Paseos, Viajes
150.000 km
En enero del 2010, mi SV y yo cumplimos 100.000km recorridos juntas, los cumplimos en menos de 5 años.
La vida da muchas vueltas, y al año siguiente nos íbamos (juntas) a vivir a París. París no es el mejor sitio para disfrutar de la moto, ya que es todo plano, hay que recorrer 400km para encontrar curvas. Por lo tanto la media de kilómetros bajó drásticamente mientras vivimos allí.
Aun así fue durante los 4 años en París que hicimos los 2 viajes más lejanos hasta la fecha:
Irlanda para nuestro viaje de novios –que nos iba a cambiar la vida- (hacer click en las imágenes para llegar a los posts)
y al año siguiente, por la República Checa
y Austria.
También tuvimos alguna que otra oportunidad de descubrir un poco de Francia, principalmente el Este:
Reims
zona que desconocía por completo.
En el 2015 nos mudamos otra vez, esta vez a Irlanda. Los dos primeros años tuvimos buenas oportunidades de seguir conociendo este bonito país, con zonas que no conocíamos aún, incluida la donde nos instalamos:
East Cork,
West Cork,
Gougane Barra,
Península de Beara,
The Vee,
North Cork,
este último siendo ahora el patio de mi casa, con bonitas carreteras sin casi nada de tráfico, y bonitas vistas.
Con también vacaciones más largas para visitar Antrim
y Donegal.
El kilometraje a partir de mitad de 2016 bajó ya a casi nada, con la espera y la llegada de Emma. Los dos primeros años en Irlanda recorrimos un total de 5000km… Y los últimos 2, cuento que unos 500 lol.
En todo caso, lo importante no es la cantidad sino la calidad, y aunque no hemos cogido la moto tanto desde que cumplimos los 100.000, hemos descubierto sitios mas lejanos con gente diferente.
Así que finalmente, el primer sábado de septiembre, de vuelta de desayunar en “Ballyhoura Mountains”,
cumplimos nuestros 150.000km juntas.
Desde el 2010, aparte del mantenimiento normal y cambios de neumáticos, esto fue lo que hice:
-Antes de irnos de Barcelona, cambié el embrague, no porque diese ningún tipo de problema, sino porque no sabíamos cuando volveríamos a encontrar un mecánico de confianza. Porsiaca…
-Camino de París, cambié por primera vez la batería. Se volvió a cambiar en el 2017, pero por la falta de uso y la humedad del último año.
-Para el viaje de novios compramos un baúl y maletas laterales Givi, con soporte SV-Motech, muy prácticos para los viajes largos.
-Cambié el asiento delantero cuyo mullido se había terminado de fastidiar en el ferry del viaje de novios. También cambié la cúpula por estética ya que llevaba rayada desde el 2005, recuerdo indeleble de mi estancia en Marsella…
-Al llegar a Irlanda hemos cambiado la junta del escape, que se había desintegrado por completo.
-El único fallo que dio la moto en 150.000km era que, cuando llovía MUCHO y durante mucho tiempo, entraba agua en el hueco de la bujía delantera, y al cabo de un rato, la moto se me quedaba en un cilindro, y se calaba. Al llegar a Irlanda, cambiamos el capuchón de la bujía. En el viaje largo que hicimos al norte nos llovió a la vuelta, y no me dio el problema. A la vuelta de la Munster 100 este año, Juan pilló el diluvio universal (40km) y tampoco dio el problema. Así que visto lo poco que cojo la moto, como tampoco la cojo cuando dan lluvia, supongo que ya no me dará mas el problema en muchos años lol.
-Durante las vacaciones 2016, a ratos la moto no quería arrancar, y nos diagnosticaron fallo del motor de arranque. A la vuelta de vacaciones, Juan reparó el motor de arranque cambiando las piececillas de dentro.
-Quitamos los puños calefactables que habían dejado de funcionar unos años atrás, y hemos vuelto a poner puños originales. Si total para hacer 500km al año como mucho, no voy a sacar la moto con frío! Lol
Después de 150.000km sigo sin intención de separarme de ella, me sigue gustando mucho y ninguna moto moderna me atrae. Así que aunque no llegue a hacer 500km al año, todos los que hago los disfruto al máximo.
Supongo que tardaré unos muchos años para cumplir los 200.000km, pero solo espero poder seguir disfrutando cada uno de ellos, con bonitas carreteras, bonitos paisajes y la mejor compañía.
