Paseos, Viajes
150.000 km
En enero del 2010, mi SV y yo cumplimos 100.000km recorridos juntas, los cumplimos en menos de 5 años.
La vida da muchas vueltas, y al año siguiente nos íbamos (juntas) a vivir a París. París no es el mejor sitio para disfrutar de la moto, ya que es todo plano, hay que recorrer 400km para encontrar curvas. Por lo tanto la media de kilómetros bajó drásticamente mientras vivimos allí.
Aun así fue durante los 4 años en París que hicimos los 2 viajes más lejanos hasta la fecha:
Irlanda para nuestro viaje de novios –que nos iba a cambiar la vida- (hacer click en las imágenes para llegar a los posts)
y al año siguiente, por la República Checa
y Austria.
También tuvimos alguna que otra oportunidad de descubrir un poco de Francia, principalmente el Este:
Reims
zona que desconocía por completo.
En el 2015 nos mudamos otra vez, esta vez a Irlanda. Los dos primeros años tuvimos buenas oportunidades de seguir conociendo este bonito país, con zonas que no conocíamos aún, incluida la donde nos instalamos:
East Cork,
West Cork,
Gougane Barra,
Península de Beara,
The Vee,
North Cork,
este último siendo ahora el patio de mi casa, con bonitas carreteras sin casi nada de tráfico, y bonitas vistas.
Con también vacaciones más largas para visitar Antrim
y Donegal.
El kilometraje a partir de mitad de 2016 bajó ya a casi nada, con la espera y la llegada de Emma. Los dos primeros años en Irlanda recorrimos un total de 5000km… Y los últimos 2, cuento que unos 500 lol.
En todo caso, lo importante no es la cantidad sino la calidad, y aunque no hemos cogido la moto tanto desde que cumplimos los 100.000, hemos descubierto sitios mas lejanos con gente diferente.
Así que finalmente, el primer sábado de septiembre, de vuelta de desayunar en “Ballyhoura Mountains”,
cumplimos nuestros 150.000km juntas.
Desde el 2010, aparte del mantenimiento normal y cambios de neumáticos, esto fue lo que hice:
-Antes de irnos de Barcelona, cambié el embrague, no porque diese ningún tipo de problema, sino porque no sabíamos cuando volveríamos a encontrar un mecánico de confianza. Porsiaca…
-Camino de París, cambié por primera vez la batería. Se volvió a cambiar en el 2017, pero por la falta de uso y la humedad del último año.
-Para el viaje de novios compramos un baúl y maletas laterales Givi, con soporte SV-Motech, muy prácticos para los viajes largos.
-Cambié el asiento delantero cuyo mullido se había terminado de fastidiar en el ferry del viaje de novios. También cambié la cúpula por estética ya que llevaba rayada desde el 2005, recuerdo indeleble de mi estancia en Marsella…
-Al llegar a Irlanda hemos cambiado la junta del escape, que se había desintegrado por completo.
-El único fallo que dio la moto en 150.000km era que, cuando llovía MUCHO y durante mucho tiempo, entraba agua en el hueco de la bujía delantera, y al cabo de un rato, la moto se me quedaba en un cilindro, y se calaba. Al llegar a Irlanda, cambiamos el capuchón de la bujía. En el viaje largo que hicimos al norte nos llovió a la vuelta, y no me dio el problema. A la vuelta de la Munster 100 este año, Juan pilló el diluvio universal (40km) y tampoco dio el problema. Así que visto lo poco que cojo la moto, como tampoco la cojo cuando dan lluvia, supongo que ya no me dará mas el problema en muchos años lol.
-Durante las vacaciones 2016, a ratos la moto no quería arrancar, y nos diagnosticaron fallo del motor de arranque. A la vuelta de vacaciones, Juan reparó el motor de arranque cambiando las piececillas de dentro.
-Quitamos los puños calefactables que habían dejado de funcionar unos años atrás, y hemos vuelto a poner puños originales. Si total para hacer 500km al año como mucho, no voy a sacar la moto con frío! Lol
Después de 150.000km sigo sin intención de separarme de ella, me sigue gustando mucho y ninguna moto moderna me atrae. Así que aunque no llegue a hacer 500km al año, todos los que hago los disfruto al máximo.
Supongo que tardaré unos muchos años para cumplir los 200.000km, pero solo espero poder seguir disfrutando cada uno de ellos, con bonitas carreteras, bonitos paisajes y la mejor compañía.
V’s
Viajes
Vacaciones 2016 – Donegal
Nuestras vacaciones 2016 empezaron aquí: Antrim Coast & Glens.
Y también estuvimos en la NorthWest 200.
Para nuestra segunda semana el destino fue Donegal, y aprovechamos para descansar y dar paseos en moto por la zona.
Habíamos alquilado una casa para la semana (self catering), en Falcarragh, co. Donegal. Es un pueblo pequeño pero con todo lo necesario (tiendas, cafeterías, pubs, restaurantes…). La casa estaba un poco apartada del pueblo pero se podía llegar bien, incluso andando.
Tuvimos unos días de muy buen tiempo, y otros con algo de lluvia. Los de lluvia los pasamos descansando con bonitas vistas desde el salón, y leyendo…
Hicimos 3 rutas en moto:
Falcarragh – N56 – R257 – Bloody Foreland Parking – Brinlack – R257 – R258 – N56 – R251 con vistas al Monte Errigal– R256 por las “Muckish Mountains” – Falcarragh.
Las carreteras nacionales están en bastante buen estado, y muy agradables para ir en moto, con curvas y todo lo necesario para una vuelta moteril. Las carreteras secundarias pueden ser bastante bacheadas para nuestras motos deportivas, pero si se hacen con la calma, se pueden disfrutar igual con cualquier tipo de moto. Los paisajes son una pasada, rodeados de campos de turba, montañas, y con vistas al mar. Si tenemos que comparar con algo, se parece bastante al Connemara con un poco más de zonas urbanizadas (pero sigue siendo muy rural!).
Bloody Foreland Parking
Este año se celebraba el centenario del Levantamiento de Pascua de 1916, cuando se proclamó la Independencia que llevó a la Independencia de la República de Irlanda en 1922, con la partición de la Isla en dos.
Pintura Memorial a las víctimas de la Gran Hambruna
Campo de turba secando
La segunda ruta fue para ir a ver los famosos acantilados de Slieve League.
Menos famosos que los Cliffs of Moher en co. Clare, pero no menos bonitos, y bastante menos turísticos. Bajamos por la N56 hasta Killybegs; es una pasada de carretera, excepto que habían obras para reasfaltar en un tramo así que se formaban atascos, pero supongo que el año que viene estará perfecta. Luego se coge la R263 hasta Carrigan Head. Hay un parking donde se puede aparcar y seguir andando, hay una valla para las vacas y ovejas, PERO, se puede también seguir con la moto (o el coche) hasta el final de la ruta que llega a los acantilados (cerrar la valla después de pasar…). El camino andando es bonito, pero si váis con traje de moto y todo, mejor seguir con la moto hasta el final (no como nosotros, aunque lo había leído en la página muy util de roadtrooper.com , no hice caso y la verdad es que habríamos llegado menos cansados). Al final de la ruta, suele haber un camión con bebidas y helados, nosotros habíamos traído nuestros bocatas, pero acompañamos con unas latas y mas tarde un heladito comprado in situ…
Los acantilados son una preciosidad, tuvimos muy buen tiempo y las vistas hacia el resto de la costa e islas varias era una pasada. Aproveché para subir un poco el camino que lleva arriba de los acantilados. Se puede dar un paseo mas largo del que dí yo, pero entre la caminata anterior y los cambios de temperatura según si había nubes o viento, solo subí un poco.
Volvimos siguiendo la R263 y luego a la izquierda en Carrick, hacia Glencolumbkill, y luego la R230 que lleva de vuelta a la N56 justo antes de Ardara. Este tramo de carretera no era ideal para nuestras motos, bastante bacheado. Los paisajes todo el rato son muy bonitos, particularmente el paso por el Valle que se ve desde el Glengesh Pass.
La tercera ruta fue para ir hasta Horn Head, corta ruta desde Falcarragh, el tiempo era nuboso cuando salimos, y no llamaba hacer ruta mas larga…
El último tramo está bastante bacheado, pero los paisajes son muy bonitos también, con landas verdes y marrones, y montañas que llegan hasta el mar.
La luz no acompañaba ese día, pero era bonito igual. Volvimos hasta Dunfahagany para comer, y después de comer empezó a llover…
La última “ruta” fue andando por la playa de Falcarragh. No había traído la cámara por desgracia, hacía un día de sol precioso, y la playa aquella es una pasada, con vista a las islas “Tory Island”, playa de arena blanca blanca, y dunas cubiertas de hierba. Es muy bonito. Habrá que volver…
Después de una semana disfrutando de Donegal, el 22 de mayo tocaba volver… Justo cuando estábamos listos para salir, empezó a llover… Esperamos un rato que lloviera menos fuerte, y salimos. Durante toda la ruta de vuelta pillamos lluvia y sol de forma intermitente, y hasta granizo… y vimos alguno que otro arco iris…
En la última gasolinera donde paramos en Portlaoise, se me caló la moto. La batería había dicho basta… Un chico ayudó empujando…
Después de alguna lluvia más, finalmente llegamos a casa sobre las 20.00h, ya bastante cansados por la tensión acumulada cuando se conduce en lluvia. Juan mete la moto en el garaje, se oye un “clong”, y sale una pieza como escupida al suelo… el contrapeso del puño derecho… :O Por lo menos hemos llegado!!!!
