Paseos
De curvitas por Les Vosges
Lo peor (creo) de la región de París es que no hay curvas. Está todo plano, solo hay campos de remolacha (con sus extraños avisos),

y gendarmes escondidos en bosques con prismáticos multadores…
Para escapar de esta zona de “no-curvas”, aprovechamos un fin de semana de 3 días para ir en búsqueda del divino tesoro: curvas.
Salimos el viernes después de comer, con tranquilidad, para recorrer unos 400km… de línea recta, hacia el Este, dirección “Les Vosges”, pequeña zona montañosa (Reserva Natural) casi en la frontera con Alemania (en “Alsacia”, región que fue alemana entre 1870 y 1914/18). Y quién dice “montañas”, dice “CURVAAAAAS”.
Llegamos reventados al final de la tarde, reventados por tanto aburrimiento de carreteras rectas en medio de campos…
Tras una buena cena “ligera” de la zona- con el queso Munster tan suave y ligero, nos acostamos pronto para poder disfrutar del día siguiente.
Había previsto un itinerario, pero nos perdimos varias veces, y como nos daba igual porque la idea no era ir a un lugar en particular, sino disfrutar de la carretera, pues más o menos esto hemos recorrido…
Memorial “Le Linge”– batalla de la 1era Guerra Mundial, donde se enfrentaron tropas francesas y alemanas entre el 20 de Julio y el 15 de octubre de 1915- 17000 muertos.



Los colores de primavera eran muy bonitos, pero no se aprecia mucho porque la luz era muy rara, había muchas nubes pero el sol no estaba muy lejos, y no salen muy bien las fotos.

Habitantes de la zona…:

Carretera entre Grand Ballon (pico mas alto de la zona) y Cernay.










Volviendo hacia el hotel:


Hicimos unos 200km más o menos, dando vueltas… para recargar baterías antes de emprender el viaje de vuelta al día siguiente… 400km de línea recta en medio de campos aburridos, y además rodeados de todos los domingueros parisinos volviendo de fin de semana…
Pero el viaje valió la pena…
V’s
Paseos, Viajes
100.000km
Este post es un artículo que fue escrito para y publicado en la revista «La Moto» de Mayo 2010:
Empecé a interesarme por las motos con 14 años, pero no fue hasta 10 años más tarde que decidí, con la excusa de facilitar mis desplazamientos al trabajo, sacarme el carnet y comprar mi primera moto, una Kawasaki ZZR250 comprada con 20.000km y vendida 3 años después con casi 80.000km. En Mayo del 2005, compré mi segunda y actual moto, una Suzuki SV650S, principalmente por su línea (estéticamente me gustan más las RR, pero no se adaptan demasiado a mi conducción… “tranquila”), y por su carácter de bicilíndrica.
Aparte de usarla para los desplazamientos diarios al trabajo, también me gustan las salidas domingueras pero sobre todo, cuando realmente disfruto de la moto es viajando.
La verdad es que esta moto no es la más adecuada, a nivel de posición de conducción para este propósito, menos para mi metro sesenta, pero bueno… todo es acostumbrarse, y en todo caso tengo que reconocer que a nivel de comportamiento y fiabilidad, sólo me ha dado satisfacciones.
Aquel mayo del 2005, decidimos bautizar la moto pasando un fin de semana en el camping motero de Anzánigo. El viaje fue bastante duro para mi marido que me seguía con una 1000 deportiva, ya que por el rodaje, no pasaba de 108km/h…
Mallos de Riglos 2005


A la vuelta fue peor, ya que tardamos unas 11 horas para recorrer los 350km… no por la velocidad punta, sino por la velocidad media, porque paraba cada dos por tres para practicar mi segunda afición: la fotografía… Y es que esta zona del Pre-pirineo (Aragonés y Catalán) da mucho juego para ello.

Ese mismo año, para asegurarme de probarla bien, y llegado el verano, fuimos a mi primera concentración de motos, también en el Pirineo Aragonés, y tuvimos unas vacaciones de unos cuantos kilómetros… primero sola para hacerles una visita a unos amigos en Marsella y Lyon, y luego ya otra vez acompañada de mi marido, hasta Asturias y Galicia (Ferrol y Sanxenxo).
Isla de la Toja 2005

En los siguientes años, hicimos unos cuantos viajes más, principalmente por España (en desorden, y algunos sitios varias veces: Cazorla, Almería, Madrid, Valencia para el SBK, Teruel…). Sin olvidar Asturias y Galicia donde vamos cada verano, siempre por la misma ruta que pasa por el pre-pirineo. En alguna ocasión paramos por el camino por la zona, sea del lado español (Biescas)
Camino de Bielsa 2008

o francés (este verano en Cauterets, pasando por muuuuuuuchos puertos del Tour).
Camino del Col d’Aspin – 2008

Mirador del Fito – Asturias 2009


Mirador de San Andrés de Teixido – Galicia 2009

También hemos hecho alguna incursión al país vecino, por la zona de Lyon, y con parada obligada por razón mecánica (cambiar el kit de transmisión por mala cabeza y mal mantenimiento- mea culpa… sólo me pasó una vez!) en el precioso pueblo y zona de Millau y les Gorges du Tarn.
Viaducto de Millau – 2007