V’s
MariCel sin moto
Vacaciones sin moto- Navidad 2017
En esta época del año en la que florecen los Belén,
se iluminan las calles y en la que podemos oler como un aire festivo en el aire frío de las calles, allá vamos que nos vamos los 3, por primera vez, de viaje largo.
Habíamos ya cogido el avión los 3 en septiembre…
Pero esta vez, como aun no podemos invertir en un side-car (Emma es demasiado pequeña), es en coche que empezamos nuestro “periplo” de 2 semanas (las primeras veces siempre son grandes aventuras!!! 😉 )
Empezamos con unas horas de coche hasta Dublin, donde embarcamos en un ferry. Emma parece apreciar el paisaje, y luego va corriendo (gateando) entre las mesas (vacías) del ferry (y resultó que la alfombra no estaba muy limpia lol).
Desembarcamos en Holyhead, parece ser que estamos en Gales, a la vista de los nombres imposibles de pronunciar de los carteles… y empezamos a cruzar Gran Bretaña. Paramos en Stafford, en un hotel reservado desde el ferry, increíble y muy barato.
Al día siguiente reemprendemos la marcha, con próximo destino el Eurotunnel. Llegamos con mas de 2 horas de antelación sobre la hora del billete, entonces tenemos que pagar un suplemento si queremos adelantar la hora de salida. Como hay retraso en todos los trenes, cuanto antes estemos en la cola mejor, antes cruzaremos. Y allí estamos en estos gigantes vagones debajo de la Mancha. Cuando lo pensamos un poco, la verdad es que es una verdadera obra maestra de ingeniería… Pero no le preocupaba demasiado a Emma lol.
Una vez en Francia, y habiendo perdido una hora debajo de la Mancha (por el cambio de hora), avanzamos cuanto más podemos y llegamos a Reims para pasar la noche.
Al día siguiente tenemos muy largo trayecto, incluyendo un atasco gigantesco cerca de Valence donde quedamos bloqueados 2h30 (avisaban una hora en los carteles…). Al final llegamos a nuestro destino sobre las 22h30, con una semana de descanso y familia por delante.
La vuelta se hace por etapas entre familia y amigos.
La Nochevieja la celebramos en Beaune, ciudad elegida al azar de las posibilidades de airbnb, y resulta ser una ciudad muy bonita digna de una parada turística en alguna otra ocasión.
Después de 2 paradas más familia/amigos en el camino de vuelta, aquí estamos otra vez en el Eurotunnel (sin retraso ni adelanto) justo después de una tormenta que pasó por Francia, Inglaterra e Irlanda. Cruzamos Inglaterra y Gales del tirón. El tráfico es muy denso pero curiosamente la gente conduce bastante bien y no se atasca demasiado. Llegamos a Holyhead sobre las 21h00.
Al día siguiente cruzamos con el ferry, que duerme a Emma y me marea medianamente (la otra media no se marea por las pastillas…). Llegamos a Dublin y después de un par de horas ya estamos de vuelta a casa. Bajo el sol, hay que decirlo. También hemos tenido suerte porque el día anterior todos los ferries habían sido cancelados por la tormenta.
Apuntes:
*los ingleses que nos “roban” nuestros bonitos carros
*los agentes de la aduana inglesa que felicitan a Juan por su maletero muy bien ordenado lol
*los restaurantes y centros comerciales en Francia que no están en absoluto preparados para acoger y cambiar bebés (en comparación con el Reino Unido e Irlanda donde en casi todos los restaurantes hay sillas de bebés y cambiador en el lavabo). Lo más curioso siendo que Francia tiene la tasa de natalidad mas alta de Europa…
*ahora nos sabemos de memoria todo el registro de canciones infantiles en francés y castellano lol
*Emma ha aguantado muy bien los 4200km en 2 semanas. Yuju !
V’s
Paseos
De curvitas por Les Vosges
Lo peor (creo) de la región de París es que no hay curvas. Está todo plano, solo hay campos de remolacha (con sus extraños avisos),
y gendarmes escondidos en bosques con prismáticos multadores…
Para escapar de esta zona de “no-curvas”, aprovechamos un fin de semana de 3 días para ir en búsqueda del divino tesoro: curvas.
