Viajes
Una vuelta por Europa: Austria
Nuestra primera semana de vacaciones estuvimos de «Road Races» en la Republica Checa: TT de la República Checa
Después de una semana en la República Checa, salimos hacia el destino elegido con el mapa y un poco de casualidad: Austria. La verdad es que nos equivocamos al hacer la reserva y acabamos por suerte en un sitio muy chulo a unos 50km de Viena, cerca de una zona montañosa, en los pre-Alpes. Habíamos alquilado una casuca con balcón con vistas al campo y las montañas. Los dueños tenían una granja y campos, y eran muy muy majos. Tardé una semana en volver a encontrar 4 palabras del alemán que estudié hace años, pero por suerte el hijo hablaba inglés perfectamente.
Tardamos unas cuantas horas en recorrer los 380km, nos perdimos un rato, nos encontramos con una Kdd solidaria de Harleys después de Viena, que tuvimos que seguir a ritmo de paseo por la autopista durante unos 30km, y cuando llegamos a las 18h15, el supermercado estaba a punto de cerrar y nosotros sin nada para cenar y desayunar. Sin problema, nos indicaron un restaurante en el pueblo donde cenamos muy bien (eso sí pillamos lluvia a la vuelta).
El primer día en Austria fue para desayunar (estaba en opción con el alquiler: desayuno con productos caseros: mermeladas, pan, brioche hechos por la señora dueña, fresas y arándanos de su jardín, y charcutería, quesos, zumos de otras granjas de la zona… todo riquísimo! ), ir a comprar víveres para la semana, descansar, y dar un pequeño paseo andando por los alrededores de la granja.
El segundo día fuimos a hacer nuestra primera ruta de curvas. Hacía sol cuando salimos, pero en varios sitios del horizonte se veían nubes. Estando en zona de montaña, había alguna posibilidad de lluvia. Recorrimos una zona plagada de curvas, y de moteros, con carteles invitando a los moteros a ir despacito… y bares en los pueblos indicando “bikers welcome”, probablemente el terreno de juego de los moteros de Viena…
Cuando paramos a comer nuestro picnic en un pueblín, empezó a llover un poco. Justo había una mesa con un banco bajo techo, no necesitábamos más! Emprendimos la marcha otra vez, pero acortamos la ruta prevista porque se vislumbraban nubes bastante feas, no sin antes ponernos el traje de lluvia. Efectivamente, empezó a llover al poco tiempo y bajamos por carreteras al principio bastante “llanas”, que luego se convirtieron en pendientes bastante fuertes, y en mojado, y eso durante 55km… íbamos pisando huevos.
Acabamos en una gasolinera para descansar antes de recuperar la autovía que nos llevaría más rápido de vuelta al alojamiento. Había parado de llover. Cogimos la autopista (teníamos unos 90km), y a los 15km más o menos, empezó a caernos encima el diluvio universal, de estas tormentas de verano que en principio duran un máximo de 15mn… salvo que ésta nos duró eso, unos 70km… a ratos no veíamos gran cosa, y por suerte, habían algunos túneles, benditos túneles!!! Uno de ellos de más de 5km, lo malo era cuando llegaba la salida y veías que del otro lado seguía igual. Se me calaron los guantes primero… y el resto en puntos… conseguimos llegar y lo más complicado fue encontrar sitios para colgarlo todo para que secara!
Al día siguiente habíamos previsto ir a ver unas carreras de enduro a unos 15km, pero seguía todo- trajes, botas, cascos, guantes- mojado. Así que pusimos todo a secar en el balcón (que hacía un sol espléndido) y tomamos otro día de descanso. Pedimos periódicos a los dueños para meter en mis guantes que no secaban nada.
Al día siguiente, 15 de agosto y festivo allí también, hacía de nuevo buen tiempo, así que decidimos volver a la ruta que no habíamos podido completar antes. Esta vez tuvimos buen tiempo y temperatura, muchos moteros habían tenido la misma idea, y pudimos disfrutar de los paisajes y curvas de la zona durante todo el día y sin mojarnos.
