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Antrim Coast and Glens

Viajes

Vacaciones 2016: Antrim Coast and Glens

Posted on 25/06/2016 at 10:48 by / 0

Este año cogimos vacaciones en Mayo. El plan era pasar las dos semanas en Irlanda, una en Irlanda del Norte y una en el Norte de Irlanda, en Donegal. Hicimos coincidir las fechas con la NorthWest200.

Salimos el domingo después de un día para descansar y preparar las cosas. Con las maletas ya hechas del día anterior (por primera vez en mucho tiempo), desayunamos tranquilamente, y mientras empaquetaba lo ultimo y ponía en orden la casa, Juan se encargaba de montar el equipaje en las motos.

Al final salimos de casa justo después de las 10h. A las 10h15 paramos a repostar a unos 5km. Después de repostar, voy a arrancar la moto. No arranca. Hace bien el dziiiii cuando giro la llave, pero cuando le doy al botón de arranque hace tactactac… Ya nos hizo algo similar en Cuenca hace muchos años, de aquella la cadena antirrobo metida debajo del asiento rozaba con algún cable y saltaba el fusible.

Sacamos la cadena de debajo del asiento, y al cabo de un rato volvió a arrancar y al final nos fuimos, sobre las 10h40, casi las 11h que es nuestra hora de siempre 😉 . Hicimos la mayor parte del viaje por autovía, con 3 o 4 paradas para repostar y/o comer, y beber. La moto arrancó en todas las ocasiones sin problema. Poco antes de las 18h, llegamos a nuestro destino, 520km mas tarde, en Armoy, donde íbamos a pasar la semana, en el mismo sitio donde nos alojamos durante nuestro viaje de novios.

Tras descargar nuestros bártulos, pensamos ir a cenar a Ballycastle, en la costa. Desaparco la moto, enciendo, le doy al botón de arranque… NADA! El problema otra vez! Tras intentar un rato encontrar qué cable podía rozar o estar desconectado, decidimos mejor dejarlo para el día siguiente e ir a cenar… andando ya que no tenía moto y la de Juan es monoplaza desde que cambió los escapes. Así que pa’lla fuimos.

Tras cenar y comprar lo básico para el desayuno en la tienda del pueblo, volvimos. De camino le digo a Juan «Oye, cuando arrancamos están las luces encendidas, y últimamente hemos tenido problemas con el conector de las luces que hacía un falso contacto». Juan estuvo arreglándolo temporalmente antes de irnos de vacaciones, pero habrá que cambiar el conector a la vuelta. Pues bien, dijimos de probar de encender con las luces largas en vez de las cortas a ver… De vuelta a la moto, me pide Juan la linterna, y mientras entro a buscarla, oigo la moto arrancar 🙂 . Bueno, aunque no esté arreglado el problema, parece que la moto puede arrancar a ratos… Sino, el problema es que estamos a unos 35km de la NorthWest200 que hemos venido a ver, y el transporte público está “un tanto” limitado… Así que a ver qué pasa. Se acaba un primer día lleno de sorpresas, no tenemos ni idea porque la moto arrancó cerca de casa y en la ruta, y ahora ya no. No hay explicación lógica. Al menos hemos llegado hasta aquí, será “The Luck of the Irish”, no hay otra 😉 …

Al día siguiente, nos tomamos tiempo para dormir ya que la moto arrancaba. Cuando decidimos ir a desayunar al pueblo, Juan intenta arrancar la moto, la batería da señales de debilidad y no arranca. A la tercera acaba arrancando. Ahora tenemos 2 problemas, el probable eléctrico y la batería que se vuelve floja por solicitarla demasiado…

Vamos hasta Armoy pero el sitio donde pensábamos desayunar está cerrado. Nada, iremos hasta Ballycastle y cruzando los dedos para que la moto siga arrancando. Desayunamos en el café del hotel que está frente al mar.

