domingo llovió casi todo el día… así que aprovechamos para descansar…
El lunes teníamos que emprender otra vez ruta, para nuestra tercera semana, en el Sur de Irlanda. 547km, 6 horas según Google…

Continuará…
Viajes
Crónica de viaje de novios- Primera semana
Este año 2013 nuestras vacaciones eran un tanto especiales ya que hacíamos nuestro Viaje de Novios. Destino: Irlanda. Porqué? Yo he ido 3 veces a Irlanda (cuando era joven), la última por una temporada de 7 meses cuando era estudiante como « chica au-pair », y tenía tan buenas memorias que me había prometido volver algún día. Y tenía ganas que Juan conociera también a este país para poder compartir con él mi amor por este país. Era la ocasión!
Habíamos previsto ir con las 2 motos, también era la ocasión dados los gastos multiplicados.
Hemos tardado un poco en la preparación del viaje, compra de maletas para la SV, puesta al día del mantenimiento de las motos, preparaciones diversas para el viaje, listas interminables de cosas que no tenemos que olvidar (eso soy yo…).
Antes de conocer a Juan siempre tenía mis cosas listas con mucha antelación… pero desde hace ya un tiempo, siempre acabamos haciendo la maleta en el último momento (bueno, pero con la lista eh, tampoco hay que exagerar 😉 ) la mañana de la salida, y al final, siempre acabamos saliendo a eso de las 11h…
Por fin, esta bonita mañana de sábado 13 de julio, ya estamos listos, a eso de las 11h pues (ni hecho a posta oiga)…
La idea para la ruta era evitar los peajes y coger la Nacional 12 en Versalles, y luego pasar por Evreux, Dreux, Lisieux, Caen, y hacer noche en Bayeux. Tenía mi GPS activado, en forma de papel pegado al depósito (no hemos conseguido encontrar un “portamapas” con imanes para poner en el depósito, solo bolsas sobre depósito enormes…), y Juan se encargaba del verdaderos GPS en forma de Tom Tom regalo de mi suegro (gracias!), en caso de avería del mío 😉 , que nos ha sido muy útil la verdad.
Viaje tranquilo y aburrido, con parada bocata en un área de descanso, tiempo ideal, sol pero no demasiado calor, estamos de vacaciones!
Llegamos a Bayeux a mitad de la tarde para refrescarnos un poco y visitar la Catedral antes de ir a cenar…


Cena demasiado larga en llegar, y aunque habíamos previsto ir a ver los fuegos artificiales (el 14 de julio es fiesta nacional), estábamos tan cansados que nos hemos quedado dormidos… los oí en mi sueño… Juan ni eso…
A la mañana siguiente salimos después del desayuno y de la instalación de las maletas varias, dirección Cherbourg donde nos esperaba el ferry.
Llegamos (demasiado) temprano, tuvimos que hacer tiempo antes de comer unas copiosas pizzas. Para luego ir hacia el puerto de embarque donde llegamos 2 horas antes, y estuvimos esperando con todos los demás (coches, caravanas, autocaravanas, motos, camiones…)… y cabremos todos?
Más o menos una hora antes de la salida, nos llaman para el embarque, las motos primero. No nos dimos cuenta enseguida pero nos separaron para aparcar, mi moto en la fila de la izquierda, y la de Juan en medio. En principio no es un mayor problema, pero cuando entre ambos hay 3 filas de coches aparcados los unos contra los otros, no es muy práctico para llegar hasta el otro cargado con las maletas… En fin. Cuando llegamos nos dicen « tenéis las cinchas y las calzas, apañaros ». Menos mal que estaba una pareja de Belgas muy simpáticos delante de mí y me ayudaron a atar la moto al suelo (bueno, más bien la ataron ellos…). Después de sacar las maletas y el baúl, fui a ver cómo andaba Juan. Problema con su moto: cuando le pone la cincha atando a la izquierda, la moto se cae hacia la derecha. Probamos atando por la derecha, también se cae hacia la derecha… Desesperados, llamamos a un empleado del ferry… con un par de calzas o tres debajo del basculante la moto ya no se mueve. Menos mal… Al final conseguimos reunir todas nuestras cosas (2 maletas, 1 baúl, las alforjas, 1 mochila, 2 cascos…) y llegar a nuestro camarote. Todo lo que no habíamos sudado en la ruta gracias a las temperaturas ideales lo hemos sudado en media hora en la bodega del ferry… un horror…
Después de una buena ducha, nos damos un paseo de visita al ferry. Primero los puentes exteriores para ver el ferry salir del puerto y llegar en alta mar. La mar era muy calmada y todo el mundo estaba en los puentes exteriores.
El viaje en ferry (16 horas ni una menos) fue muy agradable, el ferry está muy bien equipado para hacer el cruce llevadero: cafés, pubs, restaurantes, un cine, una tienda… todo con precios normales (podrían abusar como en otros sitios ya que no tienes más remedio… pero no es el caso).
Hemos tenido de bonus una bonita puesta de sol, la compañía de 3 alcatraces que seguían el ferry, una cena “bocata” en el puente en “solitario” (con viento, eso sí…) y nuestra primera Guinness en el pub a la luz de la luna… aun con un mar plano que ni nos dábamos cuenta que estábamos en medio del mar navegando.