Al día siguiente tocó descanso y paseo andando por arriba de la granja, entre campos y bosque.
A la mañana siguiente tocaba levantarse temprano, por desgracia para dejar este sitio tan chulo y esta gente tan maja, para volver poco a poco hacia la realidad y el final de las vacaciones. Pero antes tocaba una última etapa (realmente no queríamos volver jejeje), en un hotelito a unos 20 km de Innsbruck: aun en Austria, en los Alpes, región del “Tirol”. Nos levantamos a las 5h00, y tras desayunar, terminar y colocar las maletas, arrancamos… bueno, yo arranqué, pero Juan no, porque a su moto no le daba la gana. Tras un pequeño susto de media hora, al final se decide (igual ella tampoco quería volver!). Al final salimos poco antes de as 8h00. Tocaban unos 430km, y tardamos, unas 11 horas en llegar, pero esta vez porque paramos bastantes veces a hacer fotos, ya que los paisajes eran una pasada y valían todas las paradas.
La ruta pasaba por algún puerto, uno de ellos de pago: Gerlosspass.
No comenté antes, en Austria se puede circular por autopistas comprando una viñeta. Para las motos cuesta 4,90€ para 10 días. Después hay algún tramo de autopistas o carreteras (en general con túneles) que son de pago adicional, y también algún puerto de montaña (cosa que desconocíamos). Lo suyo habría sido comprar viñeta de los puertos (13€ para 10 días) para circular por esta zona, y evitarse sorpresas, pero como no lo sabíamos, compramos la viñeta solo para este puerto (5,50€ con pegatina incluida 😀 ). La verdad es que tampoco nos dolió mucho porque las vistas eran maravillosas, en la subida, a una cascada gigante que bajaba la montaña, y en la bajada, unas vistas preciosas a una montaña y un lago.
Subiendo a Gerlosspass
Vista a Speicher Durlassboden
La carretera también está en muy buenas condiciones. Al final de esta carretera, como se nos hacía tarde, cogimos la autopista hasta después de Innsbruck. Esta autopista es una pasada, se está rodeados de montañas. Estábamos alojados en un pueblo cerca de Seefeld in Tirol. Llegamos sobre las 19h30. Habían terminado el servicio de cena (en el hotel se cenaba a las 18h30), así que fuimos a un restaurante del pueblo (tampoco habían muchos abiertos…) donde servían hasta las 21h30 (unos Italianos se quedaron sin cena).
La zona era muy bonita, también rodeados de montañas, que a veces salían de las nubes, y volvían a desaparecer a los cinco minutos…
El primer día no pintaba muy bien ya que estaba lloviznando mientras desayunábamos. En todo caso, dada la paliza de moto del día anterior habíamos previsto descanso… pero no nos dejó el dueño del hotel que nos dio mapas y consejos para hacer una pequeña excursión (1h40) andando arriba del pueblo, por el bosque, hasta un sitio donde la vista debía de ser muy bonita. Así que empezamos la subida por el camino bien indicado, en medio del bosque. Lo que pasa es que el camino en cuestión estaba bordeado de fresas silvestres y arándanos, así que estábamos parando cada dos por tres para comer… y a la hora y media de caminar, ni habíamos llegado a una casita arriba de las pistas que se veía desde el pueblo.
Llegamos a la casita finalmente e intentamos seguir un camino que nos había indicado este hombre; pero el camino en cuestión estaba bastante encharcado y no llevábamos ni mucho menos el calzado correcto, y encima empezó a llover así que volvimos a la casita y aprovechamos para comer nuestro picnic bajo un trozo de techo… y a esperar que parara un poco.
En un rato más nos encontramos en las nubes, y el tiempo de sacar la cámara y cambiar el objetivo para hacer foto de los pinos en la niebla, ya se habían ido las nubes… en fin, la lluvia se hizo menos intensa y volvimos tranquilamente hacia abajo por un camino más corto con bastante pendiente (si la tenemos que subir no llegamos ni en broma).