Salimos el viernes después de comer, con tranquilidad, para recorrer unos 400km… de línea recta, hacia el Este, dirección “Les Vosges”, pequeña zona montañosa (Reserva Natural) casi en la frontera con Alemania (en “Alsacia”, región que fue alemana entre 1870 y 1914/18). Y quién dice “montañas”, dice “CURVAAAAAS”.
Llegamos reventados al final de la tarde, reventados por tanto aburrimiento de carreteras rectas en medio de campos…
Tras una buena cena “ligera” de la zona- con el queso Munster tan suave y ligero, nos acostamos pronto para poder disfrutar del día siguiente.
Había previsto un itinerario, pero nos perdimos varias veces, y como nos daba igual porque la idea no era ir a un lugar en particular, sino disfrutar de la carretera, pues más o menos esto hemos recorrido…
Memorial “Le Linge”– batalla de la 1era Guerra Mundial, donde se enfrentaron tropas francesas y alemanas entre el 20 de Julio y el 15 de octubre de 1915- 17000 muertos.
Los colores de primavera eran muy bonitos, pero no se aprecia mucho porque la luz era muy rara, había muchas nubes pero el sol no estaba muy lejos, y no salen muy bien las fotos.
Habitantes de la zona…:
Carretera entre Grand Ballon (pico mas alto de la zona) y Cernay.
Volviendo hacia el hotel:
Hicimos unos 200km más o menos, dando vueltas… para recargar baterías antes de emprender el viaje de vuelta al día siguiente… 400km de línea recta en medio de campos aburridos, y además rodeados de todos los domingueros parisinos volviendo de fin de semana…
Pero el viaje valió la pena…
V’s
Viajes
Champagne
El último finde de octubre, con un fin de de 3 días por delante, decidimos salir de paseo con las motos, como a mí me gusta, con tiempo para parar a hacer fotos.
Al principio estaba previsto ir con las 2 motos, pero un problema de fuga de liquido refrigerante de la SP2 lo impidió y tuvimos que ir los 2 en mi moto.
El destino del finde era la ciudad de Reims, en la región donde hacen el “Champán” – la Champagne, denominación de origen.
Lo malo de Paris y sus alrededores, es que es todo llano, sin curvas, todo recto. Así que la ruta en sí para llegar a los sitios nunca es demasiado interesante. Aun así, seguimos con las buenas costumbres de evitar autopistas.
Salimos el viernes tranquilamente después de comer, el día era muy nuboso, de esas nubes muy bajas que parece que está anocheciendo durante todo el día. Pero por lo menos no llovió. Teníamos unos 180km por recorrer; la ultima parte en medio de viñedos y con alguna curva (desde que estamos en Paris, siempre las vamos contando…).
Nos quedábamos a unos 20km de la ciudad de Reims, en una “chambre d’hôtes” o “Bed & Breakfast”, de una gente muy maja y acogedora (y además moteros)- muy recomendable para pasar alguna noche para visitar los alrededores.
Llegamos con el tiempo suficiente para que nos indiquen un sitio para ir a cenar a unos kilómetros. También recomendable.
El sábado amaneció con un sol estupendo, pero con un frío de co***. Cogimos la moto hasta Reims, donde paramos para visitar la Catedral.
Fuera, soplaba un viento helado. Juan estaba congelado (yo llevaba mas capas que una cebolla…). Después de una parada técnica té\chocolate caliente para entrar en calor, y de un paseíto por los alrededores de la Catedral,
fuimos a comer.
Por la tarde fuimos a ver el pequeño Museo del Automóvil, fundado hace unos cuantos años por un diseñador de Renault (Charbonneaux) con su colección personal que luego fue completada con adquisiciones del Museo y coches privados prestados. No es muy grande pero tiene cosas interesantes. Poquitas motos, eso sí , algunas en bastante mal estado.
1er vehículo de vapor:
Citroen Maseratti
Un tándem con motor y sidecar…
Después del Museo, decidimos ir a ver la Ciudad de Epernay, donde están la mayoría de las sedes de las más famosas marcas de Champán. Llegamos ya un poco tarde para poder visitar alguna cava. Después de cenar y de perdernos por la «Montaña de Reims» (a cualquier cosa llaman montaña), ya de noche, conseguimos volver donde nos alojábamos, completamente congelados.
Al día siguiente ya tocaba volver, aunque sin prisa. Aprovechamos la mañana para ir en busca de un Molino que habíamos visto en una foto y en un cuadro en el alojamiento. Encontramos el dichoso molino y paramos un buen rato en medio de los viñedos coloridos.