Volvemos al alojamiento a coger mochila y redes y tiramos para Coleraine para buscar las entradas de la NorthWest 200. Me olvidé de coger las indicaciones para llegar a la oficina de ventas, y tenía metido en la cabeza que la oficina estaba en Coleraine en la carretera hacia Portrush (el circuito hace un triangulo entre Portstewart, Coleraine y Portrush, y es bastante largo- no se le da la vuelta andando!). Tras alguna vuelta perdidos por Coleraine, nos paramos a preguntar a un chico que llevaba camiseta de Joey Dunlop, fijo que sabía dónde era. Seguimos las indicaciones y tuvimos que parar a preguntar una segunda vez. Muy lejos no estábamos ya que estábamos rodeados de balas de protección, gradas, e información de chicanes y curvas 😉 . Bueno, al final encontramos el sitio (en Portrush, no Coleraine), y nos dieron las entradas. Preguntamos de paso donde aparcar y también si sabían de un concesionario Suzuki por la zona… pero nos dijo de mirar en internet… Al salir casi me atropella un barbudo montado en una especie de mini moto eléctrica, el barbudo en cuestión era Bruce Anstey 😀 .

Preguntamos a unos señores lo del taller, nos dicen de preguntar al señor de una furgoneta que vendía cosas de road Racing. Nos buscó muy amablemente en el programa el nombre y dirección del concesionario Suzuki (y Ducati) de Ballymoney, pero nos dijo que estaba enfrente de Joey’s Bar, así que ya sabíamos adonde ir!

Me olvidé de mencionar que habían previsto una ola de calor que empezó el día anterior, estábamos en manga corta a las 7 de la tarde, cosa que no es habitual en Irlanda, y menos en mayo. Y resulta que no sé porque, ésta fue la única vez que nos vamos de viaje sin coger los guantes de verano. Total que los guantes de invierno, sobre todo en los pueblos, resultaban insoportables.

Llegamos a Ballymoney y vamos hasta donde Joey’s Bar y efectivamente enfrente del bar hay un concesionario enorme Suzuki/Ducati: Millsport Motorcycles. Entramos y después de explicar el problema, nos dijo de dejar la llave, que se encargaría un mecánico después de comer (era justo la hora de comer).

Así que aprovechamos para irnos a tomar unas coca colas al Joey’s Bar, frente a la la RC30 de Joey Dunlop. Después de la coca cola y de una limpieza de casco (es lo que tiene el calor, que salen todos los bichos a estrellarse en las viseras de los moteros), iba a ir a por otra coca cola cuando se me dio por mirar por la ventana, y veo que un mecánico ya está bajando la moto de vuelta. Así que fuimos pa’lla. Nos dijo el mecánico que no era un problema eléctrico, tampoco de batería, que era el motor de arranque que se quedaba enganchado. Nos explicó cómo hacer para desbloquearlo si volvía a suceder. No podían cambiarlo ya que no tenían la pieza, pero nos dijo que lo podíamos cambiar a la vuelta de vacaciones, que no nos quedaríamos tirados por eso, podíamos seguir el viaje tranquilos.

Ya que no nos quisieron cobrar nada por el diagnóstico, aprovechamos para comprar allí unos guantes de verano, ya que la verdad era un poco peligroso conducir así. También le tuve que quitar el forro a la chaqueta. Ya de vuelta a las motos estuvimos charlando un rato con gente del concesionario, estaban contentos de ver una SV con 145.000km 😉 , no se ve todos los días (y probablemente menos en Irlanda).

Luego nos fuimos en búsqueda de un sitio para comer, que no encontramos en Ballymoney así que volvimos a Ballycastle, donde comimos unos fish & chips frente al mar en una terraza. Luego descansamos un rato viendo el mar, estaba todo petado de motos y moteros. Fuimos a comprar cosas básicas para la cena y para el día siguiente (fue tan básico que nos olvidamos la mitad…) y volvimos al alojamiento… contentos de tener el tema de la moto temporalmente resuelto. 🙂

El martes era el primer día de entrenamientos de la NorthWest 200. La crónica de la NorthWest está AQUI: Martes entrenamientos, Jueves entrenamientos por la mañana y carreras por la tarde y Sábado carreras, son los 3 días que dura.

