Road Races
Una vuelta por Europa- TT de la República Checa
Este año teníamos 3 semanas de vacaciones. Por las circunstancias, no pudimos organizar nada con antelación, solo teníamos la idea siguiente: ir a la República Checa para el 9-10 de agosto para ver una Road Race en Horiçe, y quizás enlazar con el GP de Brno la semana siguiente, y esto con mi moto. Esto era el plan.
Al final, una semana antes de empezar las vacaciones, conseguimos confirmar lo que íbamos a hacer, y reservamos una semana (de miércoles a miércoles) en un hotel a unos 15km de Horiçe. Así llegábamos antes para situarnos en el pueblo, el circuito, enterarnos de los horarios y de cómo iba esto, y estar listos para el día de los entrenos (sábado) y carreras (domingo).
Salimos entonces el martes 5 de agosto, y al final con las 2 motos… ya que casi no las cogemos en todo el año, por lo menos que cojan aire una semana al año que no hace daño.
La primera etapa- por nacionales, pasaba por unos 400km de línea recta, luego alguna curva, y luego entramos en Alemania. Hicimos etapa cerca de Heidelberg, solo para no ir del tirón y descansar un poco. Sin demasiada historia, aparte que me di cuenta que no me acordaba de casi nada del alemán que aprendí hace unos años, ni lo básico para decir “no hablo alemán o no entiendo”… un desastre.
Por la mañana emprendimos la marcha otra vez, todo por autopista, que tiene doble ventaja: es gratuita, y no hay límite de velocidad en muchos tramos. No que me guste correr mucho (ya lo sabéis 😉 ), pero es una delicia no andar pendiente del velocímetro. La verdad es que sorprende bastante la velocidad a la que llegan algunos coches, pero con 3 carriles hay sitio para todos y cada uno a la velocidad que le conviene.
En un rato que estaba la autopista bastante vacía, puse la SV a 170… lo máximo que la puse hasta ahora (aunque no sé si Juan la puso a algo más algún día), con las maletas y el topcase. Lo máximo que la había puesto hasta la fecha fue un ratico a 160 (o sea, 20 segundos…).
En fin, chino chano llegamos a la frontera con la República Checa, donde paramos para preguntar por la viñeta para circular por autopistas. La buena noticia era que las motos no pagan viñeta… circulación gratis por las autopistas del país. 🙂
Así que seguimos camino hasta Praga y más allá hacia Hradec Králové y luego subimos un poco hacia el norte hasta nuestro alojamiento a unos 20km de Horiçe. A unos 60km de Polonia. El GPS nos llevó hasta el alojamiento por el camino más directo, pero no las mejores carreteras! Aunque lo importante fue que llegáramos, porque si no fuera por el GPS todavía estamos dando vueltas (que tampoco sería tan desagradable la verdad…).
El hotel estaba situado arriba de un pequeño monte con bosque, con bonitas vistas desde la terraza, ideal para la cervecita al sol del atardecer.
Los dos primeros días los pasamos entre descanso, vueltas en moto por la zona, y descubrimiento del circuito. El circuito es una pasada, con subidas y bajadas, una parte en el pueblo, otra en el bosque, es adictivo. Incluso sin correr. Dijimos de dar una vuelta para ver dónde nos podíamos poner para hacer fotos chulas el sábado (entrenos), iba yo delante… empezamos la vuelta, y llegada a mitad del circuito me acordé de porqué estábamos dando vuelta. Al final acabamos dando una cuantas vueltas…
El viernes, mientras visitábamos el pueblo andando, nos encontramos con un señor, con él que Juan empezó a hablar; se llamaba Georges, era inglés afincado en Alemania, tenía 69 años y había venido con su Triumph a ver la carrera. No tenía alojamiento y la oficina de turismo le había recomendado el hotel donde nos alojábamos. Como el señor no tenía GPS y que no teníamos nada especial que hacer, nos propusimos para acompañarle hasta el hotel. Lo encontramos más tarde en la terraza después de su cena y antes de la nuestra, y estuvimos charlando hasta tarde.
El sábado era día de entrenos. Las carreras las organizaban el motoclub del pueblo, las SBK y SSP eran parte del IRRC, International Road Races Championship, campeonato organizado por alemanes, holandeses y belgas mayormente (www.irrc.eu ) y que consta de 6 circuitos en el continente. La mayoría de los circuitos (carretera) son bastante parecidos a circuitos (anchos, más seguros que las carreteras de Road Races irlandesas). Muchos pilotos toman parte en este campeonato para poder después participar en carreras en la Isla de Man.
Pero habían más carreras, de Clásicas (175, 250, 350, 500, 750 cm3) y side-cars.
La carretera cerraba a las 8h, por lo tanto había que llegar bastante temprano. Nos pasamos un poco de temprano y llegamos casi antes que los comisarios en el punto donde habíamos decidido empezar el día.
Lo bueno de este circuito es que te puedes mover de un punto a otro por el interior. Hay muchos puntos para comer y beber en todo el circuito.
Donde nos situamos por la mañana, en “Na Dachovech” estaba muy bién para hacer fotos, que era lo que nos interesaba (mejor hacer fotos en entrenos y ver las carreras…).