V’s
Viajes
Vacaciones 2016: Antrim Coast and Glens
Este año cogimos vacaciones en Mayo. El plan era pasar las dos semanas en Irlanda, una en Irlanda del Norte y una en el Norte de Irlanda, en Donegal. Hicimos coincidir las fechas con la NorthWest200.
Salimos el domingo después de un día para descansar y preparar las cosas. Con las maletas ya hechas del día anterior (por primera vez en mucho tiempo), desayunamos tranquilamente, y mientras empaquetaba lo ultimo y ponía en orden la casa, Juan se encargaba de montar el equipaje en las motos.
Al final salimos de casa justo después de las 10h. A las 10h15 paramos a repostar a unos 5km. Después de repostar, voy a arrancar la moto. No arranca. Hace bien el dziiiii cuando giro la llave, pero cuando le doy al botón de arranque hace tactactac… Ya nos hizo algo similar en Cuenca hace muchos años, de aquella la cadena antirrobo metida debajo del asiento rozaba con algún cable y saltaba el fusible.
Sacamos la cadena de debajo del asiento, y al cabo de un rato volvió a arrancar y al final nos fuimos, sobre las 10h40, casi las 11h que es nuestra hora de siempre 😉 . Hicimos la mayor parte del viaje por autovía, con 3 o 4 paradas para repostar y/o comer, y beber. La moto arrancó en todas las ocasiones sin problema. Poco antes de las 18h, llegamos a nuestro destino, 520km mas tarde, en Armoy, donde íbamos a pasar la semana, en el mismo sitio donde nos alojamos durante nuestro viaje de novios.
Tras descargar nuestros bártulos, pensamos ir a cenar a Ballycastle, en la costa. Desaparco la moto, enciendo, le doy al botón de arranque… NADA! El problema otra vez! Tras intentar un rato encontrar qué cable podía rozar o estar desconectado, decidimos mejor dejarlo para el día siguiente e ir a cenar… andando ya que no tenía moto y la de Juan es monoplaza desde que cambió los escapes. Así que pa’lla fuimos.
Tras cenar y comprar lo básico para el desayuno en la tienda del pueblo, volvimos. De camino le digo a Juan «Oye, cuando arrancamos están las luces encendidas, y últimamente hemos tenido problemas con el conector de las luces que hacía un falso contacto». Juan estuvo arreglándolo temporalmente antes de irnos de vacaciones, pero habrá que cambiar el conector a la vuelta. Pues bien, dijimos de probar de encender con las luces largas en vez de las cortas a ver… De vuelta a la moto, me pide Juan la linterna, y mientras entro a buscarla, oigo la moto arrancar 🙂 . Bueno, aunque no esté arreglado el problema, parece que la moto puede arrancar a ratos… Sino, el problema es que estamos a unos 35km de la NorthWest200 que hemos venido a ver, y el transporte público está “un tanto” limitado… Así que a ver qué pasa. Se acaba un primer día lleno de sorpresas, no tenemos ni idea porque la moto arrancó cerca de casa y en la ruta, y ahora ya no. No hay explicación lógica. Al menos hemos llegado hasta aquí, será “The Luck of the Irish”, no hay otra 😉 …
Al día siguiente, nos tomamos tiempo para dormir ya que la moto arrancaba. Cuando decidimos ir a desayunar al pueblo, Juan intenta arrancar la moto, la batería da señales de debilidad y no arranca. A la tercera acaba arrancando. Ahora tenemos 2 problemas, el probable eléctrico y la batería que se vuelve floja por solicitarla demasiado…
Vamos hasta Armoy pero el sitio donde pensábamos desayunar está cerrado. Nada, iremos hasta Ballycastle y cruzando los dedos para que la moto siga arrancando. Desayunamos en el café del hotel que está frente al mar.
Volvemos al alojamiento a coger mochila y redes y tiramos para Coleraine para buscar las entradas de la NorthWest 200. Me olvidé de coger las indicaciones para llegar a la oficina de ventas, y tenía metido en la cabeza que la oficina estaba en Coleraine en la carretera hacia Portrush (el circuito hace un triangulo entre Portstewart, Coleraine y Portrush, y es bastante largo- no se le da la vuelta andando!). Tras alguna vuelta perdidos por Coleraine, nos paramos a preguntar a un chico que llevaba camiseta de Joey Dunlop, fijo que sabía dónde era. Seguimos las indicaciones y tuvimos que parar a preguntar una segunda vez. Muy lejos no estábamos ya que estábamos rodeados de balas de protección, gradas, e información de chicanes y curvas 😉 . Bueno, al final encontramos el sitio (en Portrush, no Coleraine), y nos dieron las entradas. Preguntamos de paso donde aparcar y también si sabían de un concesionario Suzuki por la zona… pero nos dijo de mirar en internet… Al salir casi me atropella un barbudo montado en una especie de mini moto eléctrica, el barbudo en cuestión era Bruce Anstey 😀 .
Preguntamos a unos señores lo del taller, nos dicen de preguntar al señor de una furgoneta que vendía cosas de road Racing. Nos buscó muy amablemente en el programa el nombre y dirección del concesionario Suzuki (y Ducati) de Ballymoney, pero nos dijo que estaba enfrente de Joey’s Bar, así que ya sabíamos adonde ir!
Me olvidé de mencionar que habían previsto una ola de calor que empezó el día anterior, estábamos en manga corta a las 7 de la tarde, cosa que no es habitual en Irlanda, y menos en mayo. Y resulta que no sé porque, ésta fue la única vez que nos vamos de viaje sin coger los guantes de verano. Total que los guantes de invierno, sobre todo en los pueblos, resultaban insoportables.
Llegamos a Ballymoney y vamos hasta donde Joey’s Bar y efectivamente enfrente del bar hay un concesionario enorme Suzuki/Ducati: Millsport Motorcycles. Entramos y después de explicar el problema, nos dijo de dejar la llave, que se encargaría un mecánico después de comer (era justo la hora de comer).
Así que aprovechamos para irnos a tomar unas coca colas al Joey’s Bar, frente a la la RC30 de Joey Dunlop. Después de la coca cola y de una limpieza de casco (es lo que tiene el calor, que salen todos los bichos a estrellarse en las viseras de los moteros), iba a ir a por otra coca cola cuando se me dio por mirar por la ventana, y veo que un mecánico ya está bajando la moto de vuelta. Así que fuimos pa’lla. Nos dijo el mecánico que no era un problema eléctrico, tampoco de batería, que era el motor de arranque que se quedaba enganchado. Nos explicó cómo hacer para desbloquearlo si volvía a suceder. No podían cambiarlo ya que no tenían la pieza, pero nos dijo que lo podíamos cambiar a la vuelta de vacaciones, que no nos quedaríamos tirados por eso, podíamos seguir el viaje tranquilos.
Ya que no nos quisieron cobrar nada por el diagnóstico, aprovechamos para comprar allí unos guantes de verano, ya que la verdad era un poco peligroso conducir así. También le tuve que quitar el forro a la chaqueta. Ya de vuelta a las motos estuvimos charlando un rato con gente del concesionario, estaban contentos de ver una SV con 145.000km 😉 , no se ve todos los días (y probablemente menos en Irlanda).
Luego nos fuimos en búsqueda de un sitio para comer, que no encontramos en Ballymoney así que volvimos a Ballycastle, donde comimos unos fish & chips frente al mar en una terraza. Luego descansamos un rato viendo el mar, estaba todo petado de motos y moteros. Fuimos a comprar cosas básicas para la cena y para el día siguiente (fue tan básico que nos olvidamos la mitad…) y volvimos al alojamiento… contentos de tener el tema de la moto temporalmente resuelto. 🙂
El martes era el primer día de entrenamientos de la NorthWest 200. La crónica de la NorthWest está AQUI: Martes entrenamientos, Jueves entrenamientos por la mañana y carreras por la tarde y Sábado carreras, son los 3 días que dura.
El miércoles habíamos previsto volver al concesionario de Ballymoney para cambiar el neumático trasero de Juan que lo necesitaba (y que no cambiamos antes de irnos de vacaciones sabiendo que teníamos 500km de línea recta por autovía que terminarían de cuadrarlo).
No conseguimos despertar temprano pero al final llegamos a Ballymoney sin mojarnos, justo después de una corta lluvia (el suelo estaba mojado), y justo antes de que volviese a llover (4 gotas). Mientras cambiaban el neumático, aprovechamos para dar otra vuelta por la tienda, y me subí a la nueva llamada “SV” que bien poco tiene que ver con la mía. Parece la mitad de moto. El depósito se ha quedado en la mitad (probablemente más cómodo), y el chasis es el de la Gladius, en fin, ya no tiene la silueta tan bonita de la SV. El asiento de atrás es diminuto, y debe de ser aun menos cómodo que el mío… Lo único bueno siendo que es más bajita y de asiento menos ancho y llego mejor al suelo. Pero me quedo con la mía 1000 veces! También tenían un ejemplar de la SV como la mía, en azul y blanco, preciosa… si necesitase una segunda moto de apoyo la compraba ya!