Seguimos la ruta por «la Route du Champagne», que pasa en medio del «monte» por delante de unas cuantas cavas de Champán.
Paramos en el pueblo de Gueux.
Allí hace unos cuantos años se corrieron carreras: Primera vez «Grand Prix de la Marne» en 1926, 1er Grand Prix de France en 1938, primera carrera oficial de Formula 1 en 1950 – última carrera de Fórmula 1 en 1966, y última carrera en 1972 del Campeonato francés de Motociclismo.
Una asociación local ha arreglado la zona de los boxes y las gradas de la línea de llegada.
Tras una cuantas fotos mas (la mayoría no han salido ya que mi cámara- la de siempre, de carretes, ha decidido dejar de funcionar correctamente y los colores salen fatal- así que la mayoría de las fotos son de mi móvil…), tuvimos que decidirnos en ir a comer y emprender el camino de vuelta…
En conclusión: es una zona preciosa para ir de paseo y hacer foticos, volveremos. Eso sí, cuando haga menos frío…
V’s
Paseos, Viajes
100.000km
Este post es un artículo que fue escrito para y publicado en la revista «La Moto» de Mayo 2010:
Empecé a interesarme por las motos con 14 años, pero no fue hasta 10 años más tarde que decidí, con la excusa de facilitar mis desplazamientos al trabajo, sacarme el carnet y comprar mi primera moto, una Kawasaki ZZR250 comprada con 20.000km y vendida 3 años después con casi 80.000km. En Mayo del 2005, compré mi segunda y actual moto, una Suzuki SV650S, principalmente por su línea (estéticamente me gustan más las RR, pero no se adaptan demasiado a mi conducción… “tranquila”), y por su carácter de bicilíndrica.
Aparte de usarla para los desplazamientos diarios al trabajo, también me gustan las salidas domingueras pero sobre todo, cuando realmente disfruto de la moto es viajando.
La verdad es que esta moto no es la más adecuada, a nivel de posición de conducción para este propósito, menos para mi metro sesenta, pero bueno… todo es acostumbrarse, y en todo caso tengo que reconocer que a nivel de comportamiento y fiabilidad, sólo me ha dado satisfacciones.
Aquel mayo del 2005, decidimos bautizar la moto pasando un fin de semana en el camping motero de Anzánigo. El viaje fue bastante duro para mi marido que me seguía con una 1000 deportiva, ya que por el rodaje, no pasaba de 108km/h…
Mallos de Riglos 2005
A la vuelta fue peor, ya que tardamos unas 11 horas para recorrer los 350km… no por la velocidad punta, sino por la velocidad media, porque paraba cada dos por tres para practicar mi segunda afición: la fotografía… Y es que esta zona del Pre-pirineo (Aragonés y Catalán) da mucho juego para ello.
Ese mismo año, para asegurarme de probarla bien, y llegado el verano, fuimos a mi primera concentración de motos, también en el Pirineo Aragonés, y tuvimos unas vacaciones de unos cuantos kilómetros… primero sola para hacerles una visita a unos amigos en Marsella y Lyon, y luego ya otra vez acompañada de mi marido, hasta Asturias y Galicia (Ferrol y Sanxenxo).
Isla de la Toja 2005
En los siguientes años, hicimos unos cuantos viajes más, principalmente por España (en desorden, y algunos sitios varias veces: Cazorla, Almería, Madrid, Valencia para el SBK, Teruel…). Sin olvidar Asturias y Galicia donde vamos cada verano, siempre por la misma ruta que pasa por el pre-pirineo. En alguna ocasión paramos por el camino por la zona, sea del lado español (Biescas)
Camino de Bielsa 2008
o francés (este verano en Cauterets, pasando por muuuuuuuchos puertos del Tour).
Camino del Col d’Aspin – 2008
Mirador del Fito – Asturias 2009
Mirador de San Andrés de Teixido – Galicia 2009
También hemos hecho alguna incursión al país vecino, por la zona de Lyon, y con parada obligada por razón mecánica (cambiar el kit de transmisión por mala cabeza y mal mantenimiento- mea culpa… sólo me pasó una vez!) en el precioso pueblo y zona de Millau y les Gorges du Tarn.
Viaducto de Millau – 2007
Para los viajes, hemos comprado unas alforjas Basgster, y para los viajes en dúo utilizamos también una bolsa sobredepósito (que no puedo utilizar en solo, porque el depósito es ancho y alto, y no llegaría bien a los semimanillares…).