Después de una noche tranquila llegamos a la hora prevista en Rosslare, co. Wexford, República de Irlanda.
Bajamos a la bodega, desatamos las motos (yo con la ayuda de la simpática pareja de Belgas de delante), mi asiento un tanto deformado por las cinchas a pesar de las protecciones pero bueno… ponemos maletas, baúl etc… y bajamos del ferry bastante rápido (personal muy eficaz la verdad).

Después de una parada a pie de ferry para terminar de vestirnos de moteros, por fin empezamos la ruta, por la izquierda claro… lo más complicado siendo las (numerosas) rotondas. No que te vayas a equivocar de sentido, sino sobre todo para acostumbrarse a mirar hacia la derecha antes de salir, no a la izquierda…
Teníamos un buen tramo de ruta que recorrer ese día ya que íbamos directamente hacia el Connemara, punta Oeste de Irlanda (Rosslare estando al Sur Este). No tanto en kilómetros (370) sino que, en Irlanda, según las carreteras, y contando las paradas cada 150-200km para echar gasolina y descansar el culo, los kilómetros se convierten rápido en muchas horas. Y sabiendo que el ferry llegaba a las 11h30, y contando el tiempo de desembarcar y encontrar un sitio donde comer algo rápido, no podíamos tardar mucho en continuar para no llegar demasiado tarde y poder cenar algo antes de que todo cerrase.
Efectivamente, al final llegamos a eso de las 20h30, sin lluvia, pero con viento lateral en buena parte de la ruta, por nacionales más o menos anchas, un mini tramo de autopista, y un buen atasco para rodear Galway.
La llave estaba en la puerta. Descargamos corriendo todas las maletas/alforjas y sin cambiarnos, cogemos las motos y bajamos al pueblo (unos 3km de carretera de campo, con una parte apenas reasfaltada “a la francesa”- es decir con gravilla…).
Aparcamos en lo que parecía la calle principal y dimos una vuelta a todos los pubs (casi lo único que había en la calle). Las cartas se parecían y no eran precisamente baratos. Nos dimos cuenta luego que el pueblo vive del turismo principalmente y aprovecha…
Al final nos decidimos por uno de los pubs, escogimos bien, tenía una vista muy bonita a la bahía, el servicio fue agradable, la comida buena (no muy copiosa para Juan), un poco caro… pero bueno, pudimos cenar que era lo importante.
La verdad es que estábamos un poco cansados de la ruta así que volvimos directo para instalarnos. Habíamos cogido un alquiler para la semana. Eran unas casitas adosadas, que durante la ocupación inglesa eran las casas de los guardacostas (y sus familias). En el momento de la Independencia el sitio fue quemado. El actual propietario las reconstruyó enteritas y las alquila para las vacaciones. La vista a la bahía es tremenda, desde la habitación y el salón. El sitio es de ensueño.
El alojamiento:

La vista :

Y al propietario le gusta mucho charlar y contar anécdotas sobre la historia del lugar y de la región, lo que es muy agradable.
La primera semana fue cuando más kilómetros recorrimos, en forma de vueltas por el Connemara y hacia un poco más arriba, county Mayo. Tres días seguidos hemos hecho unos 180-200km al día, casi todo el día encima de la moto.
El Connemara es un lugar muy bonito, mágico. Estamos rodeados de montañas que parecen terciopelo verde, con vegetación montañosa, unos lagos de montaña, y sin embargo estamos al lado o a unos kilómetros del océano. Para resumir, rulábamos, nos parábamos para hacer fotos, rulábamos, parábamos para hacer fotos, y así todo el día… El buen tiempo nos acompañó toda la semana, 23-25°C de media durante el día, siempre con un poco de aire fresco, y una punta a 30°C el ultimo día de “vuelta”, demasiado caluroso y no muy práctico cuando parábamos… obligados a quitarnos la chaqueta para no morirnos de calor.
Paro aquí un rato las descripciones para dejar sitio a las fotos…
1er día : Sky Road- Clifden

2° día
Ballyconneely
Roundstone
Bog Road
Coral Beach
3er día
Cerca de Leenane
Lough Corrib
Lough Mask

Lough Nafooey



4° día
Doo Lough (lo llamamos «el lago de los tábanos»- Juan todavía tiene cicatrices…)
Westport Bay 
Croagh Patrick
Atardecer y luna en Sky Road:



Solo decir que los 2 últimos días los hemos disfrutado no haciendo nada aparte de visitar los pubs del pueblo y aprovechar un poco la Guinness para Juan y la Bulmers/Magners (sidra) para mí.