El miércoles habíamos previsto volver al concesionario de Ballymoney para cambiar el neumático trasero de Juan que lo necesitaba (y que no cambiamos antes de irnos de vacaciones sabiendo que teníamos 500km de línea recta por autovía que terminarían de cuadrarlo).

No conseguimos despertar temprano pero al final llegamos a Ballymoney sin mojarnos, justo después de una corta lluvia (el suelo estaba mojado), y justo antes de que volviese a llover (4 gotas). Mientras cambiaban el neumático, aprovechamos para dar otra vuelta por la tienda, y me subí a la nueva llamada “SV” que bien poco tiene que ver con la mía. Parece la mitad de moto. El depósito se ha quedado en la mitad (probablemente más cómodo), y el chasis es el de la Gladius, en fin, ya no tiene la silueta tan bonita de la SV. El asiento de atrás es diminuto, y debe de ser aun menos cómodo que el mío… Lo único bueno siendo que es más bajita y de asiento menos ancho y llego mejor al suelo. Pero me quedo con la mía 1000 veces! También tenían un ejemplar de la SV como la mía, en azul y blanco, preciosa… si necesitase una segunda moto de apoyo la compraba ya!

Luego fuimos al Bar de Joey Dunlop, donde nos tomamos una coca cola fuera, en el sol ya que hacía sol otra vez. Tras un rato y a la segunda tanda, con cerveza sin alcohol, Juan volvió de la barra acompañado de dos Españoles de Tenerife, Laura y Víctor, que venían para la NorthWest 200 desde el año anterior y aprovechaban para visitar Irlanda. Nos tiramos allí un buen rato y otra 0.0’ más… hasta decidir que hacía hambre… No os lo creeréis pero con tanto sol, me salieron colorines en la cara. Que me quemé, vamos… Tiramos para el parking del museo (después de recuperar la moto de Juan) y fuimos a ver lo que había en un café al lado. No tenían comida “de verdad”, pero nos indicó la chica muy maja unos sitios en la calle principal. Acabamos comiendo los 4 juntos en un pub, donde también nos tiramos un rato.

Luego volvimos al parking y mientras nos despedíamos llegaron unas cuantas motos de franceses que también venían para la NorthWest por segundo año consecutivo. Estuvimos charlando un rato. Querían ver el museo pero ya estaba cerrado. Creo que eran ya las 6 de la tarde o así. Al final se despidieron para ir al Bar de Joey y nos despedimos de Víctor y Laura.

El viernes amaneció también soleado. Tras un desayuno tarde y con la calma, decidimos aprovechar otro día de sol increíble para dar una vuelta con las motos. En el concesionario, un hombre nos había aconsejado hacer la ruta de la costa, empezando en Cushendal y en el sentido contrario a las agujas del reloj. Así que desde Armoy busqué el itinerario mas chulo para llegar hasta Cushendal. La verdad es que desde Armoy se ve una montaña que siempre me llamó la atención y me daba ganas de ver lo que había allí arriba. Así que miré el mapa e hice el itinerario que parecía pasar por la susodicha.

Y pa’lla fuimos. Resulta que el itinerario estaba indicado en la carretera, aunque era bastante fácil de encontrar con el mapa. Nos encontramos pronto en una carretera estrecha en medio del monte, marrón por los campos de turba. La carretera está en buen estado pero hay que tener mucho cuidado con gravilla o piedras que nos encontramos por el camino. La carretera también pasa por medio de un bosque de coníferos, y mas campos de turba. En Irlanda se sigue utilizando como combustible, se saca de la tierra, se recorta ya en largos y estrechos prismas (tal como se venderán) y se deja secar al aire. Se podían ver unos cuantos. Nos encontramos también con bonitas vistas al valle,

un poco después con ovejas y corderos sueltos en la carretera y finalmente ya apareció la costa a lo lejos. La bajada fue bastante abrupta, cosa que se repetiría a lo largo de la tarde… subidas y bajadas bastante abruptas… pa’ qué alargar el recorrido con curvas y pendientes suaves!!!