La mayoría de viajes se hicieron entre mayo y septiembre, aprovechando fines de semana largos y vacaciones. Para los viajes, siempre intentamos encontrar rutas por carreteras secundarias reviradas, tardando bastante tiempo, disfrutando de la ruta, de los paisajes, y parando cada vez que se puede (y que me deja mi marido) para hacer fotos. Aunque muchas veces la vuelta de vacaciones se hace con menos tiempo y por autopistas/autovías aburridas.
La mayoría de los viajes los hice conduciendo yo, aunque en alguna ocasión, probé el asiento trasero de mi moto para viajes largos, ya que para ir en dúo, el asiento trasero de la moto de mi marido quedó totalmente descartado. En la SV, la posición yendo de paquete no es incómoda, incluso diría, más cómoda que la posición de conducción, porque se puede ir bastante recto, aunque el mullido del asiento se hace un poco incómodo después de muchas horas sentada.
En estos 4 años y pico, también hice con ella bastantes rutas domingueras, por Cataluña, dirección Tarragona, o Girona, en grupo, en solitario o en dúo, de paquete o conduciendo. La cuestión es disfrutar de la carretera, de las vistas, y de la compañía (casi siempre cerrando el grupo)… y al poder ser “repostando” por el camino butifarra con patatas.
Pantano de la Llosa del Cavall – 2009
Camino del Port de la Bonaigua – 2009
A lo largo de estos 100.000km, no he tenido ningún problema mecánico, sólo un fallo eléctrico (se fundió el fusible principal, por un cortocircuito provocado por el roce de la cadena antirrobo con un cable debajo del asiento), y aparte del mantenimiento normal y corriente, le he cambiado por desgaste y/o mejora el amortiguador trasero y los muelles de la horquilla (ver resumen de mantenimiento). Hasta la fecha, ni he tenido que cambiarle una bombilla. Y la batería, de momento, aguanta lo suyo.
El único “extra” ha sido añadirle puños calefactables que vienen de cine para los viajes y rutas en invierno.
30/01/2010 100.000km
En conclusión, en los 100.000km recorridos con ella, con sol, calor, lluvia o frío, no me he podido quejar ni una vez de su comportamiento. Es una moto bastante divertida de conducir, quizás más adecuada para un uso “dominguero” en recorridos cortos-medios, aunque tiene un comportamiento intachable en viajes largos, la única pega es la posición de conducción que acaba machacando la espalda. A día de hoy, no tengo pensado cambiarla por otra a corto-medio plazo, así que espero que me dure como mínimo unos 100.000km más… y con muchas más fotos!
V’s
Viajes
Un año de recuerdos con Ella
Hace un mes hizo un año que fui a recoger mi “nueva” moto al taller. Mi SV650S azul. Todavía me acuerdo del “miedo” que me entró al acelerar la primera vez, en la misma calle del taller, miedo a caerme, miedo a no conseguir frenar, a no conseguir parar, a acelerar demasiado de prisa.
La moto era muy diferente de mi primera moto. Primero por la posición de conducción, voy muy echada pa’lante en esta moto, con el manillar bastante más ancho, y el depósito bastante más alto. Tampoco llegaba tan bien al suelo como con la otra.
Bueno, evidentemente, la moto era “mucho” más potente (para mí por lo menos), mucho más nerviosa, frenaba mucho (es que la otra al final como que frenar frenar, no frenaba mucho, pero tampoco andaba demasiado), y sobro todo retenía mucho. Es que con esta moto flipo, porque casi no utilizo los frenos de lo mucho que retiene con el freno motor. Es económica en pastillas de frenos!!! Este primer día, estaba tan acojonada, que iba a llevar la moto hasta el garaje y nada más… Pero me animó mi marido a dar tan solo una vuelta para acostumbrarme. Y menos mal. Le cogí el tranquillo poco a poco.
Pasada la primera semana “de prueba” para ir al trabajo (todo autopista, atascos incluidos), decidimos hacer un primer pequeño viaje para ver qué tal me iba para estar más tiempo encima ya que lo que me gusta es viajar.