Al lunes siguiente, con la cabeza llena de paisajes, salíamos por unos 380km- más o menos 6 horas de ruta.
V’s
Viajes
Champagne
El último finde de octubre, con un fin de de 3 días por delante, decidimos salir de paseo con las motos, como a mí me gusta, con tiempo para parar a hacer fotos.
Al principio estaba previsto ir con las 2 motos, pero un problema de fuga de liquido refrigerante de la SP2 lo impidió y tuvimos que ir los 2 en mi moto.
El destino del finde era la ciudad de Reims, en la región donde hacen el “Champán” – la Champagne, denominación de origen.
Lo malo de Paris y sus alrededores, es que es todo llano, sin curvas, todo recto. Así que la ruta en sí para llegar a los sitios nunca es demasiado interesante. Aun así, seguimos con las buenas costumbres de evitar autopistas.
Salimos el viernes tranquilamente después de comer, el día era muy nuboso, de esas nubes muy bajas que parece que está anocheciendo durante todo el día. Pero por lo menos no llovió. Teníamos unos 180km por recorrer; la ultima parte en medio de viñedos y con alguna curva (desde que estamos en Paris, siempre las vamos contando…).
Nos quedábamos a unos 20km de la ciudad de Reims, en una “chambre d’hôtes” o “Bed & Breakfast”, de una gente muy maja y acogedora (y además moteros)- muy recomendable para pasar alguna noche para visitar los alrededores.
Llegamos con el tiempo suficiente para que nos indiquen un sitio para ir a cenar a unos kilómetros. También recomendable.
El sábado amaneció con un sol estupendo, pero con un frío de co***. Cogimos la moto hasta Reims, donde paramos para visitar la Catedral.


Fuera, soplaba un viento helado. Juan estaba congelado (yo llevaba mas capas que una cebolla…). Después de una parada técnica té\chocolate caliente para entrar en calor, y de un paseíto por los alrededores de la Catedral,


fuimos a comer.
Por la tarde fuimos a ver el pequeño Museo del Automóvil, fundado hace unos cuantos años por un diseñador de Renault (Charbonneaux) con su colección personal que luego fue completada con adquisiciones del Museo y coches privados prestados. No es muy grande pero tiene cosas interesantes. Poquitas motos, eso sí , algunas en bastante mal estado.
1er vehículo de vapor:

Citroen Maseratti

Un tándem con motor y sidecar…

Después del Museo, decidimos ir a ver la Ciudad de Epernay, donde están la mayoría de las sedes de las más famosas marcas de Champán. Llegamos ya un poco tarde para poder visitar alguna cava. Después de cenar y de perdernos por la «Montaña de Reims» (a cualquier cosa llaman montaña), ya de noche, conseguimos volver donde nos alojábamos, completamente congelados.
Al día siguiente ya tocaba volver, aunque sin prisa. Aprovechamos la mañana para ir en busca de un Molino que habíamos visto en una foto y en un cuadro en el alojamiento. Encontramos el dichoso molino y paramos un buen rato en medio de los viñedos coloridos.




Seguimos la ruta por «la Route du Champagne», que pasa en medio del «monte» por delante de unas cuantas cavas de Champán.


Paramos en el pueblo de Gueux.
Allí hace unos cuantos años se corrieron carreras: Primera vez «Grand Prix de la Marne» en 1926, 1er Grand Prix de France en 1938, primera carrera oficial de Formula 1 en 1950 – última carrera de Fórmula 1 en 1966, y última carrera en 1972 del Campeonato francés de Motociclismo.

Una asociación local ha arreglado la zona de los boxes y las gradas de la línea de llegada.



Tras una cuantas fotos mas (la mayoría no han salido ya que mi cámara- la de siempre, de carretes, ha decidido dejar de funcionar correctamente y los colores salen fatal- así que la mayoría de las fotos son de mi móvil…), tuvimos que decidirnos en ir a comer y emprender el camino de vuelta…

En conclusión: es una zona preciosa para ir de paseo y hacer foticos, volveremos. Eso sí, cuando haga menos frío…
V’s
Paseos, Viajes
100.000km
Este post es un artículo que fue escrito para y publicado en la revista «La Moto» de Mayo 2010:
Empecé a interesarme por las motos con 14 años, pero no fue hasta 10 años más tarde que decidí, con la excusa de facilitar mis desplazamientos al trabajo, sacarme el carnet y comprar mi primera moto, una Kawasaki ZZR250 comprada con 20.000km y vendida 3 años después con casi 80.000km. En Mayo del 2005, compré mi segunda y actual moto, una Suzuki SV650S, principalmente por su línea (estéticamente me gustan más las RR, pero no se adaptan demasiado a mi conducción… “tranquila”), y por su carácter de bicilíndrica.
Aparte de usarla para los desplazamientos diarios al trabajo, también me gustan las salidas domingueras pero sobre todo, cuando realmente disfruto de la moto es viajando.
La verdad es que esta moto no es la más adecuada, a nivel de posición de conducción para este propósito, menos para mi metro sesenta, pero bueno… todo es acostumbrarse, y en todo caso tengo que reconocer que a nivel de comportamiento y fiabilidad, sólo me ha dado satisfacciones.
Aquel mayo del 2005, decidimos bautizar la moto pasando un fin de semana en el camping motero de Anzánigo. El viaje fue bastante duro para mi marido que me seguía con una 1000 deportiva, ya que por el rodaje, no pasaba de 108km/h…
Mallos de Riglos 2005


A la vuelta fue peor, ya que tardamos unas 11 horas para recorrer los 350km… no por la velocidad punta, sino por la velocidad media, porque paraba cada dos por tres para practicar mi segunda afición: la fotografía… Y es que esta zona del Pre-pirineo (Aragonés y Catalán) da mucho juego para ello.