Luego fuimos al Bar de Joey Dunlop, donde nos tomamos una coca cola fuera, en el sol ya que hacía sol otra vez. Tras un rato y a la segunda tanda, con cerveza sin alcohol, Juan volvió de la barra acompañado de dos Españoles de Tenerife, Laura y Víctor, que venían para la NorthWest 200 desde el año anterior y aprovechaban para visitar Irlanda. Nos tiramos allí un buen rato y otra 0.0’ más… hasta decidir que hacía hambre… No os lo creeréis pero con tanto sol, me salieron colorines en la cara. Que me quemé, vamos… Tiramos para el parking del museo (después de recuperar la moto de Juan) y fuimos a ver lo que había en un café al lado. No tenían comida “de verdad”, pero nos indicó la chica muy maja unos sitios en la calle principal. Acabamos comiendo los 4 juntos en un pub, donde también nos tiramos un rato.
Luego volvimos al parking y mientras nos despedíamos llegaron unas cuantas motos de franceses que también venían para la NorthWest por segundo año consecutivo. Estuvimos charlando un rato. Querían ver el museo pero ya estaba cerrado. Creo que eran ya las 6 de la tarde o así. Al final se despidieron para ir al Bar de Joey y nos despedimos de Víctor y Laura.
El viernes amaneció también soleado. Tras un desayuno tarde y con la calma, decidimos aprovechar otro día de sol increíble para dar una vuelta con las motos. En el concesionario, un hombre nos había aconsejado hacer la ruta de la costa, empezando en Cushendal y en el sentido contrario a las agujas del reloj. Así que desde Armoy busqué el itinerario mas chulo para llegar hasta Cushendal. La verdad es que desde Armoy se ve una montaña que siempre me llamó la atención y me daba ganas de ver lo que había allí arriba. Así que miré el mapa e hice el itinerario que parecía pasar por la susodicha.
Y pa’lla fuimos. Resulta que el itinerario estaba indicado en la carretera, aunque era bastante fácil de encontrar con el mapa. Nos encontramos pronto en una carretera estrecha en medio del monte, marrón por los campos de turba. La carretera está en buen estado pero hay que tener mucho cuidado con gravilla o piedras que nos encontramos por el camino. La carretera también pasa por medio de un bosque de coníferos, y mas campos de turba. En Irlanda se sigue utilizando como combustible, se saca de la tierra, se recorta ya en largos y estrechos prismas (tal como se venderán) y se deja secar al aire. Se podían ver unos cuantos. Nos encontramos también con bonitas vistas al valle,
un poco después con ovejas y corderos sueltos en la carretera y finalmente ya apareció la costa a lo lejos. La bajada fue bastante abrupta, cosa que se repetiría a lo largo de la tarde… subidas y bajadas bastante abruptas… pa’ qué alargar el recorrido con curvas y pendientes suaves!!!
Llegamos a Cushendal, fuimos hasta un parking después del pueblo y dimos la vuelta hasta el centro donde paramos a redesayunar full Irish Breakfast (lo llaman Ulster fry de este lado de la frontera), en la terraza de un hotel. Había al lado nuestro otro motero desayunando, que empezó a hablar con nosotros y acabó dándonos consejos sobre dónde ir por la costa, y también en Donegal a la semana siguiente… Tras charlar con otro motero que estaba con su hijo, conseguimos emprender la marcha otra vez.
Seguimos los consejos y fuimos hasta Cushendun y luego seguimos hasta Torr Head. Las vistas son una maravilla, la carretera es estrecha pero en buen estado (lo mismo, con cuidado con la gravilla o piedras en algunos sitios), con subidas y bajadas abruptas. Hay unos cuantos sitios para parar a hacer fotos sin estorbar el tráfico (escaso), y algún otro donde intenté parar pero no había manera de aparcar las motos, y tuvimos que renunciar… Fue un no parar de paradas fotográficas…
Intentamos ir hasta Torr Head, pero al llegar al “pueblo”, un chico en coche nos hizo señas que la carretera estaba muy bacheada. Así que aparcamos las motos y fuimos un rato andando a ver lo que había. Hicimos bien, había unas curvas en pendiente abrupta, bastante peor que el Stelvio… Así que hicimos fotos y volvimos a seguir ruta…
Luego el hombre nos había recomendado ir hasta Balintoy Harbour, lo que hicimos. Es muy chiquitito pero hay un gran parking y un bar con terraza, ideal para parar a descansar con unas vistas maravillosas. Nosotros “solo” hicimos fotos y nos fuimos. Estaba petado de motos.
Volvimos a la carretera principal de la costa, es muy bonita, pero ya hay más tráfico, con algún que otro motero que no sabemos cómo siguen vivos, adelantando en cuesta arriba sin visibilidad y otras barbaridades similares…
La idea era ir hasta Portrush, hacer alguna foto del circuito y luego ir hasta el paddock a dar una vuelta. Lo que no pensamos es que TODOS habían tenido exactamente la misma idea. Estaba todo el circuito petado de coches y motos en ambos sentidos. La recta de meta estaba completamente llena de coches y motos aparcados. Tuvimos suerte y encontramos hueco justo delante del podio.
Dejamos las motos allí y tras una vuelta por las carpas montadas del otro lado, fuimos al paddock. Algunos pilotos estaban en sus carpas, Dean Harrison, Michael Rutter, Davy Morgan, Alastair Seeley, Lee Johnson, y luego Hutchy firmando autógrafos, y Michael Dunlop.
También aproveché para comprar el libro de Liam Beckett, «Full Throttle», sobre él y Robert Dunlop. Un libro que recomiendo.
Tras una primera vuelta descansamos con una coca cola junto a nuestros vecinos de alojamiento que son amigos del dueño del equipo Tyco BMW (TAS RACING), muy majos ellos. Pero tras una charla con otro señor mayor que criticaba todos y cada uno de los pilotos, nos cansamos y fuimos a dar otra vuelta. Con todo esto ya era las 7’ pasadas y decidimos volver para descansar.
El domingo era día de despedida, nos despedimos de la pareja que habíamos conocido en el alojamiento, qué majos ellos. Nos regalaron un CD del grupo de música al que pertenecía el hombre.
Mientras preparaba las maletas, Juan hablaba con todo cuanto paraba para hablar de las carreras 😉 . Al final, como no, a las 11h conseguimos salir, cargados hasta las trancas. Nos dimos cuenta que en alguna ocasión hemos debido de cargar demasiado el baúl, y el soporte estaba mas flojo, pegando a ratos (baches) contra el colín. Así que aliviamos la carga del baúl y cargamos demasiado las alforjas de Juan, tanto que no podía tumbar nada y lo tenía que esperar en cada rotonda 😀 .
Íbamos dirección el Norte de la República de Irlanda, costa Nord-Oeste. Habíamos reservado un “self-catering” en Falcarragh, co. Donegal. Seguimos el GPS, y no nos perdimos, nos cruzamos con una colección de camiones clásicos muy chulos durante unos cuantos kilómetros. Paramos a comer por casualidad en un “Teashop” en Kilmacrenan, donde servían desayunos hasta tarde. Un sitio muy bonito con Cottages con techo de paja (en la salida del pueblo). Y pudimos comer bajo el sol de Co. Donegal (el aire era fresquillo pero era muy agradable en el sol).
Como era muy temprano todavía, nos tomamos un buen rato para desayunar tranquilamente ya que solo habíamos quedado a las 5h para el alquiler.
Al final llegamos mas temprano, pero ya estaban allí terminando de limpiar y pintar… Unos señores muy simpáticos con quienes estuvimos hablando un buen rato. El sitio es una pasada, con vistas al mar y a Tory Island. Con una terracita donde tomar el sol delante de las motos y el mar de fondo…
La ultima carretera para llegar tenía unas curvas muy chulas y vistas preciosas… una buena forma de empezar la segunda semana de vacaciones…
V’s
Viajes
Una vuelta por Europa: Austria
Nuestra primera semana de vacaciones estuvimos de «Road Races» en la Republica Checa: TT de la República Checa
Después de una semana en la República Checa, salimos hacia el destino elegido con el mapa y un poco de casualidad: Austria. La verdad es que nos equivocamos al hacer la reserva y acabamos por suerte en un sitio muy chulo a unos 50km de Viena, cerca de una zona montañosa, en los pre-Alpes. Habíamos alquilado una casuca con balcón con vistas al campo y las montañas. Los dueños tenían una granja y campos, y eran muy muy majos. Tardé una semana en volver a encontrar 4 palabras del alemán que estudié hace años, pero por suerte el hijo hablaba inglés perfectamente.
Tardamos unas cuantas horas en recorrer los 380km, nos perdimos un rato, nos encontramos con una Kdd solidaria de Harleys después de Viena, que tuvimos que seguir a ritmo de paseo por la autopista durante unos 30km, y cuando llegamos a las 18h15, el supermercado estaba a punto de cerrar y nosotros sin nada para cenar y desayunar. Sin problema, nos indicaron un restaurante en el pueblo donde cenamos muy bien (eso sí pillamos lluvia a la vuelta).
El primer día en Austria fue para desayunar (estaba en opción con el alquiler: desayuno con productos caseros: mermeladas, pan, brioche hechos por la señora dueña, fresas y arándanos de su jardín, y charcutería, quesos, zumos de otras granjas de la zona… todo riquísimo! ), ir a comprar víveres para la semana, descansar, y dar un pequeño paseo andando por los alrededores de la granja.
El segundo día fuimos a hacer nuestra primera ruta de curvas. Hacía sol cuando salimos, pero en varios sitios del horizonte se veían nubes. Estando en zona de montaña, había alguna posibilidad de lluvia. Recorrimos una zona plagada de curvas, y de moteros, con carteles invitando a los moteros a ir despacito… y bares en los pueblos indicando “bikers welcome”, probablemente el terreno de juego de los moteros de Viena…
Cuando paramos a comer nuestro picnic en un pueblín, empezó a llover un poco. Justo había una mesa con un banco bajo techo, no necesitábamos más! Emprendimos la marcha otra vez, pero acortamos la ruta prevista porque se vislumbraban nubes bastante feas, no sin antes ponernos el traje de lluvia. Efectivamente, empezó a llover al poco tiempo y bajamos por carreteras al principio bastante “llanas”, que luego se convirtieron en pendientes bastante fuertes, y en mojado, y eso durante 55km… íbamos pisando huevos.