La cena en el hotel era muy temprano, a las 18h30 teníamos que estar allí. Juan tenía que re-cenar algo más tarde, que casi era más hora de merienda que de cena…
Al día siguiente teníamos previsto una ruta un tanto larga que consistía en ir hasta el famoso “Passo dello Stelvio” que nos quedaba “a mano” (unos 155km), y volver por el puerto del “Passo del Rombo”- pero éste segundo era de pago (11€ x 2 motos), y como no habíamos cogido la viñeta de Puertos, decidimos pasar del tema y volver por el “Jaufen Pass/Passo di Monte Giovo”.
Así que pa’lla vamos, con un pequeño desvío por Suiza ya que nos han cerrado un tramo del “Reschenpass/Passo di Resia”. Las vistas preciosas y las carreteras una pasada.
Llegamos entonces a la famosa carretera desde Trafoi. Creo que no olvidaré nunca el intento de subida al Passo dello Stelvio… pero por lo mal que lo pasé. Primera curva en “horquilla”, me encuentro en el carril contrario… empezamos bien. En fin, seguimos, segunda, tercera (además van numeradas, empiezan abajo por la numero 48 creo…), la carretera es muy estrecha, hay que abrirse en el carril contrario en la parte de abajo para poder coger la horquilla. El problema viene cuando no te puedes abrir abajo porque viene un vehículo de frente, y te quedas pegado a la derecha, y cuando consigues subir, acabas completamente a la izquierda… lo que me pasó en la sexta curva, solo que venían 2 motos de frente y me asusté, mucho… y preferimos dar la vuelta… bueno, más bien Juan dio la vuelta a mi moto, y me abrió camino para volver hasta Trafoi; en bajada no me resultaron más fáciles las curvas ésas.
En fin, en Trafoi aparcamos las motos y fuimos a comer unas pizzas gigantes, buenas y baratas e intenté recuperarme de los nervios que había pasado.
El mayor problema con estas curvas es que, como no llego bien al suelo y que la carretera no es llana, a veces no puedo poner pie a tierra para recuperar el equilibrio, y tuve miedo de caerme, que no estaba entre los planes de vacaciones… Una vez más o menos recuperada, Juan me convenció para subir otra vez, pero los 2 en mi moto, conduciendo él, y así fue, y subimos, y valió la pena (nunca mejor dicho). Las nubes habían despejado las cumbres y tuvimos arriba unas vistas maravillosas sobre las cumbres nevadas, y la famosa carretera. En el puerto, compramos la pegata “obligatoria” (que no sé dónde se ha metido la jodia, imposible encontrarla :/ *), y alguna postal para la familia (que te sellan como que has estado en el puerto más alto de los Alpes- ya que parece que el puerto más alto, el “Col de l’Iseran” en Francia, han hecho trampa para llegar a los 2770m que venden jejeje), hicimos unas cuantas fotos, nos encontramos con una pareja de españoles con una Wildstar (que tampoco había disfrutado mucho de la subida el pobre…), vimos que la carretera del otro lado parecía bastante más “subible”, y volvimos a bajar tranquilamente hasta Trafoi para recoger la moto de Juan, y volver por el mismo camino ya que con todo esto se nos había hecho tarde, y si volvíamos por el itinerario previsto, no llegábamos antes de la noche ni en broma.
Para la próxima, como tenemos que volver para comprar la pegata**, ya sabemos por donde tengo que subir yo, al menos que cambie de moto entre tanto a una más manejable (pero no está previsto de momento).
En fin, se nos estaban acabando las vacaciones, al día siguiente-viernes- ya teníamos que emprender el viaje de vuelta. En teoría unos 900 y pico kilómetros, en mayoría por autopistas alemanas, pero tuvimos 2 problemas: 1- Salimos tarde y 2- no tenía ganas de volver, así que dije de evitar autopistas y hacer etapa si hacía falta.