Ese mismo año, para asegurarme de probarla bien, y llegado el verano, fuimos a mi primera concentración de motos, también en el Pirineo Aragonés, y tuvimos unas vacaciones de unos cuantos kilómetros… primero sola para hacerles una visita a unos amigos en Marsella y Lyon, y luego ya otra vez acompañada de mi marido, hasta Asturias y Galicia (Ferrol y Sanxenxo).
Isla de la Toja 2005

En los siguientes años, hicimos unos cuantos viajes más, principalmente por España (en desorden, y algunos sitios varias veces: Cazorla, Almería, Madrid, Valencia para el SBK, Teruel…). Sin olvidar Asturias y Galicia donde vamos cada verano, siempre por la misma ruta que pasa por el pre-pirineo. En alguna ocasión paramos por el camino por la zona, sea del lado español (Biescas)
Camino de Bielsa 2008

o francés (este verano en Cauterets, pasando por muuuuuuuchos puertos del Tour).
Camino del Col d’Aspin – 2008

Mirador del Fito – Asturias 2009


Mirador de San Andrés de Teixido – Galicia 2009

También hemos hecho alguna incursión al país vecino, por la zona de Lyon, y con parada obligada por razón mecánica (cambiar el kit de transmisión por mala cabeza y mal mantenimiento- mea culpa… sólo me pasó una vez!) en el precioso pueblo y zona de Millau y les Gorges du Tarn.
Viaducto de Millau – 2007

Para los viajes, hemos comprado unas alforjas Basgster, y para los viajes en dúo utilizamos también una bolsa sobredepósito (que no puedo utilizar en solo, porque el depósito es ancho y alto, y no llegaría bien a los semimanillares…).
La mayoría de viajes se hicieron entre mayo y septiembre, aprovechando fines de semana largos y vacaciones. Para los viajes, siempre intentamos encontrar rutas por carreteras secundarias reviradas, tardando bastante tiempo, disfrutando de la ruta, de los paisajes, y parando cada vez que se puede (y que me deja mi marido) para hacer fotos. Aunque muchas veces la vuelta de vacaciones se hace con menos tiempo y por autopistas/autovías aburridas.
La mayoría de los viajes los hice conduciendo yo, aunque en alguna ocasión, probé el asiento trasero de mi moto para viajes largos, ya que para ir en dúo, el asiento trasero de la moto de mi marido quedó totalmente descartado. En la SV, la posición yendo de paquete no es incómoda, incluso diría, más cómoda que la posición de conducción, porque se puede ir bastante recto, aunque el mullido del asiento se hace un poco incómodo después de muchas horas sentada.
En estos 4 años y pico, también hice con ella bastantes rutas domingueras, por Cataluña, dirección Tarragona, o Girona, en grupo, en solitario o en dúo, de paquete o conduciendo. La cuestión es disfrutar de la carretera, de las vistas, y de la compañía (casi siempre cerrando el grupo)… y al poder ser “repostando” por el camino butifarra con patatas.

Pantano de la Llosa del Cavall – 2009

Camino del Port de la Bonaigua – 2009


A lo largo de estos 100.000km, no he tenido ningún problema mecánico, sólo un fallo eléctrico (se fundió el fusible principal, por un cortocircuito provocado por el roce de la cadena antirrobo con un cable debajo del asiento), y aparte del mantenimiento normal y corriente, le he cambiado por desgaste y/o mejora el amortiguador trasero y los muelles de la horquilla (ver resumen de mantenimiento). Hasta la fecha, ni he tenido que cambiarle una bombilla. Y la batería, de momento, aguanta lo suyo.

El único “extra” ha sido añadirle puños calefactables que vienen de cine para los viajes y rutas en invierno.
30/01/2010 100.000km

En conclusión, en los 100.000km recorridos con ella, con sol, calor, lluvia o frío, no me he podido quejar ni una vez de su comportamiento. Es una moto bastante divertida de conducir, quizás más adecuada para un uso “dominguero” en recorridos cortos-medios, aunque tiene un comportamiento intachable en viajes largos, la única pega es la posición de conducción que acaba machacando la espalda. A día de hoy, no tengo pensado cambiarla por otra a corto-medio plazo, así que espero que me dure como mínimo unos 100.000km más… y con muchas más fotos!
V’s