Acabamos en una gasolinera para descansar antes de recuperar la autovía que nos llevaría más rápido de vuelta al alojamiento. Había parado de llover. Cogimos la autopista (teníamos unos 90km), y a los 15km más o menos, empezó a caernos encima el diluvio universal, de estas tormentas de verano que en principio duran un máximo de 15mn… salvo que ésta nos duró eso, unos 70km… a ratos no veíamos gran cosa, y por suerte, habían algunos túneles, benditos túneles!!! Uno de ellos de más de 5km, lo malo era cuando llegaba la salida y veías que del otro lado seguía igual. Se me calaron los guantes primero… y el resto en puntos… conseguimos llegar y lo más complicado fue encontrar sitios para colgarlo todo para que secara!
Al día siguiente habíamos previsto ir a ver unas carreras de enduro a unos 15km, pero seguía todo- trajes, botas, cascos, guantes- mojado. Así que pusimos todo a secar en el balcón (que hacía un sol espléndido) y tomamos otro día de descanso. Pedimos periódicos a los dueños para meter en mis guantes que no secaban nada.
Al día siguiente, 15 de agosto y festivo allí también, hacía de nuevo buen tiempo, así que decidimos volver a la ruta que no habíamos podido completar antes. Esta vez tuvimos buen tiempo y temperatura, muchos moteros habían tenido la misma idea, y pudimos disfrutar de los paisajes y curvas de la zona durante todo el día y sin mojarnos.
Al día siguiente tocó descanso y paseo andando por arriba de la granja, entre campos y bosque.
A la mañana siguiente tocaba levantarse temprano, por desgracia para dejar este sitio tan chulo y esta gente tan maja, para volver poco a poco hacia la realidad y el final de las vacaciones. Pero antes tocaba una última etapa (realmente no queríamos volver jejeje), en un hotelito a unos 20 km de Innsbruck: aun en Austria, en los Alpes, región del “Tirol”. Nos levantamos a las 5h00, y tras desayunar, terminar y colocar las maletas, arrancamos… bueno, yo arranqué, pero Juan no, porque a su moto no le daba la gana. Tras un pequeño susto de media hora, al final se decide (igual ella tampoco quería volver!). Al final salimos poco antes de as 8h00. Tocaban unos 430km, y tardamos, unas 11 horas en llegar, pero esta vez porque paramos bastantes veces a hacer fotos, ya que los paisajes eran una pasada y valían todas las paradas.
La ruta pasaba por algún puerto, uno de ellos de pago: Gerlosspass.
No comenté antes, en Austria se puede circular por autopistas comprando una viñeta. Para las motos cuesta 4,90€ para 10 días. Después hay algún tramo de autopistas o carreteras (en general con túneles) que son de pago adicional, y también algún puerto de montaña (cosa que desconocíamos). Lo suyo habría sido comprar viñeta de los puertos (13€ para 10 días) para circular por esta zona, y evitarse sorpresas, pero como no lo sabíamos, compramos la viñeta solo para este puerto (5,50€ con pegatina incluida 😀 ). La verdad es que tampoco nos dolió mucho porque las vistas eran maravillosas, en la subida, a una cascada gigante que bajaba la montaña, y en la bajada, unas vistas preciosas a una montaña y un lago.
Subiendo a Gerlosspass
Vista a Speicher Durlassboden
La carretera también está en muy buenas condiciones. Al final de esta carretera, como se nos hacía tarde, cogimos la autopista hasta después de Innsbruck. Esta autopista es una pasada, se está rodeados de montañas. Estábamos alojados en un pueblo cerca de Seefeld in Tirol. Llegamos sobre las 19h30. Habían terminado el servicio de cena (en el hotel se cenaba a las 18h30), así que fuimos a un restaurante del pueblo (tampoco habían muchos abiertos…) donde servían hasta las 21h30 (unos Italianos se quedaron sin cena).
La zona era muy bonita, también rodeados de montañas, que a veces salían de las nubes, y volvían a desaparecer a los cinco minutos…
El primer día no pintaba muy bien ya que estaba lloviznando mientras desayunábamos. En todo caso, dada la paliza de moto del día anterior habíamos previsto descanso… pero no nos dejó el dueño del hotel que nos dio mapas y consejos para hacer una pequeña excursión (1h40) andando arriba del pueblo, por el bosque, hasta un sitio donde la vista debía de ser muy bonita. Así que empezamos la subida por el camino bien indicado, en medio del bosque. Lo que pasa es que el camino en cuestión estaba bordeado de fresas silvestres y arándanos, así que estábamos parando cada dos por tres para comer… y a la hora y media de caminar, ni habíamos llegado a una casita arriba de las pistas que se veía desde el pueblo.
Llegamos a la casita finalmente e intentamos seguir un camino que nos había indicado este hombre; pero el camino en cuestión estaba bastante encharcado y no llevábamos ni mucho menos el calzado correcto, y encima empezó a llover así que volvimos a la casita y aprovechamos para comer nuestro picnic bajo un trozo de techo… y a esperar que parara un poco.
En un rato más nos encontramos en las nubes, y el tiempo de sacar la cámara y cambiar el objetivo para hacer foto de los pinos en la niebla, ya se habían ido las nubes… en fin, la lluvia se hizo menos intensa y volvimos tranquilamente hacia abajo por un camino más corto con bastante pendiente (si la tenemos que subir no llegamos ni en broma).
La cena en el hotel era muy temprano, a las 18h30 teníamos que estar allí. Juan tenía que re-cenar algo más tarde, que casi era más hora de merienda que de cena…
Al día siguiente teníamos previsto una ruta un tanto larga que consistía en ir hasta el famoso “Passo dello Stelvio” que nos quedaba “a mano” (unos 155km), y volver por el puerto del “Passo del Rombo”- pero éste segundo era de pago (11€ x 2 motos), y como no habíamos cogido la viñeta de Puertos, decidimos pasar del tema y volver por el “Jaufen Pass/Passo di Monte Giovo”.
Así que pa’lla vamos, con un pequeño desvío por Suiza ya que nos han cerrado un tramo del “Reschenpass/Passo di Resia”. Las vistas preciosas y las carreteras una pasada.
Llegamos entonces a la famosa carretera desde Trafoi. Creo que no olvidaré nunca el intento de subida al Passo dello Stelvio… pero por lo mal que lo pasé. Primera curva en “horquilla”, me encuentro en el carril contrario… empezamos bien. En fin, seguimos, segunda, tercera (además van numeradas, empiezan abajo por la numero 48 creo…), la carretera es muy estrecha, hay que abrirse en el carril contrario en la parte de abajo para poder coger la horquilla. El problema viene cuando no te puedes abrir abajo porque viene un vehículo de frente, y te quedas pegado a la derecha, y cuando consigues subir, acabas completamente a la izquierda… lo que me pasó en la sexta curva, solo que venían 2 motos de frente y me asusté, mucho… y preferimos dar la vuelta… bueno, más bien Juan dio la vuelta a mi moto, y me abrió camino para volver hasta Trafoi; en bajada no me resultaron más fáciles las curvas ésas.
En fin, en Trafoi aparcamos las motos y fuimos a comer unas pizzas gigantes, buenas y baratas e intenté recuperarme de los nervios que había pasado.
El mayor problema con estas curvas es que, como no llego bien al suelo y que la carretera no es llana, a veces no puedo poner pie a tierra para recuperar el equilibrio, y tuve miedo de caerme, que no estaba entre los planes de vacaciones… Una vez más o menos recuperada, Juan me convenció para subir otra vez, pero los 2 en mi moto, conduciendo él, y así fue, y subimos, y valió la pena (nunca mejor dicho). Las nubes habían despejado las cumbres y tuvimos arriba unas vistas maravillosas sobre las cumbres nevadas, y la famosa carretera. En el puerto, compramos la pegata “obligatoria” (que no sé dónde se ha metido la jodia, imposible encontrarla :/ *), y alguna postal para la familia (que te sellan como que has estado en el puerto más alto de los Alpes- ya que parece que el puerto más alto, el “Col de l’Iseran” en Francia, han hecho trampa para llegar a los 2770m que venden jejeje), hicimos unas cuantas fotos, nos encontramos con una pareja de españoles con una Wildstar (que tampoco había disfrutado mucho de la subida el pobre…), vimos que la carretera del otro lado parecía bastante más “subible”, y volvimos a bajar tranquilamente hasta Trafoi para recoger la moto de Juan, y volver por el mismo camino ya que con todo esto se nos había hecho tarde, y si volvíamos por el itinerario previsto, no llegábamos antes de la noche ni en broma.
Para la próxima, como tenemos que volver para comprar la pegata**, ya sabemos por donde tengo que subir yo, al menos que cambie de moto entre tanto a una más manejable (pero no está previsto de momento).
En fin, se nos estaban acabando las vacaciones, al día siguiente-viernes- ya teníamos que emprender el viaje de vuelta. En teoría unos 900 y pico kilómetros, en mayoría por autopistas alemanas, pero tuvimos 2 problemas: 1- Salimos tarde y 2- no tenía ganas de volver, así que dije de evitar autopistas y hacer etapa si hacía falta.