Esto engendró el problema n°3: cogimos el “Fernpass”, que por lo visto cogen toooodos los Alemanes, los camiones, las caravanas… y luego pasamos a lo largo de la “BodenSee”, lago gigante entre Suiza y Alemania, donde por lo visto van tooooooooooooooodos los Suizos y Alemanes a pasar el fin de semana… Total que fue un infierno de colas de coches. Conseguimos salir del infierno y llegamos a Colmar, Francia a eso de las 17h, sin más ganas de hacer etapa. Seguimos hasta Nancy pero no por el túnel sino por carreteruca de curvas… mala idea, pillamos un atasco por un accidente y varios camiones, y Juan estaba reventado… Tardamos una hora en recorrer unos 20km…
Paramos a cenar y reponer fuerzas y al final no tuvimos más remedio que recuperar la autopista, dando un rodeo de unos 100km por Troyes, pero por lo menos llegábamos… Al final llegar, llegamos, a eso de las 2h00 de la mañana, tras 17 horas encima de la moto, molidos y con un chaparrón de bienvenida a media hora de casa, antes del peaje… Bienvenidos a París! Se acabó lo bueno!
No estuvieron de más los 2 días de descanso antes de volver a currar!
Vacaciones 2014: 5076km, 1000 fotos (se quedaron en 350 después de la selección), 6 fronteras/países visitados, 1 diluvio universal, unos cuantos puertos subidos y bajados, paisajes memorables, encuentros y charlas muy interesantes, bastante improvisación (la última no la mejor), y muchas, muchas sonrisas.
**Han pasado unos 15 días entre que redacté la crónica y que la publico, y hace un par de días o tres, han aparecido las pegatas 🙂 . Lo malo es que ya no tenemos esta excusa para volver allí, lo bueno es que podemos encontrar cualquier otra excusa si queremos volver 🙂 .
V’s
Road Races
Una vuelta por Europa- TT de la República Checa
Este año teníamos 3 semanas de vacaciones. Por las circunstancias, no pudimos organizar nada con antelación, solo teníamos la idea siguiente: ir a la República Checa para el 9-10 de agosto para ver una Road Race en Horiçe, y quizás enlazar con el GP de Brno la semana siguiente, y esto con mi moto. Esto era el plan.
Al final, una semana antes de empezar las vacaciones, conseguimos confirmar lo que íbamos a hacer, y reservamos una semana (de miércoles a miércoles) en un hotel a unos 15km de Horiçe. Así llegábamos antes para situarnos en el pueblo, el circuito, enterarnos de los horarios y de cómo iba esto, y estar listos para el día de los entrenos (sábado) y carreras (domingo).
Salimos entonces el martes 5 de agosto, y al final con las 2 motos… ya que casi no las cogemos en todo el año, por lo menos que cojan aire una semana al año que no hace daño.
La primera etapa- por nacionales, pasaba por unos 400km de línea recta, luego alguna curva, y luego entramos en Alemania. Hicimos etapa cerca de Heidelberg, solo para no ir del tirón y descansar un poco. Sin demasiada historia, aparte que me di cuenta que no me acordaba de casi nada del alemán que aprendí hace unos años, ni lo básico para decir “no hablo alemán o no entiendo”… un desastre.
Por la mañana emprendimos la marcha otra vez, todo por autopista, que tiene doble ventaja: es gratuita, y no hay límite de velocidad en muchos tramos. No que me guste correr mucho (ya lo sabéis 😉 ), pero es una delicia no andar pendiente del velocímetro. La verdad es que sorprende bastante la velocidad a la que llegan algunos coches, pero con 3 carriles hay sitio para todos y cada uno a la velocidad que le conviene.
En un rato que estaba la autopista bastante vacía, puse la SV a 170… lo máximo que la puse hasta ahora (aunque no sé si Juan la puso a algo más algún día), con las maletas y el topcase. Lo máximo que la había puesto hasta la fecha fue un ratico a 160 (o sea, 20 segundos…).