Paseos
Un Cumpleaños Feliz
El día 30 celebraba mi… 22 cumpleaños… 😉 LOL
Para la ocasión, me regaló Juan un “fin de semana en moto con derecho a cuantas paradas fotográficas deseaba”. Estaba previsto salir el día 01 temprano hacia un destino desconocido (por mí). Fuimos en mi moto, yo de paquete, para disfrutar del paisaje…
Nos levantamos temprano… y viendo que estaba lloviendo bastante, decidimos… volver a la cama hasta una hora después, a ver si paraba. Una hora después nos volvimos a levantar… pero seguía lloviendo. Así que decidimos levantarnos, ir preparando las cosas y ya saldríamos cuando estábamos listos. A eso de las 11h, paró de llover y salió el sol. Fuimos a buscar la moto, pusimos las alforjas, nos pusimos el traje de lluvia por si acaso, y por fin, salimos.
Me dijo Juan que el primer paso era ir “hasta Sant Llorenç de Morunys”. Conozco bien la carretera por haber ido hace unas semanas… así que le podía indicar bien el camino (aunque tenía mapa, soy buen GPS – un GPS un poco histérico a veces, pero GPS igual!). Así que empezamos C58, Manresa, Solsona… Me sorprendió ver montañas nevadas y vistas que no ví hace unas semanas al hacer la misma ruta. O es que entonces no estaban nevadas (había nevado haría 1 o 2 días), o es que al estar conduciendo, no pude ver todos los paisajes que estaba viendo ahora.
Al llegar cerca del cruce que va hacia Sant Llorenç, Juan se paró y me dijo que le parecía que el Googlemaps se había liado… y que mejor tirábamos hacia Bassella para coger la carretera que sube hacia Andorra. Eso hicimos… Y paramos a repostar y comer en el Pans&Company del museo de la moto de Bassella. Allí en el sol de la terraza, ni frío ni calor, se estaba muy bien!
Después de reponer fuerzas, nos fuimos otra vez dirección Andorra, hacia no sabía dónde… Pasamos Coll de Nargó, y más allá yo desconocía hacia donde se podía ir aparte de Andorra… Después de pasar el Plà de Sant Tirs y con la carretera bastante transitada, tomamos repentinamente un desvío a la izquierda… y allí empezó la ruta fotográfica…
La N-260, el “Eix Pirinenc”, en este tramo es una carretera de curvas y más curvas, primero subiendo durante unos cuantos kilómetros, con vistas a valles, cumbres nevadas, más valles, y más cumbres nevadas… Paramos unas cuantas veces a hacer unas cuantas fotos…

Teníamos tiempo, no teníamos horario, de hecho, no miré el reloj en todo el día, y en ningún momento del día supe qué hora era… tampoco adónde íbamos…

Llegamos a Sort. Famosa por repartir muchos premios de lotería… En Sort nos desviamos por la C13 dirección Vielha. Aunque no llegamos a Vielha. En Llavorsí cogimos una carreterita que seguía un barranco, hacía bastante viento. Después de desviarnos por un camino equivocado y dar la vuelta, seguimos y seguimos esta misma carretera hasta que llegamos a un pueblo. Un pueblo de una veintena de casas, un hotelito, y un bar restaurante en frente del hotelito. El hotelito en cuestión por lo visto era dónde nos quedábamos a dormir. Y yo seguía sin saber qué hora era (y tampoco había visto el nombre del pueblo…). Hacía mucho viento, se estaba nublando el cielo, aunque se veía “al final” de la carretera una montaña nevada entre las nubes. Cayó alguna gota. Dejamos la moto aparcada abajo, entramos en el hotel. La habitación tenía una terraza que daba a un río.

Del otro lado del río, un pastor, 3 perros y muchas ovejas. Tras el merecido descanso, fuimos a dar una vuelta por el pueblo, a merendar en el bar “de enfrente”, y a dar otra vuelta por el camino que salía desde detrás del hotel, a lo largo del río.
Como el viento era bastante frío, volvimos al hotel, descansamos un poco, cenamos y descansamos otra vez soñando con los paisajes nevados que nos esperaban al día siguiente.
Nos levantamos temprano, desayunamos (tostadas de pan con tomate con jamón), y una vez hechas las alforjas otra vez, nos fuimos. Habíamos decidido seguir por la misma carretera hasta que se acabara. Seguimos pues por la “Vall de Cardós”, con la misma montaña nevada de frente, y de vez en cuando alguna montaña más que aparecía y desaparecía según el capricho de las curvas. Algunos pueblos típicos acompañaban la carretera.

Llegamos hasta Tavascan, cruzamos el pueblo y decidimos seguir por una carreterita que indicaba una estación de ski (cerrada, pero la carretera abierta). Así que empezamos a subir, tranquilamente ya que la carretera estaba bastante mojada, en la sombra y estrecha, aunque en bastante buen estado.
A unos pocos kilómetros, una parada fotográfica… Menuda cascada!!!

Seguimos subiendo, y subiendo, parando de vez en cuando a hacer fotos. Hasta que llegamos al principio de un muy pequeño pueblo (la estación?), pero se acabó el asfalto, y entre las piedras, el barro y los charcos, decidimos dar la vuelta y regresar. Ya volveremos con una trail!!! 😀
Tras unas cuantas paradas fotográficas más, volvimos hasta Llavorsí. Habíamos previsto seguir por la C13- C28 hasta Vielha, y luego bajar por la C230, hasta el Pont de Suert, y luego N260 hasta la Pobla de Segur, parando a comer en un pueblo donde intentamos parar siempre que queda de camino “a por sus torradas de pan con tomate y embutido de la casa” en un bar-fonda que descubrimos hace unos años por casualidad.
Pero no nos adelantemos…
Empezamos pues a subir por la C13, a medida que íbamos subiendo, veíamos cada vez más nieve. Así que parábamos bastante a menudo…


Subimos y subimos, hasta que nos encontramos “en medio” de la nieve. No podíamos parar de parar :D.