Esto engendró el problema n°3: cogimos el “Fernpass”, que por lo visto cogen toooodos los Alemanes, los camiones, las caravanas… y luego pasamos a lo largo de la “BodenSee”, lago gigante entre Suiza y Alemania, donde por lo visto van tooooooooooooooodos los Suizos y Alemanes a pasar el fin de semana… Total que fue un infierno de colas de coches. Conseguimos salir del infierno y llegamos a Colmar, Francia a eso de las 17h, sin más ganas de hacer etapa. Seguimos hasta Nancy pero no por el túnel sino por carreteruca de curvas… mala idea, pillamos un atasco por un accidente y varios camiones, y Juan estaba reventado… Tardamos una hora en recorrer unos 20km…
Paramos a cenar y reponer fuerzas y al final no tuvimos más remedio que recuperar la autopista, dando un rodeo de unos 100km por Troyes, pero por lo menos llegábamos… Al final llegar, llegamos, a eso de las 2h00 de la mañana, tras 17 horas encima de la moto, molidos y con un chaparrón de bienvenida a media hora de casa, antes del peaje… Bienvenidos a París! Se acabó lo bueno!
No estuvieron de más los 2 días de descanso antes de volver a currar!
Vacaciones 2014: 5076km, 1000 fotos (se quedaron en 350 después de la selección), 6 fronteras/países visitados, 1 diluvio universal, unos cuantos puertos subidos y bajados, paisajes memorables, encuentros y charlas muy interesantes, bastante improvisación (la última no la mejor), y muchas, muchas sonrisas.
**Han pasado unos 15 días entre que redacté la crónica y que la publico, y hace un par de días o tres, han aparecido las pegatas 🙂 . Lo malo es que ya no tenemos esta excusa para volver allí, lo bueno es que podemos encontrar cualquier otra excusa si queremos volver 🙂 .
V’s
Viajes
Crónica de Viaje de Novios- Tercera semana
Si os habéis perdido la primera semana es aquí:
Crónica de viaje de novios- Primera semana
Y la segunda aquí:
Crónica de viaje de novios- Segunda semana
El lunes teníamos que emprender otra vez ruta, para nuestra tercera semana, en el Sur de Irlanda. 547km, 6 horas según Google…
Aquí el mapa completo de la ruta por Irlanda (sin contar las pequeñas rutas en cada zona):
Ruta sin incidente, algún chaparrón, cortos pero numerosos, alguno un poco fuerte!!! Un poco de estrés porque no habíamos repostado antes de salir (culpa mía) y hemos hecho más de 100km sin ver una gasolinera… hasta que Juan tuvo la buena idea de enchufar el Tom Tom (donde había tenido la buena idea de registrar las gasolineras antes de salir…) y de salir de la autopista. Llevaba en la reserva más de 20km, 230km recorridos desde el anterior repostaje…
Llegamos a nuestro destino Killarney, co. Kerry, hacia el final de la tarde, bastante cansados por el viaje y la lluvia. Esta vez estábamos en Bed & Breakfast.
Al día siguiente vimos allí también unos bonitos paisajes con la carretera de “The Ring of Kerry”, una carretera con muy bonitas vistas, montañas, mar y lagos también…
por desgracia algún tramo está realmente en estado lamentable y los últimos 60km atascados detrás de un coche a 60km/h y luego un camión, sin posibilidad de adelantar acabó con nosotros muertos después de casi todo el día en moto…
Nuestro último día fue lluvioso, así que aprovechamos para ir de compras “recuerdos” por el pueblo, que era muy turístico.
Nuestro mejor momento fue nuestra primera noche en un pub, con una buena charla con un lugareño.
Por desgracia se van acabando las vacaciones, y el tiempo es triste.
Salimos el jueves por la mañana con destino Rosslare, 260km, 3h30 según Google. Un poco más en realidad, con lluvia casi toda la mañana. Paró justo antes de comer, en Waterford, y conseguimos llegar bastante secos.
Los propietarios del ultimo B&B eran muy acogedores (además de ser moteros). Para la cena fuimos a un pub cercano que estaba a reventar de gente (19h), así que para hacer tiempo (no teníamos hambre todavía) nos tomamos nuestra última pinta de Guinness para Juan y Bulmers para mí.
La cena fue muy buena y las camareras muy simpáticas. Tanto que volvimos allí al día siguiente para comer antes de coger el ferry.
El viaje de vuelta fue para mí (y por lo tanto para Juan) bastante menos agradable que la ida, el mar estaba un tanto agitado y me puse malita…
A la llegada a Cherbourg, nos tuvimos que volver a acostumbrar a conducir por la derecha, y volver a las viejas costumbres… un pobre Irlandés apenas desembarcado habrá pagado por las buenas costumbres francesas… primera vía de 2 carriles limitada a ¿? (no ví la señal), nos cruzamos con un motero que nos hace señas que ralenticemos. Segundo tramo de 2 carriles limitado a 90 (no se sabe porque), respetamos el limite… y llega un coche irlandés que nos adelanta a 110-120…. De golpe salen de la nada dos gendarmes en moto y lo persiguen y le obligan a acompañarles en la siguiente salida… Welcome to France!!! Bienvenidos de vuelta a la realidad, fin de las vacaciones…
Llegamos a casa sin problema por carreteras aburridas, y un día de sobra para descansar.
Me acordaba de Irlanda como un país muy bonito y gente muy acogedora, y he vuelto a encontrar un país maravilloso con gente maravillosa… esperamos poder volver pronto.
Viaje de novios: 3599,3km de felicidad.
V’s
Viajes
Crónica de viaje de novios- Primera semana
Este año 2013 nuestras vacaciones eran un tanto especiales ya que hacíamos nuestro Viaje de Novios. Destino: Irlanda. Porqué? Yo he ido 3 veces a Irlanda (cuando era joven), la última por una temporada de 7 meses cuando era estudiante como « chica au-pair », y tenía tan buenas memorias que me había prometido volver algún día. Y tenía ganas que Juan conociera también a este país para poder compartir con él mi amor por este país. Era la ocasión!
Habíamos previsto ir con las 2 motos, también era la ocasión dados los gastos multiplicados.
Hemos tardado un poco en la preparación del viaje, compra de maletas para la SV, puesta al día del mantenimiento de las motos, preparaciones diversas para el viaje, listas interminables de cosas que no tenemos que olvidar (eso soy yo…).
Antes de conocer a Juan siempre tenía mis cosas listas con mucha antelación… pero desde hace ya un tiempo, siempre acabamos haciendo la maleta en el último momento (bueno, pero con la lista eh, tampoco hay que exagerar 😉 ) la mañana de la salida, y al final, siempre acabamos saliendo a eso de las 11h…
Por fin, esta bonita mañana de sábado 13 de julio, ya estamos listos, a eso de las 11h pues (ni hecho a posta oiga)…
La idea para la ruta era evitar los peajes y coger la Nacional 12 en Versalles, y luego pasar por Evreux, Dreux, Lisieux, Caen, y hacer noche en Bayeux. Tenía mi GPS activado, en forma de papel pegado al depósito (no hemos conseguido encontrar un “portamapas” con imanes para poner en el depósito, solo bolsas sobre depósito enormes…), y Juan se encargaba del verdaderos GPS en forma de Tom Tom regalo de mi suegro (gracias!), en caso de avería del mío 😉 , que nos ha sido muy útil la verdad.
Viaje tranquilo y aburrido, con parada bocata en un área de descanso, tiempo ideal, sol pero no demasiado calor, estamos de vacaciones!
Llegamos a Bayeux a mitad de la tarde para refrescarnos un poco y visitar la Catedral antes de ir a cenar…
Cena demasiado larga en llegar, y aunque habíamos previsto ir a ver los fuegos artificiales (el 14 de julio es fiesta nacional), estábamos tan cansados que nos hemos quedado dormidos… los oí en mi sueño… Juan ni eso…
A la mañana siguiente salimos después del desayuno y de la instalación de las maletas varias, dirección Cherbourg donde nos esperaba el ferry.
Llegamos (demasiado) temprano, tuvimos que hacer tiempo antes de comer unas copiosas pizzas. Para luego ir hacia el puerto de embarque donde llegamos 2 horas antes, y estuvimos esperando con todos los demás (coches, caravanas, autocaravanas, motos, camiones…)… y cabremos todos?
Más o menos una hora antes de la salida, nos llaman para el embarque, las motos primero. No nos dimos cuenta enseguida pero nos separaron para aparcar, mi moto en la fila de la izquierda, y la de Juan en medio. En principio no es un mayor problema, pero cuando entre ambos hay 3 filas de coches aparcados los unos contra los otros, no es muy práctico para llegar hasta el otro cargado con las maletas… En fin. Cuando llegamos nos dicen « tenéis las cinchas y las calzas, apañaros ». Menos mal que estaba una pareja de Belgas muy simpáticos delante de mí y me ayudaron a atar la moto al suelo (bueno, más bien la ataron ellos…). Después de sacar las maletas y el baúl, fui a ver cómo andaba Juan. Problema con su moto: cuando le pone la cincha atando a la izquierda, la moto se cae hacia la derecha. Probamos atando por la derecha, también se cae hacia la derecha… Desesperados, llamamos a un empleado del ferry… con un par de calzas o tres debajo del basculante la moto ya no se mueve. Menos mal… Al final conseguimos reunir todas nuestras cosas (2 maletas, 1 baúl, las alforjas, 1 mochila, 2 cascos…) y llegar a nuestro camarote. Todo lo que no habíamos sudado en la ruta gracias a las temperaturas ideales lo hemos sudado en media hora en la bodega del ferry… un horror…
Después de una buena ducha, nos damos un paseo de visita al ferry. Primero los puentes exteriores para ver el ferry salir del puerto y llegar en alta mar. La mar era muy calmada y todo el mundo estaba en los puentes exteriores.