En fin, chino chano llegamos a la frontera con la República Checa, donde paramos para preguntar por la viñeta para circular por autopistas. La buena noticia era que las motos no pagan viñeta… circulación gratis por las autopistas del país. 🙂
Así que seguimos camino hasta Praga y más allá hacia Hradec Králové y luego subimos un poco hacia el norte hasta nuestro alojamiento a unos 20km de Horiçe. A unos 60km de Polonia. El GPS nos llevó hasta el alojamiento por el camino más directo, pero no las mejores carreteras! Aunque lo importante fue que llegáramos, porque si no fuera por el GPS todavía estamos dando vueltas (que tampoco sería tan desagradable la verdad…).
El hotel estaba situado arriba de un pequeño monte con bosque, con bonitas vistas desde la terraza, ideal para la cervecita al sol del atardecer.
Los dos primeros días los pasamos entre descanso, vueltas en moto por la zona, y descubrimiento del circuito. El circuito es una pasada, con subidas y bajadas, una parte en el pueblo, otra en el bosque, es adictivo. Incluso sin correr. Dijimos de dar una vuelta para ver dónde nos podíamos poner para hacer fotos chulas el sábado (entrenos), iba yo delante… empezamos la vuelta, y llegada a mitad del circuito me acordé de porqué estábamos dando vuelta. Al final acabamos dando una cuantas vueltas…
El viernes, mientras visitábamos el pueblo andando, nos encontramos con un señor, con él que Juan empezó a hablar; se llamaba Georges, era inglés afincado en Alemania, tenía 69 años y había venido con su Triumph a ver la carrera. No tenía alojamiento y la oficina de turismo le había recomendado el hotel donde nos alojábamos. Como el señor no tenía GPS y que no teníamos nada especial que hacer, nos propusimos para acompañarle hasta el hotel. Lo encontramos más tarde en la terraza después de su cena y antes de la nuestra, y estuvimos charlando hasta tarde.
El sábado era día de entrenos. Las carreras las organizaban el motoclub del pueblo, las SBK y SSP eran parte del IRRC, International Road Races Championship, campeonato organizado por alemanes, holandeses y belgas mayormente (www.irrc.eu ) y que consta de 6 circuitos en el continente. La mayoría de los circuitos (carretera) son bastante parecidos a circuitos (anchos, más seguros que las carreteras de Road Races irlandesas). Muchos pilotos toman parte en este campeonato para poder después participar en carreras en la Isla de Man.
Pero habían más carreras, de Clásicas (175, 250, 350, 500, 750 cm3) y side-cars.
La carretera cerraba a las 8h, por lo tanto había que llegar bastante temprano. Nos pasamos un poco de temprano y llegamos casi antes que los comisarios en el punto donde habíamos decidido empezar el día.
Lo bueno de este circuito es que te puedes mover de un punto a otro por el interior. Hay muchos puntos para comer y beber en todo el circuito.
Donde nos situamos por la mañana, en “Na Dachovech” estaba muy bién para hacer fotos, que era lo que nos interesaba (mejor hacer fotos en entrenos y ver las carreras…).
Slanec Martin
Ronald Neef
Jiri Prucha
Antonin Plevak
Michal Dokoupil
Holoubek Martin
Sammy De Caluwe
Karel Brantner (?)
Nico Huller
Jochem Van den Hoek
Foti Psomadakis
Matti Seidel
Didier Grams
Kamil Holan
Leos Hlavacek
Radomir & Jiri SIMEK
Jan Polivka & Zdenek Sedlacek
Richard BILY & Jiry NESPESNY
A la hora de comer nos movimos hasta el paddock para comprar algo de beber y buscar otro sitio para los siguientes entrenos. Después del picnic estuvimos explorando los diferentes sitios para el día siguiente. Peor situados para hacer fotos aunque algunos sitios mejores para ver carreras.
La tarde finalizaba con la primera carrera de Clasicas 175-250cm3. Los pobres pillaron lluvia cuando había hecho buen tiempo en todo el día, con estas condiciones de pista chungas de mojado en algunos puntos y seco en otros.
Después de la carrera volvimos hacia el paddock para comprar la entrada (el equivalente de unos 10€) que se puede comprar en algún punto del circuito o que pasan a cobrar en los diferentes puntos del circuito antes y durante las carreras. El acceso al paddock también era de pago (tuvieron problemas de robos hace unos años).