Llegamos a Cushendal, fuimos hasta un parking después del pueblo y dimos la vuelta hasta el centro donde paramos a redesayunar full Irish Breakfast (lo llaman Ulster fry de este lado de la frontera), en la terraza de un hotel. Había al lado nuestro otro motero desayunando, que empezó a hablar con nosotros y acabó dándonos consejos sobre dónde ir por la costa, y también en Donegal a la semana siguiente… Tras charlar con otro motero que estaba con su hijo, conseguimos emprender la marcha otra vez.

Seguimos los consejos y fuimos hasta Cushendun y luego seguimos hasta Torr Head. Las vistas son una maravilla, la carretera es estrecha pero en buen estado (lo mismo, con cuidado con la gravilla o piedras en algunos sitios), con subidas y bajadas abruptas. Hay unos cuantos sitios para parar a hacer fotos sin estorbar el tráfico (escaso), y algún otro donde intenté parar pero no había manera de aparcar las motos, y tuvimos que renunciar… Fue un no parar de paradas fotográficas…

Intentamos ir hasta Torr Head, pero al llegar al “pueblo”, un chico en coche nos hizo señas que la carretera estaba muy bacheada. Así que aparcamos las motos y fuimos un rato andando a ver lo que había. Hicimos bien, había unas curvas en pendiente abrupta, bastante peor que el Stelvio… Así que hicimos fotos y volvimos a seguir ruta…

Luego el hombre nos había recomendado ir hasta Balintoy Harbour, lo que hicimos. Es muy chiquitito pero hay un gran parking y un bar con terraza, ideal para parar a descansar con unas vistas maravillosas. Nosotros “solo” hicimos fotos y nos fuimos. Estaba petado de motos.

Volvimos a la carretera principal de la costa, es muy bonita, pero ya hay más tráfico, con algún que otro motero que no sabemos cómo siguen vivos, adelantando en cuesta arriba sin visibilidad y otras barbaridades similares…

La idea era ir hasta Portrush, hacer alguna foto del circuito y luego ir hasta el paddock a dar una vuelta. Lo que no pensamos es que TODOS habían tenido exactamente la misma idea. Estaba todo el circuito petado de coches y motos en ambos sentidos. La recta de meta estaba completamente llena de coches y motos aparcados. Tuvimos suerte y encontramos hueco justo delante del podio.

Dejamos las motos allí y tras una vuelta por las carpas montadas del otro lado, fuimos al paddock. Algunos pilotos estaban en sus carpas, Dean Harrison, Michael Rutter, Davy Morgan, Alastair Seeley, Lee Johnson, y luego Hutchy  firmando autógrafos, y Michael Dunlop.

También aproveché para comprar el libro de Liam Beckett, «Full Throttle», sobre él y Robert Dunlop. Un libro que recomiendo.

Tras una primera vuelta descansamos con una coca cola junto a nuestros vecinos de alojamiento que son amigos del dueño del equipo Tyco BMW (TAS RACING), muy majos ellos. Pero tras una charla con otro señor mayor que criticaba todos y cada uno de los pilotos, nos cansamos y fuimos a dar otra vuelta. Con todo esto ya era las 7’ pasadas y decidimos volver para descansar.

El domingo era día de despedida, nos despedimos de la pareja que habíamos conocido en el alojamiento, qué majos ellos. Nos regalaron un CD del grupo de música al que pertenecía el hombre.

Mientras preparaba las maletas, Juan hablaba con todo cuanto paraba para hablar de las carreras 😉 . Al final, como no, a las 11h conseguimos salir, cargados hasta las trancas. Nos dimos cuenta que en alguna ocasión hemos debido de cargar demasiado el baúl, y el soporte estaba mas flojo, pegando a ratos (baches) contra el colín. Así que aliviamos la carga del baúl y cargamos demasiado las alforjas de Juan, tanto que no podía tumbar nada y lo tenía que esperar en cada rotonda 😀 .