Salimos el sábado por la mañana hacia Anzánigo- Huesca. Unos 300 y pocos kilómetros, por carreteras secundarias. En los últimos kilómetros de carretera muy mala hasta el camping (Camping motero Anzánigo ), me di cuenta de lo dura que era la suspensión, y que mis brazos y muñecas acababan sufriendo de la posición. Pero habría podido ser peor, y el esfuerzo valía la pena…
El domingo aprovechamos para ir a Riglos:
Embalse de la Peña
Riglos
Y el lunes emprendimos la vuelta por carreteritas secundarias… Tan secundarias que tardamos… 11 horas en llegar a casa. Culpa de xx “paradas fotográficas”, alguna para ponernos el traje de lluvia, y otra para comer, y una última en una gasolinera (de la que nos echaron…) para protegernos del chaparrón que nos pilló de lleno…
A finales de mayo la llevé para la primera revisión de los 1000 km…
El segundo viaje fue a finales de junio para una Concentración, también en Huesca, un poco más arriba, en el Valle de Benasque, una zona preciosa, pero una concentración poco recomendable…
Emprendimos la vuelta también por carreteritas preciosas, pasando por Castejón de Sos, El Pont de Suert, Camarasa, con vistas preciosas a los Piríneos, y una parada memorable en un bar de Senterada (http://www.casaleonardo.net/ ) en el que comimos torradas de pan con tomate con jamón excelente, y también nos hizó probar el propietario del bar un salchichón tipo “fuet” de la zona tremendo.
Pantano de Camarasa
Como todavía no conseguía saber muy bien qué tal iba la moto para viajar 😉 , a finales de julio fuimos a otra Concentración, esta vez cerca de Burgos, en Belorado, un pueblín precioso. Allí pasamos mucho calor, y nos lo pasamos bien. Para ir, pasamos por Huesca, ya que nos conocíamos la ruta 😉 . La vuelta la tuvimos que hacer por autopista, ya que no nos quisimos perder el GP de Inglaterra y salimos muy tarde…
Al volver de la concentración tocó revisión de los 6000 km antes de irse de vacaciones los del taller, y luego yo.
El último viaje del año no fue el más corto y fue para las vacaciones a finales de agosto-principios de septiembre.
La primera parte del viaje la hice sola, y consistió en ir a visitar a unos amigos que viven ahora en Marsella (Francia) y luego a unas amigas en Lyon. La ida la hice mayormente por nacionales, y al final por autopista, ya que acabé hasta el gorro de los atascos en las entradas de las ciudades (era un sábado), y del calor.
Una anécdota sobre mi llegada a Marsella: pregunté el camino a un motero en un semáforo, que me explicó bastante bien cómo llegar a la calle de mi amigo. Era una calle en sentido único y en bajada tremenda. Cuando pensé haber encontrado el número correcto, me subí a la acera y aparqué la moto como podía. Comprobé la dirección en mi móvil, y resulta que me había parado demasiado pronto, me faltaban unos 50 números para llegar… Primer problema: bajar la moto de la acera sin caerme, y luego, tirar la moto en marcha atrás cuesta arriba para poder sacarla y coger otra vez la calle.
Conseguí bajar la moto de la acera, pero no podía poner el caballete siendo cuesta abajo, y tampoco conseguía tirar la moto cuesta arriba (ya me cuesta moverla a veces en llano, pero así, no me quedaban fuerzas…). Por suerte estaban allí una pareja de turistas con su hijo, y el señor me propuso su ayuda y empujó la moto (pobre hombre), lo que le agradeceré eternamente, ya que sin su ayuda seguramente todavía estaría allí 😉
Marseille
Entre Marsella y Lyon fui por la nacional, siendo entre semana se iba bastante bien y rápido, eso sí, con bastante viento todo el rato (lo que es bastante frecuente en esta zona).
El viernes por la mañana dejé a mi amiga para ir hasta Toulouse donde había previsto pasar la noche antes de seguir hasta Asturias al día siguiente.