El viaje en ferry (16 horas ni una menos) fue muy agradable, el ferry está muy bien equipado para hacer el cruce llevadero: cafés, pubs, restaurantes, un cine, una tienda… todo con precios normales (podrían abusar como en otros sitios ya que no tienes más remedio… pero no es el caso).
Hemos tenido de bonus una bonita puesta de sol, la compañía de 3 alcatraces que seguían el ferry, una cena “bocata” en el puente en “solitario” (con viento, eso sí…) y nuestra primera Guinness en el pub a la luz de la luna… aun con un mar plano que ni nos dábamos cuenta que estábamos en medio del mar navegando.
Después de una noche tranquila llegamos a la hora prevista en Rosslare, co. Wexford, República de Irlanda.
Bajamos a la bodega, desatamos las motos (yo con la ayuda de la simpática pareja de Belgas de delante), mi asiento un tanto deformado por las cinchas a pesar de las protecciones pero bueno… ponemos maletas, baúl etc… y bajamos del ferry bastante rápido (personal muy eficaz la verdad).
Después de una parada a pie de ferry para terminar de vestirnos de moteros, por fin empezamos la ruta, por la izquierda claro… lo más complicado siendo las (numerosas) rotondas. No que te vayas a equivocar de sentido, sino sobre todo para acostumbrarse a mirar hacia la derecha antes de salir, no a la izquierda…
Teníamos un buen tramo de ruta que recorrer ese día ya que íbamos directamente hacia el Connemara, punta Oeste de Irlanda (Rosslare estando al Sur Este). No tanto en kilómetros (370) sino que, en Irlanda, según las carreteras, y contando las paradas cada 150-200km para echar gasolina y descansar el culo, los kilómetros se convierten rápido en muchas horas. Y sabiendo que el ferry llegaba a las 11h30, y contando el tiempo de desembarcar y encontrar un sitio donde comer algo rápido, no podíamos tardar mucho en continuar para no llegar demasiado tarde y poder cenar algo antes de que todo cerrase.
Efectivamente, al final llegamos a eso de las 20h30, sin lluvia, pero con viento lateral en buena parte de la ruta, por nacionales más o menos anchas, un mini tramo de autopista, y un buen atasco para rodear Galway.
La llave estaba en la puerta. Descargamos corriendo todas las maletas/alforjas y sin cambiarnos, cogemos las motos y bajamos al pueblo (unos 3km de carretera de campo, con una parte apenas reasfaltada “a la francesa”- es decir con gravilla…).
Aparcamos en lo que parecía la calle principal y dimos una vuelta a todos los pubs (casi lo único que había en la calle). Las cartas se parecían y no eran precisamente baratos. Nos dimos cuenta luego que el pueblo vive del turismo principalmente y aprovecha…
Al final nos decidimos por uno de los pubs, escogimos bien, tenía una vista muy bonita a la bahía, el servicio fue agradable, la comida buena (no muy copiosa para Juan), un poco caro… pero bueno, pudimos cenar que era lo importante.
La verdad es que estábamos un poco cansados de la ruta así que volvimos directo para instalarnos. Habíamos cogido un alquiler para la semana. Eran unas casitas adosadas, que durante la ocupación inglesa eran las casas de los guardacostas (y sus familias). En el momento de la Independencia el sitio fue quemado. El actual propietario las reconstruyó enteritas y las alquila para las vacaciones. La vista a la bahía es tremenda, desde la habitación y el salón. El sitio es de ensueño.
El alojamiento:
La vista :
Y al propietario le gusta mucho charlar y contar anécdotas sobre la historia del lugar y de la región, lo que es muy agradable.
La primera semana fue cuando más kilómetros recorrimos, en forma de vueltas por el Connemara y hacia un poco más arriba, county Mayo. Tres días seguidos hemos hecho unos 180-200km al día, casi todo el día encima de la moto.
El Connemara es un lugar muy bonito, mágico. Estamos rodeados de montañas que parecen terciopelo verde, con vegetación montañosa, unos lagos de montaña, y sin embargo estamos al lado o a unos kilómetros del océano. Para resumir, rulábamos, nos parábamos para hacer fotos, rulábamos, parábamos para hacer fotos, y así todo el día… El buen tiempo nos acompañó toda la semana, 23-25°C de media durante el día, siempre con un poco de aire fresco, y una punta a 30°C el ultimo día de “vuelta”, demasiado caluroso y no muy práctico cuando parábamos… obligados a quitarnos la chaqueta para no morirnos de calor.
Paro aquí un rato las descripciones para dejar sitio a las fotos…
1er día : Sky Road- Clifden
2° día
Ballyconneely
Roundstone
Bog Road
Coral Beach
3er día
Cerca de Leenane
Lough Corrib
Lough Mask
Lough Nafooey
4° día
Doo Lough (lo llamamos «el lago de los tábanos»- Juan todavía tiene cicatrices…)
Westport Bay
Croagh Patrick
Atardecer y luna en Sky Road:
Solo decir que los 2 últimos días los hemos disfrutado no haciendo nada aparte de visitar los pubs del pueblo y aprovechar un poco la Guinness para Juan y la Bulmers/Magners (sidra) para mí.
Al lunes siguiente, con la cabeza llena de paisajes, salíamos por unos 380km- más o menos 6 horas de ruta.
V’s
Viajes
Champagne
El último finde de octubre, con un fin de de 3 días por delante, decidimos salir de paseo con las motos, como a mí me gusta, con tiempo para parar a hacer fotos.
Al principio estaba previsto ir con las 2 motos, pero un problema de fuga de liquido refrigerante de la SP2 lo impidió y tuvimos que ir los 2 en mi moto.
El destino del finde era la ciudad de Reims, en la región donde hacen el “Champán” – la Champagne, denominación de origen.
Lo malo de Paris y sus alrededores, es que es todo llano, sin curvas, todo recto. Así que la ruta en sí para llegar a los sitios nunca es demasiado interesante. Aun así, seguimos con las buenas costumbres de evitar autopistas.
Salimos el viernes tranquilamente después de comer, el día era muy nuboso, de esas nubes muy bajas que parece que está anocheciendo durante todo el día. Pero por lo menos no llovió. Teníamos unos 180km por recorrer; la ultima parte en medio de viñedos y con alguna curva (desde que estamos en Paris, siempre las vamos contando…).
Nos quedábamos a unos 20km de la ciudad de Reims, en una “chambre d’hôtes” o “Bed & Breakfast”, de una gente muy maja y acogedora (y además moteros)- muy recomendable para pasar alguna noche para visitar los alrededores.
Llegamos con el tiempo suficiente para que nos indiquen un sitio para ir a cenar a unos kilómetros. También recomendable.
El sábado amaneció con un sol estupendo, pero con un frío de co***. Cogimos la moto hasta Reims, donde paramos para visitar la Catedral.
Fuera, soplaba un viento helado. Juan estaba congelado (yo llevaba mas capas que una cebolla…). Después de una parada técnica té\chocolate caliente para entrar en calor, y de un paseíto por los alrededores de la Catedral,
fuimos a comer.
Por la tarde fuimos a ver el pequeño Museo del Automóvil, fundado hace unos cuantos años por un diseñador de Renault (Charbonneaux) con su colección personal que luego fue completada con adquisiciones del Museo y coches privados prestados. No es muy grande pero tiene cosas interesantes. Poquitas motos, eso sí , algunas en bastante mal estado.
1er vehículo de vapor:
Citroen Maseratti
Un tándem con motor y sidecar…
Después del Museo, decidimos ir a ver la Ciudad de Epernay, donde están la mayoría de las sedes de las más famosas marcas de Champán. Llegamos ya un poco tarde para poder visitar alguna cava. Después de cenar y de perdernos por la «Montaña de Reims» (a cualquier cosa llaman montaña), ya de noche, conseguimos volver donde nos alojábamos, completamente congelados.
Al día siguiente ya tocaba volver, aunque sin prisa. Aprovechamos la mañana para ir en busca de un Molino que habíamos visto en una foto y en un cuadro en el alojamiento. Encontramos el dichoso molino y paramos un buen rato en medio de los viñedos coloridos.
Seguimos la ruta por «la Route du Champagne», que pasa en medio del «monte» por delante de unas cuantas cavas de Champán.
Paramos en el pueblo de Gueux.
Allí hace unos cuantos años se corrieron carreras: Primera vez «Grand Prix de la Marne» en 1926, 1er Grand Prix de France en 1938, primera carrera oficial de Formula 1 en 1950 – última carrera de Fórmula 1 en 1966, y última carrera en 1972 del Campeonato francés de Motociclismo.
Una asociación local ha arreglado la zona de los boxes y las gradas de la línea de llegada.