Íbamos dirección el Norte de la República de Irlanda, costa Nord-Oeste. Habíamos reservado un “self-catering” en Falcarragh, co. Donegal. Seguimos el GPS, y no nos perdimos, nos cruzamos con una colección de camiones clásicos muy chulos durante unos cuantos kilómetros. Paramos a comer por casualidad en un “Teashop” en Kilmacrenan, donde servían desayunos hasta tarde. Un sitio muy bonito con Cottages con techo de paja (en la salida del pueblo). Y pudimos comer bajo el sol de Co. Donegal (el aire era fresquillo pero era muy agradable en el sol).

Como era muy temprano todavía, nos tomamos un buen rato para desayunar tranquilamente ya que solo habíamos quedado a las 5h para el alquiler.

Al final llegamos mas temprano, pero ya estaban allí  terminando de limpiar y pintar… Unos señores muy simpáticos con quienes estuvimos hablando un buen rato. El sitio es una pasada, con vistas al mar y a Tory Island. Con una terracita donde tomar el sol delante de las motos y el mar de fondo…

La ultima carretera para llegar tenía unas curvas muy chulas y vistas preciosas… una buena forma de empezar la segunda semana de vacaciones…

Continuará…

V’s

Road Races

Crónica de viaje de novios- Segunda semana

Posted on 22/08/2013 at 9:48 by / 0

Después de una primera semana de viaje de novios en el Connemara, el lunes siguiente, con la cabeza llena de paisajes, salíamos por unos 380km- más o menos 6 horas de ruta.

Las carreteras irlandesas son muy variadas: tenemos tramos de Nacionales muy muy anchos, con sitio para 3 coches y un arcén tan ancho como un carril, de cada lado, lo que hace que la gente adelanta aunque vengan coches de frente (lo que es un tanto sorprendente…). Los vehículos más lentos en general se echan al arcén para dejar pasar a los otros. En general la gente lo agradece poniendo las luces de emergencia.

Luego tenemos carreteras, también “Nacionales” mucho más estrechas, sin arcén, pero que también están limitadas a 100km/h! Solo un enfermo iría a esta velocidad por estas carreteras! Bueno, se mata vamos! A menudo la parte más a la izquierda está en muy mal estado y más vale ir por la parte derecha del carril.

Finalmente, hay tramos realmente en muy mal estado, con socavones y baches para romper la horquilla, la espalda y todo lo demás, a menudo también limitados a 100. Visto el estado de las carreteras marcadas en rojo en los mapas Michelin, hemos intentado evitar las marcadas en blanco (salvo error de orientación 😉 ).

También hay que contar con lo obligatorio de Irlanda: las ovejas… que fácilmente puedes encontrar cruzando una nacional limitada a 100km/h en buen estado.

Todo esto (menos los baches a acabar en el suelo) hace el encanto de Irlanda…

Entonces ya nos vamos camino de Irlanda del Norte, que no conocía (la última vez que estuve en Irlanda las cosas allí no estaban muy para hacer turismo. Por suerte los tiempos han cambiado). Ruta sin demasiado problema y sin lluvia. Llegamos a final de la tarde a Armoy, destino de nuestra segunda semana, también con una casita de alquiler. Esta vez unas antiguas cuadras transformadas en casitas. La nuestra era muy chula.

Después de una visita al pueblo para comprar algo para sobrevivir la noche, descansamos un rato. Ya iremos a comprar al día siguiente a Ballymoney.

A la tarde siguiente visitamos el Jardín Memorial de Joey Dunlop y de su hermano pequeño Robert, que nacieron en Ballymoney: el ayuntamiento, entre otros, les homenajearon con este bonito jardín.

El miércoles hicimos la única visita turística de la semana, por falta de tiempo. The Giant’s Causeway (La Calzada de los Gigantes) es un sitio protegido y muy particular con unas formaciones rocosas muy especiales de origen volcánico y puestas al descubierto con la erosión.