Salí temprano para ir con tiempo y por nacionales, pasando por Saint-Etienne, Le Puy en Velay, Mende (dondé paré a comer, bonito pueblo). Quería aprovechar la tarde para dar un rodeo para ver el nuevo y famoso viaducto de Millau, pero empezó a llover, y preferí evitar más rodeos y fui directamente por Rodez y Albi (muy bonito también, pero habían atascos cuando llegué, y preferí seguir bajando para descansar). Llegué a Toulouse sobre las 17h30…
A la mañana del sábado, cuando me estaba preparando a salir, sobre las 8h… empezó a llover, llover… Me bajé a la entrada del hotel donde 2 parejas de moteros también esperaban a que pasara la tormenta. Estuvimos casi 2 horas esperando, pero cuando empezó a bajar la intensidad (y que ya no había rayos, etc…) acabé saliendo. Había previsto ir por autopista, y la verdad es que llovió todo el rato casi hasta la frontera. Creo que paré en una de cada 2 gasolineras para secarme un poco o calentarme un poco, acabé de agua hasta los mismísimos… Sobre las 14h llegaba a la frontera. Ya estaba medio seca, y en España empezó a llover un poco otra vez, pero con un asfalto que absorba el agua, una maravilla comparado con un asfalto que hace que cada coche que te adelante sea un suplicio. Sobre las 15h me junté con mi marido después de Bilbao, donde aprovechamos para comer.
De allí fuimos directamente hasta Asturias donde pasamos el fin de semana (y descansamos!!!).
El lunes salimos hacia Ferrol por la costa (desde Avilés N-632 + N-634 y luego LU-861 y AC-861), por carreteras muy guapas y con pocas gasolineras… (y por suerte, al ritmo que llevábamos, conseguimos hacer 230km, sin entrar en reserva!!! Acabó apareciendo una gasolinera…).
Esta misma semana bajamos hasta Sanxenxo donde tuvimos la suerte de tener unos días de sol tremendo.
Sanxenxo
Portonovo
Isla de la Toja
El viernes salimos hacia Asturias otra vez, esta vez por el interior. Y luego por la costa, con una parada en la “frontera” Galicia-Asturias.
Ribadeo
El fin de semana y el resto de la semana fue para disfrutar de los amigos, la comida, la sidra, los amigos otra vez… con alguna salida en moto… y más comida, es lo que tiene Asturias…
El domingo, vuelta de un tirón hasta Barcelona, por León y Burgos, ya que por la costa habían previsto trombas de agua, y menos mal que no fuimos!!!
Para este viaje acabé con la espalda bastante machacada por la posición de conducción, una sesión de masaje de verdad no consiguió arreglarlo, tendría que haber tenido 4 sesiones para deshacer todos los nudos… Pero aún así, repetiría sin problemas!
A la vuelta, evidentemente, tocó la revisión de los 12000.
Luego llegó el otoño, y el invierno, y la moto ha sido sobre todo mi “herramienta” para llevarme al trabajo…
V’s
Viajes
Mis primeras vacaciones moteras
Fue mi primer «gran» viaje con la moto y sola, lo más que había hecho en kilometraje era la ida y vuelta a Onteniente en 3 días… y entonces estaba (bien) acompañada…
Salí un sábado por la mañana desde Barcelona hasta la primera (corta) etapa: Perpiñán, donde pasé el fin de semana con la familia. Viaje por autopista, nada original, algunos atascos, lo normal… un poco aburrido.
El lunes siguiente salí después de comer hacia la segunda etapa del recorrido, Burdeos donde trasnoché, también por autopista, también aburrido. Único detalle del viaje en la primera gasolinera donde paré, estaban 3 Goldwings con remolque, matrícula de Irlanda. Y llegó otra (sin remolque), con una pareja de Belgas con los que charlé un poco mientras reponíamos fuerzas… Habían ido hasta Barcelona para el Centenario de HD, luego habían recorrido la Costa Azul, e iban hasta Lourdes antes de volver a Bélgica (y luego dicen que yo hago muchos kilómetros… 😉 ).
A la mañana siguiente salí temprano hacia Le Mans, la primera mitad por autopista, y la segunda por carreteras nacionales bastante rectas, pero más divertidas que la autopista. El buen tiempo me acompañó aunque no pasé calor... El pequeño detalle del viaje fue la llegada… Y la cara de sorpresa que puso mi sobrina de 3 años al ver la moto entrar en su jardín… y bajarse y quitarse el casco… a su madrina… Parece que le gustan mucho las motos ya… 😉 (lo siento por su padre… :/).
Después de una semanita en familia, emprendí la vuelta el sábado siguiente desde Le Mans, hasta Niort, unos 200km, 150 bajo una lluvia torrencial… Llegué totalmente empapada, y necesité todo el fin de semana para secarme… (es un poco exagerado… pero no tanto… 😉 ).