Fuimos a cenar y tiramos temprano para el hotel, ya que al día siguiente tocaba madrugar otra vez (algo menos que el sábado ya que sabíamos adónde ir).
Llegamos al circuito sobre las 7h30, y fuimos andando hacia la curva que habíamos previsto, en la parte de fuera de “Dachovské Esico”. Un buen punto de vista, final de una recta y 2 curvas encadenadas.
Estuvimos viendo desde allí, en la sombra, las 3 primeras carreras del día: Supersport, Clasicas 350 y Superbike.
Después de cada carrera paseaban alrededor del circuito en un pick up a los Tres del Podio, así todos los podíamos ver, no solo los que tenían acceso a la zona de Paddock.
Luego y coincidiendo con la pausa para comer, nos tuvimos que mover porque daba el sol de frente y empezaba a hacer mucho calor. Nos volvimos a meter en el interior del circuito y buscamos un sitio donde comer y beber algo. No tenían coca cola fresca (lo único sin alcohol que supiéramos pedir en Checo jejeje) y nos dieron una bebida/soda de frambuesas de allí que era muy rica y refrescante.
Nos metimos otra vez en la parte exterior del circuito, después de “Stasovo Esicko”, en medio de la recta. Desde allí vimos la carrera de sidecars. Los sidecars eran muy variados, el más antiguo de 1963 y los más recientes del… 1978… La carrera en sí no era muy espectacular ya que los niveles eran muy disparates, pero las posturas que cogen los “paquetes” son flipantes.
Tras la carrera seguimos nuestro paseo por el circuito para posicionarnos donde nos había recomendado el amigo Georges, en el exterior de la curva “Lukavecky Vracak” para ver las 3 últimas carreras: Supersport, Clásicas 500/750cm3 y Superbike.
Por lo visto era un sitio muy concurrido por los lugareños. Hay unas vistas tremendas a una serie de curvas. Habíamos previsto no hacer más fotos pero no pudimos aguantarnos 😉 . Un accidente en la carrera de Clásicas retrasó la última carrera, y mucha gente se fue, dejándonos buen sitio para la última carrera.
El circuito es una pasada, permite hacer fotos de bastante cerca sin tener material profesional, y disfrutar de las carreras. Los pilotos son muy cercanos al público (había muchos pilotos Checos y los Checos tienen mucha afición a las carreras de moto), se nota muy buen ambiente y el público es bastante familiar.
La frustración que tuvimos fue no poder comunicar con la gente, que no hablaba inglés y nosotros después de una semana sabíamos decir en checo “Dobry dén”, “Prossim”, “pivo”, “voda” (buenos días, gracias, cerveza, agua) y poco más… lo que reduce bastante las posibilidades de conocer a la gente.
Lo mismo en las gasolineras, donde siempre la gente pregunta a los moteros lo típico de dónde venís, adónde vais… pues allí ni sabíamos lo que preguntaban y tampoco podíamos contestar…
En fin, se acabó lo bueno, fuimos a cenar al pueblo y regresamos al hotel, sin antes hacer una foto a la Luna llena.
Al día siguiente tocó lluvia todo el día, descanso en el hotel y búsqueda de un sitio donde ir 2 días después cuando se acababa la reserva, ya que no habíamos planeado nada pero tampoco teníamos ganas de volver a casa. Nos pasamos el día con el mapa (República Checa, Austria, Alemania, Benelux) y el móvil a buscar dónde había curvas y dónde quedarnos.
Al día siguiente decidimos ir a dar un paseo por unas montañas cercanas en la frontera con Polonia.
Dimos un buen rodeo, no encontramos demasiados paisajes dignos de fotografiar, pasamos por Polonia donde hicimos todos los kilómetros atascados detrás de coches que iban a 50 por hora sin posibilidad de adelantar, y acabamos (sobretodo Juan) reventados tras unas 9 horas encima de las motos sin demasiado disfrute.
Al día siguiente ya tocaba dejar la República Checa… Pero no tocaba volver aun…
Continuará…
V’s