Bueno, a la vista de mi descripción tan aburrida, mejor dejo hablar las fotos…

Por la noche en el pueblo había un show de motos de colección organizado por la AMRRC, el club que organiza la “Road Race” desde hace 4 años en este pequeño pueblo, y razón principal de nuestra elección como destino de nuestra segunda semana.

Armoy es el pueblo donde vivía Joey Dunlop, su hermano Jim y sus amigos Frank Kennedy y Mervyn Robison, que formaban la llamada en la época “The Armoy Armada”, 4 amigos con pasión por la moto y muy buenos pilotos. Armoy era por aquel entonces el lugar de puesta a punto y entrenamientos (ilegales claro) para las carreras. El pueblo ha dedicado un parque a su memoria (el único que sigue vivo es el hermano Jim Dunlop), con una estatua de una moto y una reproducción en el suelo de los circuitos de Armoy y de la NorthWest 200.

Hace 5 años, el Club dirigido por el hermano de Frank Kennedy, Bill Kennedy, decidió de organizar una Road Race en el circuito que utilizaba “The Armoy Armada”.

Aquí estamos entonces viendo bonitas motos, en un ambiente familiar (todo el pueblo está allí) y la gente del club súper acogedora y simpática, que nos invitaron al café/bocata, y luego a ir al pub de enfrente donde hemos podido charlar con unas cuantas personas muy majas.

El jueves fuimos hasta el Museo de Ballymoney donde había un homenaje a “The Dromara Destroyers” 4 hombres de un pueblo vecino que en los tiempos de Joey Dunlop competían en carreras contra “The Armoy Armada”. Seguimos con una visita al Museo donde había una exposición sobre Joey Dunlop y las Road Races en general.

Para terminar guapamente, fuimos a hacer una visitilla al Pub de Joey Dunlop, que sigue siendo de la familia y el hijo mayor de Joey estaba en la barra.

Por fin llega el viernes… día de entrenos.

Por la mañana fuimos primero a hacer unas fotos a “The Dark Hedges”, una carreterucha bordada de hayas, que el fotógrafo Stephen Davison inmortalizó en su precioso libro “Between the Hedges” (altamente recomendado para los fans de Road Races o para hacerse fan).

Después de una buena sesión de fotos y una comida tranquila, fuimos hasta el pueblo y andamos por el circuito para intentar llegar a la última curva antes de la línea de meta.  Por desgracia nos dejamos sorprender por el anuncio del cierre de las carreteras mientras estábamos paseando por el paddock.

Empezamos a correr para llegar hasta la curva en cuestión, pero es demasiado tarde, así que paramos en un campo abierto a los espectadores con un bar y un camión de fish & chips. Al final no está tan mal!

Los entrenos duran toda la tarde, la velocidad es impresionante. Hay un ligero bache en curva leve delante de nosotros, que hace que los pilotos pasan literalmente a una rueda en este punto. Pero lo más impresionante es la velocidad a la que van en ESTA carretera! Con sus bocas de alcantarilla, los postes de electricidad, los baches, y las no-escapatorias por los lados…

Guy Martin

Nos lo pasamos pipa haciendo fotos, una tarde estupenda con bastante gente que se para a hablar con nosotros, los vecinos que te invitan a una cerveza…

Hacia el final de la tarde, por desgracia empezó a llover, un buen chaparrón de más de una hora que obligó la organización a parar los entrenos, y finalmente a posponerlos al día siguiente. Volvimos al paddock bajo la lluvia (de hecho, teníamos acceso por el interior del campo cuando la carretera estaba cerrada…) mientras decidían qué hacer con los entrenos. Allí vimos a Guy Martin y Michael Dunlop (que conociéramos vamos), todo está abierto al público, se pueden ver a los pilotos y las motos sin problema.

Una vez la carretera abierta otra vez, pudimos volver para cenar y descansar, para estar frescos para el gran día.