El lunes siguiente salí desde Niort dirección Bilbao, viaje todo autopista y autovía. Un poco aburrido, pero con la ilusión del destino… Me paré a comer en la frontera con un amigo forero, Lorenzo, y seguí el camino hasta Bilbao, donde me recibió como una reina otra amiga forera, Cris. Fue un placer volver a verla (ya era tiempo) y pasar algo de tiempo en buena compañía.
Al día siguiente, me acompañó hasta medio camino, San Vicente de la Barquera, enseñándome sitios muy bonitos, algunos de ellos donde tendré que volver sin el equipaje (por lo menos Santillana, e igual alguno más…).
En San Vicente de la Barquera, Cris dio la vuelta, mientras yo seguía (por autovía) hasta Oviedo (y eso, por perderme la salida de Gijón…). Allí se reunió al poco tiempo Julio, otro compañero forero, intentamos localizar a Rafa que nunca contestaba al móvil… 😉 , y después de unos minutos, Julio se dió cuenta de que justo al lado de donde estábamos aparcados… estaba la moto de Juan, otro compañero forero, que andaba muy cerca y se unió al grupo. Rafa llegó luego y nos quedamos a tomar algo… Luego me llevaron a cenar (muy bien) a un pueblo… y se acabó el primer día en Asturias… en buena compañía…
Los tres días allí, fueron de rutas por carreteras de curvas rápidas (cómo es que hay tantas por allí? Habrán sido diseñadas por moteros?). Sitios preciosos tanto por la costa como por el interior: un pueblo pesquero, un Cabo donde no encontramos el camino para llegar andando hasta la punta, y un poco de los «Picos de Europa«, donde llegamos a estar por encima del mar de nubes, un paisaje preciosísimo bajo un sol increíble 🙂 .
Cabo Peñas
Cudillero
Cangas de Onis
Lagos de Covadonga- Lago Ercina
Lagos de Covadonga – Lago Enol
Y claro, todo esto (bien) acompañada, con guía(s) de primera clase (menos uno que se perdía en todas las rotondas 😉 )… A destacar el buen tiempo que nos acompañó toda la semana… ni una gota de agua!!!! ¿Quién dijo que en Asturias siempre llueve?
Un detalle de las rutas… en un pueblo de la ruta por los Picos de Europa… Un anciano (de unos 80 años diría) que nos vio pasar y nos saludó en V’s a los cuatro… No hay edad para la pasión… 😉
El viernes noche hubo «cena de despedida» (aunque improvisada), con mucha (demasiada para algunos- no daré nombres 😀 ) sidra, hasta «un poco» tarde…
Y el sábado tocaba emprender el viaje de vuelta 🙁 . (Bien) acompañada por tres irreductibles Asturianos hasta no sé donde comimos, al lado de un río, a la sombra de un árbol, y donde dormí la siesta, que hacía falta…
Sobre las 16h30 levantamos el campamento, 2 irreductibles asturianos volvieron a su tierra, y otro, más irreductible todavía decidió acompañarme hasta Bilbao… Nos costó un poco volver a encontrar la autovía pero la nacional no estuvo mal. Me despedí de Julio en Bilbao y seguí por la nacional hasta Pamplona. Carretera muy guapa y muy agradable, con bonitos paisajes. Y la última parte autovía un poco aburrida, mucho calor, y viento de lado… 🙁 . Noche en Pamplona… Dormí muy bien… 😉
Salí a la mañana siguiente para el último trozo de viaje. Pamplona-Jaca-Huesca-Barbastro-Lleida-Barcelona. Primera parte hasta Huesca por carreteras muy guapas, paisajes muy bonitos (pueblos típicos, embalse de Yesa, vistas increíbles a los Pirineos).
Embalse de Yesa
De Barbastro a Barcelona un poco aburrido, carretera muy recta, y autovía, y mucho calor…
15h30 llegada a Barcelona, final del viaje. Me bajo de la moto, me quito los guantes, el casco, la chaqueta… Se acabó la ruta (me lo agradecerán mi culo, mi puño derecho, mi cuello, mi espalda… 😉 ). Se acaban las vacaciones…
Me quedan muchas cosas por ver en Asturias, tendré que volver… camino de Galicia? Ya tengo mi idea de ruta para mis próximas vacaciones… Queda por saber con qué moto…
Sólo queda dar las gracias a tod@s l@s que me han acompañado y por lo bien que me han recibido, por todo lo que me habéis enseñado en tan poco tiempo… entre otras cosas: la hospitalidad y la amistad…
V’s