Habría nevado unos días antes, aunque la carretera estaba muy bien despejada por el quitanieve. Carretera con muy buen asfalto, y unas curvas muy bonitas. Paramos varias veces, una de ellas para hacer un muñeco de nieve, que daba un poco de miedo, pero bueno…

La carretera seguía subiendo, hasta que llegamos al Port de la Bonaigua. Había algo de nubes arriba, y bastante aire. Y mucha nieve.

El cartel del puerto del lado “montaña” estaba roto y medio cubierto por metros de nieve. Tras hacer las fotos obligatorias, empezamos a bajar. Del otro lado del puerto empieza “la Val d’Aran”. Y la carretera de bajada estaba en pésimo estado. Algunos tramos sin asfalto, era tierra, barro y baches. Así que bajamos con cuidado, rodeados de paisajes nevados, aunque las cumbres ya un poco nubladas. Llegamos a Vaqueira, estación de ski fea como tan bien las saben hacer… Y seguimos bajando hasta Vielha. En Vielha cogimos el tan famoso túnel (qué frío hacía allí dentro… Un túnel de frío de 5km!!! El único momento de la ruta que pasé algo de frío.). Y hasta el Pont de Suert. En la salida del pueblo, paramos a “auxiliar” a una pareja de moteros franceses, cada uno en una XJR1300, que estaba perdida… y con razón… no llevaban mapa!!! Así que les indicamos cómo ir hacia Bielsa por Ainsa, y emprendimos el camino otra vez. Pensaba que ya por esta ruta, se habrían acabado las cumbres nevadas… Pues me equivocaba, todavía quedaba alguna por ver. Y un pueblo precioso de primer plano.

Paramos un rato, en medio de un campo, sólo se oían los pájaros, y el silencio. La verdad es que habría sido un lugar idóneo para tirarse en el suelo y hacer un picnic, pero no teníamos picnic, ni bebida, y como se estaba haciendo tarde y empezábamos a tener hambre, no hubo más remedio que seguir hasta el pueblo de las torradas con embutido de la casa… Allí paramos un buen rato, nos sirvieron las famosas torradas de pan con tomate (y ajo), y jamón, 2 tipos de fuet, otro tipo de embutido que no sé cómo se llama, 2 tipos de quesos… paté y queso con aguardiente caseros. Bueno, todo casero. Terminada la comida, descansamos un rato más con un café/coca cola en la terraza del bar, al lado nuestro 2 moteros ingleses… Y bueno, como en algún momento había que regresar, pues regresamos.
Fuimos hasta la Pobla de Segur, y allí seguimos por la N260 dirección la Seu d’Urgell, para recuperar la carretera cogida a la ida. Un tramo muy bonito, pero lleno de Mossos d’Esquadra… (una pareja en moto, un radar móvil, y un control un poco más abajo.). En Sort cogimos la carretera de la ida, pero en el otro sentido. A la ida no nos habíamos parado, pero esta carretera tenía del lado “montaña” cada poco unas “salidas” de caminos de tierra, con un “STOP”. Era muy curioso porque no parecía que en la mayoría se pudiera meter ningún coche… A la vuelta aprovechamos para hacer una foto de la salida más curiosa (no parecía haber ni camino!).
Hicimos una última parada fotográfica en el Puerto de Pervés y seguimos disfrutando de la carretera…
Luego enlazamos otra vez con la C14, hacia Bassella, donde paramos a descansar y tomar una coca cola otra vez… Y volvimos por Solsona, Manresa, etc… hasta casa. Con bastante tráfico y poco disfrute ya…
En total unos 650 km de curvas y más curvas, rodeados de paisajes nevados durante casi todo el camino, disfrutando del paisaje y de la carretera como pocas veces…
Un cumpleaños feliz. 🙂
V’s
Paseos
Salida en solitario – Cataluña
Hace un par de semanas, aproveché uno de los pocos días sin lluvia de marzo-abril, y que estaba de rodríguez, para hacer algo que no hacía desde hacía mucho tiempo: hacer una ruta y parar cuántas veces me daba la gana para hacer fotos…
Aquí va la crónica…
Aquel domingo de primavera, me desperté sobre las 8h de la mañana, y tras el desayuno y ponerme el mono, junto con la chaqueta de chubasquero recién adquirida (la otra había «muerto»- bueno, más bien la cremallera, después de 7 años de uso intensivo…), fui a por la moto y salí… por fin, estaba empezando la ruta.
Me acompañaba una neverita portátil, también recién adquirida, donde iban dos bocadillos, una cocacola de lata, mis guantes de invierno y el pantalón de chubasquero (para guardarlos en frío y eso…).
Empecé mi ruta por la C58 dirección Manresa. Al acercarme a la montaña de Montserrat, me acabaron de despertar unas vistas un tanto apocalípticas de Montserrat y sus formas peculiares emergiendo de la niebla.
Seguí camino hasta Manresa, y luego por la C55 hacia Súria, Cardona… y me desvié justo antes de Solsona subiendo hacia Sant Llorenç de Morunys por la carretera del Pantano de la Llosa del Cavall.
Mi primera parada fotográfica fue al principio de esta carretera, iba rodeada de campos de florecitas blancas. Así que paré en una carreterita transversal, donde había gente con aviones de radiocontrol.
La segunda parada fue en el Pantano de la Llosa del Cavall. Este día hacía un día un poco raro, con una especie de neblina que daba un aspecto raro como difuminado a los paisajes. Los reflejos eran tremendos.
El Pantano:

Allí tuve que parar en una curva (con bastante arcén…) porque el paisaje estaba tremendo. Tenía la impresión de estar en algún lado de Escocia, el Lago Ness, o algo así, más que en una carretera del Prepiríneo Catalán…
Tras una parada en Sant Llorenç de Morunys para repostar, y asegurarme del camino correcto con el señor gasolinero, seguí por donde me había indicado. La idea era ir hasta el Coll de Nargó por una carretera que había hecho este verano…
Pues no, me perdí, y al llegar al puerto, me concentré en tomar la curva correctamente porque el asfalto estaba lleno de baches, y seguí la curva a la izquierda… No ví que había otra carretera que salía recto…
Así que tras un rato de camino, me dí cuenta que no me sonaba nada el paisaje… pero era demasiado tarde, y acabé otra vez en Solsona…
No pasa nada, tengo todo el día, y nadie me va a quitar el hacer la carretera que tenía previsto. Así que seguí mi ruta por la carretera que va hasta Bassella (y su museo de la moto), muy bonita carretera también, aunque este día había bastante tráfico (pero también bastantes sitios donde adelantar). En el cruce, me fui dirección Andorra, y por fin llegué al desvío donde tendría que haber llegado, pero en sentido contrario…, justo después de Coll de Nargó.
Tenía a partir de entonces unos 40km de curvas en medio de la naturaleza, con casi nada de tráfico (2 o 3 coches me debí de encontrar).
Con todo este rodeo que había dado, se estaban acercando las 13h y empezaba a tener hambre, así que empecé a buscar sitio donde parar a comer mis bocatas. Descarté el puerto anterior por el aire bastante frío que soplaba allí arriba a pesar de sus bonitas vistas.
Al cabo de unos 10km ví un desvío que parecía llegar hacia el fondo del valle y tenía buena pinta. Pero lo ví demasiado tarde y no encontré sitio donde dar la vuelta… Así que mientras buscaba un hueco donde dar la vuelta, encontré otro sitio donde parar a comer… Un grupo de 4 casas con un salto de agua, y unas vistas preciosas al valle. Baje por el «camino», de cemento… muy muy empinado hasta la «plaza» del «pueblo» (de tierra la plaza), y una vez allí, sintiéndome un poco intrusa, dí la vuelta como bien pude para aparcar un poco más arriba.
Entre las casas estaba un señor con su hijo (supongo) arreglando una Montesa…
Sólo se oía el ruido de la cascada y algún pajarito de vez en cuando. PAZ.

Tras un merecido descanso, le hice alguna foto más a la moto, y me preparé a seguir camino.
Emprendí otra vez la marcha, sin el chubasquero puesto, ya que había salido el sol y hacía bastante más calor que por la mañana.
Por el camino adelanté a un coche que me dejó pasar e iba muy lento, y a la vuelta de una curva, me encontré con este paisaje…

Bastante más impresionante en vivo que en la foto… No había arcén, y la carretera estaba bajando, así que me paré y tuve que hacer la foto desde la moto, con el casco y los guantes puestos, por si acaso llegaba el coche que había adelantado un rato antes…
Un poco más abajo, paré por última vez para hacer fotos…

Durante la parada, me adelantó otra vez el coche (debía de preguntarse para qué le adelantaba si total después perdía el tiempo parando!!!)
Poco después, llegué al puerto dónde me había equivocado de ruta a la ida… y volví a adelantar el coche…
Y ya tuve que seguir hasta Sant Llorenç de Morunys otra vez, sin parada, ya que el tiempo se estaba volviendo regular, y no tenía mucha gana de pillar lluvia por el camino (y menos tormenta de montaña).
Reposté otra vez en la gasolinera de Sant Llorenç, menos mal que había cambiado el «gasolinero» porque habría flipado (ésta está loca, va yendo en círculo…)…
Volví a bajar por la carretera del Pantano de la Llosa del Cavall, donde me cayeron unas 4 gotas (contadas), y con vistas no tan bonitas como por la mañana (hacía un poco de aire y ya no había reflejos)…
A pesar de haber dado tantas vueltas, llegué a casa temprano, después de exactamente 372km … y aproveché para limpiar la moto de todos los bichos que habían acabado su vida en el frontal de la moto… y del casco… Había llegado la primavera!!!
V’s
Viajes
Vacaciones 2008
Nuestras vacaciones 2008 empezaron “enlatados” por razones prácticas (íbamos a una boda) y también de ahorro (dado lo caro que es la gasolina en Francia, mejor repostar lo menos posible…). La zona es muy bonita, además era la época de las lavandas en flor.