Slanec Martin
Ronald Neef
Jiri Prucha
Antonin Plevak
Michal Dokoupil
Holoubek Martin
Sammy De Caluwe
Karel Brantner (?)
Nico Huller
Jochem Van den Hoek
Foti Psomadakis
Matti Seidel
Didier Grams
Kamil Holan
Leos Hlavacek
Radomir & Jiri SIMEK
Jan Polivka & Zdenek Sedlacek
Richard BILY & Jiry NESPESNY
A la hora de comer nos movimos hasta el paddock para comprar algo de beber y buscar otro sitio para los siguientes entrenos. Después del picnic estuvimos explorando los diferentes sitios para el día siguiente. Peor situados para hacer fotos aunque algunos sitios mejores para ver carreras.
La tarde finalizaba con la primera carrera de Clasicas 175-250cm3. Los pobres pillaron lluvia cuando había hecho buen tiempo en todo el día, con estas condiciones de pista chungas de mojado en algunos puntos y seco en otros.
Después de la carrera volvimos hacia el paddock para comprar la entrada (el equivalente de unos 10€) que se puede comprar en algún punto del circuito o que pasan a cobrar en los diferentes puntos del circuito antes y durante las carreras. El acceso al paddock también era de pago (tuvieron problemas de robos hace unos años).
Fuimos a cenar y tiramos temprano para el hotel, ya que al día siguiente tocaba madrugar otra vez (algo menos que el sábado ya que sabíamos adónde ir).
Llegamos al circuito sobre las 7h30, y fuimos andando hacia la curva que habíamos previsto, en la parte de fuera de “Dachovské Esico”. Un buen punto de vista, final de una recta y 2 curvas encadenadas.
Estuvimos viendo desde allí, en la sombra, las 3 primeras carreras del día: Supersport, Clasicas 350 y Superbike.
Después de cada carrera paseaban alrededor del circuito en un pick up a los Tres del Podio, así todos los podíamos ver, no solo los que tenían acceso a la zona de Paddock.
Luego y coincidiendo con la pausa para comer, nos tuvimos que mover porque daba el sol de frente y empezaba a hacer mucho calor. Nos volvimos a meter en el interior del circuito y buscamos un sitio donde comer y beber algo. No tenían coca cola fresca (lo único sin alcohol que supiéramos pedir en Checo jejeje) y nos dieron una bebida/soda de frambuesas de allí que era muy rica y refrescante.
Nos metimos otra vez en la parte exterior del circuito, después de “Stasovo Esicko”, en medio de la recta. Desde allí vimos la carrera de sidecars. Los sidecars eran muy variados, el más antiguo de 1963 y los más recientes del… 1978… La carrera en sí no era muy espectacular ya que los niveles eran muy disparates, pero las posturas que cogen los “paquetes” son flipantes.
Tras la carrera seguimos nuestro paseo por el circuito para posicionarnos donde nos había recomendado el amigo Georges, en el exterior de la curva “Lukavecky Vracak” para ver las 3 últimas carreras: Supersport, Clásicas 500/750cm3 y Superbike.
Por lo visto era un sitio muy concurrido por los lugareños. Hay unas vistas tremendas a una serie de curvas. Habíamos previsto no hacer más fotos pero no pudimos aguantarnos 😉 . Un accidente en la carrera de Clásicas retrasó la última carrera, y mucha gente se fue, dejándonos buen sitio para la última carrera.
El circuito es una pasada, permite hacer fotos de bastante cerca sin tener material profesional, y disfrutar de las carreras. Los pilotos son muy cercanos al público (había muchos pilotos Checos y los Checos tienen mucha afición a las carreras de moto), se nota muy buen ambiente y el público es bastante familiar.
La frustración que tuvimos fue no poder comunicar con la gente, que no hablaba inglés y nosotros después de una semana sabíamos decir en checo “Dobry dén”, “Prossim”, “pivo”, “voda” (buenos días, gracias, cerveza, agua) y poco más… lo que reduce bastante las posibilidades de conocer a la gente.
Lo mismo en las gasolineras, donde siempre la gente pregunta a los moteros lo típico de dónde venís, adónde vais… pues allí ni sabíamos lo que preguntaban y tampoco podíamos contestar…
En fin, se acabó lo bueno, fuimos a cenar al pueblo y regresamos al hotel, sin antes hacer una foto a la Luna llena.
Al día siguiente tocó lluvia todo el día, descanso en el hotel y búsqueda de un sitio donde ir 2 días después cuando se acababa la reserva, ya que no habíamos planeado nada pero tampoco teníamos ganas de volver a casa. Nos pasamos el día con el mapa (República Checa, Austria, Alemania, Benelux) y el móvil a buscar dónde había curvas y dónde quedarnos.
Al día siguiente decidimos ir a dar un paseo por unas montañas cercanas en la frontera con Polonia.
Dimos un buen rodeo, no encontramos demasiados paisajes dignos de fotografiar, pasamos por Polonia donde hicimos todos los kilómetros atascados detrás de coches que iban a 50 por hora sin posibilidad de adelantar, y acabamos (sobretodo Juan) reventados tras unas 9 horas encima de las motos sin demasiado disfrute.
Al día siguiente ya tocaba dejar la República Checa… Pero no tocaba volver aun…
Continuará…
V’s