Tras una cuantas fotos mas (la mayoría no han salido ya que mi cámara- la de siempre, de carretes, ha decidido dejar de funcionar correctamente y los colores salen fatal- así que la mayoría de las fotos son de mi móvil…), tuvimos que decidirnos en ir a comer y emprender el camino de vuelta…
En conclusión: es una zona preciosa para ir de paseo y hacer foticos, volveremos. Eso sí, cuando haga menos frío…
V’s
Paseos, Viajes
100.000km
Este post es un artículo que fue escrito para y publicado en la revista «La Moto» de Mayo 2010:
Empecé a interesarme por las motos con 14 años, pero no fue hasta 10 años más tarde que decidí, con la excusa de facilitar mis desplazamientos al trabajo, sacarme el carnet y comprar mi primera moto, una Kawasaki ZZR250 comprada con 20.000km y vendida 3 años después con casi 80.000km. En Mayo del 2005, compré mi segunda y actual moto, una Suzuki SV650S, principalmente por su línea (estéticamente me gustan más las RR, pero no se adaptan demasiado a mi conducción… “tranquila”), y por su carácter de bicilíndrica.
Aparte de usarla para los desplazamientos diarios al trabajo, también me gustan las salidas domingueras pero sobre todo, cuando realmente disfruto de la moto es viajando.
La verdad es que esta moto no es la más adecuada, a nivel de posición de conducción para este propósito, menos para mi metro sesenta, pero bueno… todo es acostumbrarse, y en todo caso tengo que reconocer que a nivel de comportamiento y fiabilidad, sólo me ha dado satisfacciones.
Aquel mayo del 2005, decidimos bautizar la moto pasando un fin de semana en el camping motero de Anzánigo. El viaje fue bastante duro para mi marido que me seguía con una 1000 deportiva, ya que por el rodaje, no pasaba de 108km/h…
Mallos de Riglos 2005
A la vuelta fue peor, ya que tardamos unas 11 horas para recorrer los 350km… no por la velocidad punta, sino por la velocidad media, porque paraba cada dos por tres para practicar mi segunda afición: la fotografía… Y es que esta zona del Pre-pirineo (Aragonés y Catalán) da mucho juego para ello.
Ese mismo año, para asegurarme de probarla bien, y llegado el verano, fuimos a mi primera concentración de motos, también en el Pirineo Aragonés, y tuvimos unas vacaciones de unos cuantos kilómetros… primero sola para hacerles una visita a unos amigos en Marsella y Lyon, y luego ya otra vez acompañada de mi marido, hasta Asturias y Galicia (Ferrol y Sanxenxo).
Isla de la Toja 2005
En los siguientes años, hicimos unos cuantos viajes más, principalmente por España (en desorden, y algunos sitios varias veces: Cazorla, Almería, Madrid, Valencia para el SBK, Teruel…). Sin olvidar Asturias y Galicia donde vamos cada verano, siempre por la misma ruta que pasa por el pre-pirineo. En alguna ocasión paramos por el camino por la zona, sea del lado español (Biescas)
Camino de Bielsa 2008
o francés (este verano en Cauterets, pasando por muuuuuuuchos puertos del Tour).
Camino del Col d’Aspin – 2008
Mirador del Fito – Asturias 2009
Mirador de San Andrés de Teixido – Galicia 2009
También hemos hecho alguna incursión al país vecino, por la zona de Lyon, y con parada obligada por razón mecánica (cambiar el kit de transmisión por mala cabeza y mal mantenimiento- mea culpa… sólo me pasó una vez!) en el precioso pueblo y zona de Millau y les Gorges du Tarn.
Viaducto de Millau – 2007
Para los viajes, hemos comprado unas alforjas Basgster, y para los viajes en dúo utilizamos también una bolsa sobredepósito (que no puedo utilizar en solo, porque el depósito es ancho y alto, y no llegaría bien a los semimanillares…).
La mayoría de viajes se hicieron entre mayo y septiembre, aprovechando fines de semana largos y vacaciones. Para los viajes, siempre intentamos encontrar rutas por carreteras secundarias reviradas, tardando bastante tiempo, disfrutando de la ruta, de los paisajes, y parando cada vez que se puede (y que me deja mi marido) para hacer fotos. Aunque muchas veces la vuelta de vacaciones se hace con menos tiempo y por autopistas/autovías aburridas.
La mayoría de los viajes los hice conduciendo yo, aunque en alguna ocasión, probé el asiento trasero de mi moto para viajes largos, ya que para ir en dúo, el asiento trasero de la moto de mi marido quedó totalmente descartado. En la SV, la posición yendo de paquete no es incómoda, incluso diría, más cómoda que la posición de conducción, porque se puede ir bastante recto, aunque el mullido del asiento se hace un poco incómodo después de muchas horas sentada.
En estos 4 años y pico, también hice con ella bastantes rutas domingueras, por Cataluña, dirección Tarragona, o Girona, en grupo, en solitario o en dúo, de paquete o conduciendo. La cuestión es disfrutar de la carretera, de las vistas, y de la compañía (casi siempre cerrando el grupo)… y al poder ser “repostando” por el camino butifarra con patatas.
Pantano de la Llosa del Cavall – 2009
Camino del Port de la Bonaigua – 2009
A lo largo de estos 100.000km, no he tenido ningún problema mecánico, sólo un fallo eléctrico (se fundió el fusible principal, por un cortocircuito provocado por el roce de la cadena antirrobo con un cable debajo del asiento), y aparte del mantenimiento normal y corriente, le he cambiado por desgaste y/o mejora el amortiguador trasero y los muelles de la horquilla (ver resumen de mantenimiento). Hasta la fecha, ni he tenido que cambiarle una bombilla. Y la batería, de momento, aguanta lo suyo.
El único “extra” ha sido añadirle puños calefactables que vienen de cine para los viajes y rutas en invierno.
30/01/2010 100.000km
En conclusión, en los 100.000km recorridos con ella, con sol, calor, lluvia o frío, no me he podido quejar ni una vez de su comportamiento. Es una moto bastante divertida de conducir, quizás más adecuada para un uso “dominguero” en recorridos cortos-medios, aunque tiene un comportamiento intachable en viajes largos, la única pega es la posición de conducción que acaba machacando la espalda. A día de hoy, no tengo pensado cambiarla por otra a corto-medio plazo, así que espero que me dure como mínimo unos 100.000km más… y con muchas más fotos!
V’s
Viajes
Vacaciones 2008
Nuestras vacaciones 2008 empezaron “enlatados” por razones prácticas (íbamos a una boda) y también de ahorro (dado lo caro que es la gasolina en Francia, mejor repostar lo menos posible…). La zona es muy bonita, además era la época de las lavandas en flor.
Tenemos pendiente volver por la zona con la moto.
La estancia en Francia fue corta y volvimos a Barcelona para dejar el coche y coger las motos. Teníamos previsto ir a Asturias pero por etapas, pasando por el Pirineo.
La ruta fue la siguiente:
Barcelona-Tarrega por autovía. Desvío por la C53 hasta Balaguer, C13 pasando por la carretera tremenda del Pantano de Camarasa con vistas preciosas. Tremp, La Pobla de Segur y parada para comer en el pueblo de Senterada.
Allí habíamos parado hace un par de años (o 3) volviendo de una concentración. Habíamos comido entonces unas «torradas» tremendas, y el dueño del bar (que se parecía bastante a un leñador típico canadiense… nos dió miedo y todo) nos había hecho probar embutido de la casa… tremendo! Con lo cual, decidimos parar otra vez allí… Pedimos torradas y nos trajeron: pan de pagès a voluntad, con el correspondiente ajo, tomate y aceite para el pà tomàquet- y: jamón ibérico tremendo (del pueblo), 3 tipos de salchichón de la casa, y 3 tipos de quesos de la casa. Resultado: mi marido casi no cabe en el mono y poco más y nos teníamos que quedar a dormir allí.
Al final salimos y seguimos camino por Pont de Suert, Castejón de Sos, Ainsa (carretera preciosa por un barranco) y subimos hasta Bielsa dónde habíamos previsto parar un día.
En Bielsa tuvieron el detalle de ponernos una luna llena que salía de detrás de las montañas- y un bar ponía a disposición de los clientes su telescopio a cambio (claro) de una consumición…
Al día siguiente habíamos previsto dar una vuelta larga pasando del lado francés y subiendo (y bajando) unos cuantos puertos de esos famosos del Tour de Francia.
Hay un túnel que separa España de Francia… del lado español no hacía mucho sol pero no parecía que iba a llover ni nada. Fue salir del túnel y encontrarnos con niebla, tuvimos que bajar todo el camino a 20km/hora. Un poco más abajo ya no había niebla pero el tiempo era muy nublado. Aún así intentamos emprender la subida hacia el «Col d’Aspin». Después de unos kilómetros tuvimos que dar la vuelta ya que otra vez nos encontrábamos con niebla…
y no vale mucho la pena subir kilómetros con niebla y llegar al puerto y no ver nada… Comimos de menú en un pueblo (pasaré los detalles porque no me sentí muy orgullosa de ser francesa en aquel momento), y volvimos hacia el lado español.
Del otro lado se había despejado bastante y pudimos disfrutar del paisaje… y hacer alguna parada fotográfica…
También hicimos una parada «técnica»: iba yo delante y justo antes de una curva grande, veo que detrás mío mi marido me está pitando sin parar, y se para en el poco arcén que había (en plena curva). Yo paro también pensando «sí es bonito el paisaje pero de allí a parar en medio de una curva, se ha vuelto loco»… Subo andando y me dice «se me ha parado la moto» y a la vez que me lo dice, pone una cara rara y «nada, que le he debido de dar al botón rojo del encendido…» Total, ya que estábamos parados, aprovechamos para hacer fotos y también de paso para comer fresas silvestres que había por ahí.
Al día siguiente ya emprendimos el camino hacia Asturias, saliendo del hotel muy temprano y tomando todo el tiempo necesario para disfrutar de unas vistas inolvidables entre Bielsa y Ainsa de los rayos del sol temprano saliendo de detrás de las montañas. Por desgracia no hay fotos pero está grabado en nuestras memorias.