Tenemos pendiente volver por la zona con la moto.
La estancia en Francia fue corta y volvimos a Barcelona para dejar el coche y coger las motos. Teníamos previsto ir a Asturias pero por etapas, pasando por el Pirineo.
La ruta fue la siguiente:
Barcelona-Tarrega por autovía. Desvío por la C53 hasta Balaguer, C13 pasando por la carretera tremenda del Pantano de Camarasa con vistas preciosas. Tremp, La Pobla de Segur y parada para comer en el pueblo de Senterada.
Allí habíamos parado hace un par de años (o 3) volviendo de una concentración. Habíamos comido entonces unas «torradas» tremendas, y el dueño del bar (que se parecía bastante a un leñador típico canadiense… nos dió miedo y todo) nos había hecho probar embutido de la casa… tremendo! Con lo cual, decidimos parar otra vez allí… Pedimos torradas y nos trajeron: pan de pagès a voluntad, con el correspondiente ajo, tomate y aceite para el pà tomàquet- y: jamón ibérico tremendo (del pueblo), 3 tipos de salchichón de la casa, y 3 tipos de quesos de la casa. Resultado: mi marido casi no cabe en el mono y poco más y nos teníamos que quedar a dormir allí.
Al final salimos y seguimos camino por Pont de Suert, Castejón de Sos, Ainsa (carretera preciosa por un barranco) y subimos hasta Bielsa dónde habíamos previsto parar un día.


En Bielsa tuvieron el detalle de ponernos una luna llena que salía de detrás de las montañas- y un bar ponía a disposición de los clientes su telescopio a cambio (claro) de una consumición…
Al día siguiente habíamos previsto dar una vuelta larga pasando del lado francés y subiendo (y bajando) unos cuantos puertos de esos famosos del Tour de Francia.
Hay un túnel que separa España de Francia… del lado español no hacía mucho sol pero no parecía que iba a llover ni nada. Fue salir del túnel y encontrarnos con niebla, tuvimos que bajar todo el camino a 20km/hora. Un poco más abajo ya no había niebla pero el tiempo era muy nublado. Aún así intentamos emprender la subida hacia el «Col d’Aspin». Después de unos kilómetros tuvimos que dar la vuelta ya que otra vez nos encontrábamos con niebla…


y no vale mucho la pena subir kilómetros con niebla y llegar al puerto y no ver nada… Comimos de menú en un pueblo (pasaré los detalles porque no me sentí muy orgullosa de ser francesa en aquel momento), y volvimos hacia el lado español.
Del otro lado se había despejado bastante y pudimos disfrutar del paisaje… y hacer alguna parada fotográfica…


También hicimos una parada «técnica»: iba yo delante y justo antes de una curva grande, veo que detrás mío mi marido me está pitando sin parar, y se para en el poco arcén que había (en plena curva). Yo paro también pensando «sí es bonito el paisaje pero de allí a parar en medio de una curva, se ha vuelto loco»… Subo andando y me dice «se me ha parado la moto» y a la vez que me lo dice, pone una cara rara y «nada, que le he debido de dar al botón rojo del encendido…» Total, ya que estábamos parados, aprovechamos para hacer fotos y también de paso para comer fresas silvestres que había por ahí.

Al día siguiente ya emprendimos el camino hacia Asturias, saliendo del hotel muy temprano y tomando todo el tiempo necesario para disfrutar de unas vistas inolvidables entre Bielsa y Ainsa de los rayos del sol temprano saliendo de detrás de las montañas. Por desgracia no hay fotos pero está grabado en nuestras memorias.
Seguimos hasta Boltaña, Broto, Biescas y Sabiñanigo y Jaca hasta Pamplona. La siguiente parada fue cerca de Laredo donde comimos tarde con unos amigos. A Asturias llegamos tarde… y no hay elementos gráficos ya que sólo nos dedicamos a ir de sidrería en sidrería…
Como no habíamos hecho suficientes kilómetros, unos días después seguimos camino hacia Ferrol, Galicia. No tuvimos muy buen tiempo para salir con las motos, sólo aprovechamos la vuelta para dar un pequeño desvío por los Ancares (el principio) donde paramos a comer de picnic.


Luego seguimos camino hacia León donde decidimos pasar la noche y hacer un poco de turismo. Al día siguiente yo salí hacia Barcelona y mi marido volvía a Asturias para una semana más.
Unos cuantos kilómetros en 2 semanas nos supieron a poco… al final no descansamos mucho!!!
Tenemos pendiente volver a Bielsa para más días y hacer por fín la ruta de los puertos del Tour…
Colorín colorado, este cuento se ha acabado…
V’s