Sábado es el gran día. Salimos con antelación esta vez, para no hacer la misma tontería del día anterior con el cierre de las carreteras. Encontramos un sitio estupendo en “Acheson’s Leap” con una vista tremenda a un cambio de rasante…

Charlamos con nuestros vecinos de muro (estamos en un terreno en venta, detrás del muro del jardín, a 2 metros de la carretera) mientras esperamos a que empiece.

El día empieza con los entrenos que no pudieron hacer el día anterior por la lluvia. El día es soleado, con buena temperatura 23-25°C, y alguna nube de vez en cuando.

En este punto también la velocidad es impresionante, y los saltos también, es genial. Estamos realmente cerca de los pilotos.

Y por fin empiezan las carreras, 10 en total. El número de vueltas de alguna carrera ha sido reducido para poder hacer los entrenos que faltaban y luego las carreras.

Las carreras son simplemente impresionantes, de locura, la velocidad, las condiciones de la carretera, la proximidad, el ambiente. Para mi gusto realmente mucho más apasionante que MotoGP (tampoco es criterio de excitante últimamente…) o Superbikes, o cualquier otra carrera que haya podido ver en circuito. Además de ser mucho más fácil para hacer fotos chulas sin tener una cámara profesional 😉 .

Nunca he dicho tantas veces “buahhhh” en vida… el viernes y el sábado, nuestros vecinos nos preguntaban “es vuestra primera vez no?” 😀

Ahora las fotos:

Doc John

Guy Martin

Davy Morgan

Andy Farrell

Jamie Hamilton

Rodney Patton & Jeremy Mc Williams

Michael Dunlop

Davy Morgan

Derek Mc Gee

William Dunlop

Michael Dunlop

Lo único “malo” es que como no conozco (todavía) los pilotos, no es lo mismo para seguir la carrera que cuando conoces y esperas a que tal o cual pase y vuelva a pasar. Pero en cambio, aprovechas bastante el espectáculo, los saltos, los adelantamientos, las acciones de carrera, también si los tíos no son los mejores (bueno, se veía igualmente bastante la diferencia de nivel entre los primeros y los últimos).

En resumen, por la proximidad, la velocidad, el ambiente, para mi es la mejor manera de vivir las carreras de motos. Armoy es una “pequeña” carrera, el circuito es corto (3.03miles = 4,9km), organizada por gente del pueblo (también pequeño: 414 habitantes según la Wikipedia), muy bien organizado, y los pilotos no tienen la presión del TT de la Isla de Man y son probablemente más accesibles.

La gente de allí nos dijo que, aparte de volver a Armoy 😉 , teníamos que ir al Ulster Grand Prix (mas que la NorthWest 200 que es más turística), y claro, al TT de la Isla de Man.

Los pilotos son chicos y hombres de todas las edades, y gente apasionada realmente. Visto el importe de los premios, hay pocas posibilidades de vivir de ello; más bien deben de gastarse bastante más de lo que ganan… un hombre de allí nos dijo que algunos pilotos devuelven el importe de los premios a los clubs organizadores.

En fin, esperamos poder volver pronto…

Las carreras terminaron sobre las 17h, la carretera volvió a abrir y fuimos a dejar nuestros bártulos antes de volver al pueblo a por un par de pintas o tres… Allí otra vez charlamos con gente muy maja durante un par de horas o tres…  antes de finalmente decidir ir a casa. Al pasar delante del segundo pub del pueblo, un chico con él que habíamos charlado antes en el otro pub nos llama. Cruzamos. Michael Dunlop estaba allí tomando una cerveza y charlando y pudimos charlar un rato con él, y hacernos una fotos muy malas con el móvil (el móvil no se decidía a hacer la foto). Una charla muy simpática con un chico muy majo.

En fin, tuvimos que volver a casa… sin muchas ganas…

El domingo llovió casi todo el día… así que aprovechamos para descansar…

El lunes teníamos que emprender otra vez ruta, para nuestra tercera semana, en el Sur de Irlanda. 547km, 6 horas según Google…

Continuará

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