Seguimos hasta Boltaña, Broto, Biescas y Sabiñanigo y Jaca hasta Pamplona. La siguiente parada fue cerca de Laredo donde comimos tarde con unos amigos. A Asturias llegamos tarde… y no hay elementos gráficos ya que sólo nos dedicamos a ir de sidrería en sidrería…
Como no habíamos hecho suficientes kilómetros, unos días después seguimos camino hacia Ferrol, Galicia. No tuvimos muy buen tiempo para salir con las motos, sólo aprovechamos la vuelta para dar un pequeño desvío por los Ancares (el principio) donde paramos a comer de picnic.
Luego seguimos camino hacia León donde decidimos pasar la noche y hacer un poco de turismo. Al día siguiente yo salí hacia Barcelona y mi marido volvía a Asturias para una semana más.
Unos cuantos kilómetros en 2 semanas nos supieron a poco… al final no descansamos mucho!!!
Tenemos pendiente volver a Bielsa para más días y hacer por fín la ruta de los puertos del Tour…
Colorín colorado, este cuento se ha acabado…
V’s
Viajes
Un año de recuerdos con Ella
Hace un mes hizo un año que fui a recoger mi “nueva” moto al taller. Mi SV650S azul. Todavía me acuerdo del “miedo” que me entró al acelerar la primera vez, en la misma calle del taller, miedo a caerme, miedo a no conseguir frenar, a no conseguir parar, a acelerar demasiado de prisa.
La moto era muy diferente de mi primera moto. Primero por la posición de conducción, voy muy echada pa’lante en esta moto, con el manillar bastante más ancho, y el depósito bastante más alto. Tampoco llegaba tan bien al suelo como con la otra.
Bueno, evidentemente, la moto era “mucho” más potente (para mí por lo menos), mucho más nerviosa, frenaba mucho (es que la otra al final como que frenar frenar, no frenaba mucho, pero tampoco andaba demasiado), y sobro todo retenía mucho. Es que con esta moto flipo, porque casi no utilizo los frenos de lo mucho que retiene con el freno motor. Es económica en pastillas de frenos!!! Este primer día, estaba tan acojonada, que iba a llevar la moto hasta el garaje y nada más… Pero me animó mi marido a dar tan solo una vuelta para acostumbrarme. Y menos mal. Le cogí el tranquillo poco a poco.
Pasada la primera semana “de prueba” para ir al trabajo (todo autopista, atascos incluidos), decidimos hacer un primer pequeño viaje para ver qué tal me iba para estar más tiempo encima ya que lo que me gusta es viajar.
Salimos el sábado por la mañana hacia Anzánigo- Huesca. Unos 300 y pocos kilómetros, por carreteras secundarias. En los últimos kilómetros de carretera muy mala hasta el camping (Camping motero Anzánigo ), me di cuenta de lo dura que era la suspensión, y que mis brazos y muñecas acababan sufriendo de la posición. Pero habría podido ser peor, y el esfuerzo valía la pena…
El domingo aprovechamos para ir a Riglos:
Embalse de la Peña
Riglos
Y el lunes emprendimos la vuelta por carreteritas secundarias… Tan secundarias que tardamos… 11 horas en llegar a casa. Culpa de xx “paradas fotográficas”, alguna para ponernos el traje de lluvia, y otra para comer, y una última en una gasolinera (de la que nos echaron…) para protegernos del chaparrón que nos pilló de lleno…
A finales de mayo la llevé para la primera revisión de los 1000 km…
El segundo viaje fue a finales de junio para una Concentración, también en Huesca, un poco más arriba, en el Valle de Benasque, una zona preciosa, pero una concentración poco recomendable…
Emprendimos la vuelta también por carreteritas preciosas, pasando por Castejón de Sos, El Pont de Suert, Camarasa, con vistas preciosas a los Piríneos, y una parada memorable en un bar de Senterada (http://www.casaleonardo.net/ ) en el que comimos torradas de pan con tomate con jamón excelente, y también nos hizó probar el propietario del bar un salchichón tipo “fuet” de la zona tremendo.
Pantano de Camarasa
Como todavía no conseguía saber muy bien qué tal iba la moto para viajar 😉 , a finales de julio fuimos a otra Concentración, esta vez cerca de Burgos, en Belorado, un pueblín precioso. Allí pasamos mucho calor, y nos lo pasamos bien. Para ir, pasamos por Huesca, ya que nos conocíamos la ruta 😉 . La vuelta la tuvimos que hacer por autopista, ya que no nos quisimos perder el GP de Inglaterra y salimos muy tarde…
Al volver de la concentración tocó revisión de los 6000 km antes de irse de vacaciones los del taller, y luego yo.
El último viaje del año no fue el más corto y fue para las vacaciones a finales de agosto-principios de septiembre.
La primera parte del viaje la hice sola, y consistió en ir a visitar a unos amigos que viven ahora en Marsella (Francia) y luego a unas amigas en Lyon. La ida la hice mayormente por nacionales, y al final por autopista, ya que acabé hasta el gorro de los atascos en las entradas de las ciudades (era un sábado), y del calor.
Una anécdota sobre mi llegada a Marsella: pregunté el camino a un motero en un semáforo, que me explicó bastante bien cómo llegar a la calle de mi amigo. Era una calle en sentido único y en bajada tremenda. Cuando pensé haber encontrado el número correcto, me subí a la acera y aparqué la moto como podía. Comprobé la dirección en mi móvil, y resulta que me había parado demasiado pronto, me faltaban unos 50 números para llegar… Primer problema: bajar la moto de la acera sin caerme, y luego, tirar la moto en marcha atrás cuesta arriba para poder sacarla y coger otra vez la calle.
Conseguí bajar la moto de la acera, pero no podía poner el caballete siendo cuesta abajo, y tampoco conseguía tirar la moto cuesta arriba (ya me cuesta moverla a veces en llano, pero así, no me quedaban fuerzas…). Por suerte estaban allí una pareja de turistas con su hijo, y el señor me propuso su ayuda y empujó la moto (pobre hombre), lo que le agradeceré eternamente, ya que sin su ayuda seguramente todavía estaría allí 😉
Marseille
Entre Marsella y Lyon fui por la nacional, siendo entre semana se iba bastante bien y rápido, eso sí, con bastante viento todo el rato (lo que es bastante frecuente en esta zona).
El viernes por la mañana dejé a mi amiga para ir hasta Toulouse donde había previsto pasar la noche antes de seguir hasta Asturias al día siguiente.
Salí temprano para ir con tiempo y por nacionales, pasando por Saint-Etienne, Le Puy en Velay, Mende (dondé paré a comer, bonito pueblo). Quería aprovechar la tarde para dar un rodeo para ver el nuevo y famoso viaducto de Millau, pero empezó a llover, y preferí evitar más rodeos y fui directamente por Rodez y Albi (muy bonito también, pero habían atascos cuando llegué, y preferí seguir bajando para descansar). Llegué a Toulouse sobre las 17h30…
A la mañana del sábado, cuando me estaba preparando a salir, sobre las 8h… empezó a llover, llover… Me bajé a la entrada del hotel donde 2 parejas de moteros también esperaban a que pasara la tormenta. Estuvimos casi 2 horas esperando, pero cuando empezó a bajar la intensidad (y que ya no había rayos, etc…) acabé saliendo. Había previsto ir por autopista, y la verdad es que llovió todo el rato casi hasta la frontera. Creo que paré en una de cada 2 gasolineras para secarme un poco o calentarme un poco, acabé de agua hasta los mismísimos… Sobre las 14h llegaba a la frontera. Ya estaba medio seca, y en España empezó a llover un poco otra vez, pero con un asfalto que absorba el agua, una maravilla comparado con un asfalto que hace que cada coche que te adelante sea un suplicio. Sobre las 15h me junté con mi marido después de Bilbao, donde aprovechamos para comer.
De allí fuimos directamente hasta Asturias donde pasamos el fin de semana (y descansamos!!!).
El lunes salimos hacia Ferrol por la costa (desde Avilés N-632 + N-634 y luego LU-861 y AC-861), por carreteras muy guapas y con pocas gasolineras… (y por suerte, al ritmo que llevábamos, conseguimos hacer 230km, sin entrar en reserva!!! Acabó apareciendo una gasolinera…).
Esta misma semana bajamos hasta Sanxenxo donde tuvimos la suerte de tener unos días de sol tremendo.
Sanxenxo
Portonovo
Isla de la Toja
El viernes salimos hacia Asturias otra vez, esta vez por el interior. Y luego por la costa, con una parada en la “frontera” Galicia-Asturias.
Ribadeo
El fin de semana y el resto de la semana fue para disfrutar de los amigos, la comida, la sidra, los amigos otra vez… con alguna salida en moto… y más comida, es lo que tiene Asturias…
El domingo, vuelta de un tirón hasta Barcelona, por León y Burgos, ya que por la costa habían previsto trombas de agua, y menos mal que no fuimos!!!
Para este viaje acabé con la espalda bastante machacada por la posición de conducción, una sesión de masaje de verdad no consiguió arreglarlo, tendría que haber tenido 4 sesiones para deshacer todos los nudos… Pero aún así, repetiría sin problemas!
A la vuelta, evidentemente, tocó la revisión de los 12000.
Luego llegó el otoño, y el invierno, y la moto ha sido sobre todo mi “herramienta” para llevarme al trabajo…
V’s