Para los viajes, hemos comprado unas alforjas Basgster, y para los viajes en dúo utilizamos también una bolsa sobredepósito (que no puedo utilizar en solo, porque el depósito es ancho y alto, y no llegaría bien a los semimanillares…).
La mayoría de viajes se hicieron entre mayo y septiembre, aprovechando fines de semana largos y vacaciones. Para los viajes, siempre intentamos encontrar rutas por carreteras secundarias reviradas, tardando bastante tiempo, disfrutando de la ruta, de los paisajes, y parando cada vez que se puede (y que me deja mi marido) para hacer fotos. Aunque muchas veces la vuelta de vacaciones se hace con menos tiempo y por autopistas/autovías aburridas.
La mayoría de los viajes los hice conduciendo yo, aunque en alguna ocasión, probé el asiento trasero de mi moto para viajes largos, ya que para ir en dúo, el asiento trasero de la moto de mi marido quedó totalmente descartado. En la SV, la posición yendo de paquete no es incómoda, incluso diría, más cómoda que la posición de conducción, porque se puede ir bastante recto, aunque el mullido del asiento se hace un poco incómodo después de muchas horas sentada.
En estos 4 años y pico, también hice con ella bastantes rutas domingueras, por Cataluña, dirección Tarragona, o Girona, en grupo, en solitario o en dúo, de paquete o conduciendo. La cuestión es disfrutar de la carretera, de las vistas, y de la compañía (casi siempre cerrando el grupo)… y al poder ser “repostando” por el camino butifarra con patatas.

Pantano de la Llosa del Cavall – 2009

Camino del Port de la Bonaigua – 2009


A lo largo de estos 100.000km, no he tenido ningún problema mecánico, sólo un fallo eléctrico (se fundió el fusible principal, por un cortocircuito provocado por el roce de la cadena antirrobo con un cable debajo del asiento), y aparte del mantenimiento normal y corriente, le he cambiado por desgaste y/o mejora el amortiguador trasero y los muelles de la horquilla (ver resumen de mantenimiento). Hasta la fecha, ni he tenido que cambiarle una bombilla. Y la batería, de momento, aguanta lo suyo.

El único “extra” ha sido añadirle puños calefactables que vienen de cine para los viajes y rutas en invierno.
30/01/2010 100.000km

En conclusión, en los 100.000km recorridos con ella, con sol, calor, lluvia o frío, no me he podido quejar ni una vez de su comportamiento. Es una moto bastante divertida de conducir, quizás más adecuada para un uso “dominguero” en recorridos cortos-medios, aunque tiene un comportamiento intachable en viajes largos, la única pega es la posición de conducción que acaba machacando la espalda. A día de hoy, no tengo pensado cambiarla por otra a corto-medio plazo, así que espero que me dure como mínimo unos 100.000km más… y con muchas más fotos!
V’s



Paseos
Un Cumpleaños Feliz
El día 30 celebraba mi… 22 cumpleaños… 😉 LOL
Para la ocasión, me regaló Juan un “fin de semana en moto con derecho a cuantas paradas fotográficas deseaba”. Estaba previsto salir el día 01 temprano hacia un destino desconocido (por mí). Fuimos en mi moto, yo de paquete, para disfrutar del paisaje…
Nos levantamos temprano… y viendo que estaba lloviendo bastante, decidimos… volver a la cama hasta una hora después, a ver si paraba. Una hora después nos volvimos a levantar… pero seguía lloviendo. Así que decidimos levantarnos, ir preparando las cosas y ya saldríamos cuando estábamos listos. A eso de las 11h, paró de llover y salió el sol. Fuimos a buscar la moto, pusimos las alforjas, nos pusimos el traje de lluvia por si acaso, y por fin, salimos.
Me dijo Juan que el primer paso era ir “hasta Sant Llorenç de Morunys”. Conozco bien la carretera por haber ido hace unas semanas… así que le podía indicar bien el camino (aunque tenía mapa, soy buen GPS – un GPS un poco histérico a veces, pero GPS igual!). Así que empezamos C58, Manresa, Solsona… Me sorprendió ver montañas nevadas y vistas que no ví hace unas semanas al hacer la misma ruta. O es que entonces no estaban nevadas (había nevado haría 1 o 2 días), o es que al estar conduciendo, no pude ver todos los paisajes que estaba viendo ahora.
Al llegar cerca del cruce que va hacia Sant Llorenç, Juan se paró y me dijo que le parecía que el Googlemaps se había liado… y que mejor tirábamos hacia Bassella para coger la carretera que sube hacia Andorra. Eso hicimos… Y paramos a repostar y comer en el Pans&Company del museo de la moto de Bassella. Allí en el sol de la terraza, ni frío ni calor, se estaba muy bien!
Después de reponer fuerzas, nos fuimos otra vez dirección Andorra, hacia no sabía dónde… Pasamos Coll de Nargó, y más allá yo desconocía hacia donde se podía ir aparte de Andorra… Después de pasar el Plà de Sant Tirs y con la carretera bastante transitada, tomamos repentinamente un desvío a la izquierda… y allí empezó la ruta fotográfica…
La N-260, el “Eix Pirinenc”, en este tramo es una carretera de curvas y más curvas, primero subiendo durante unos cuantos kilómetros, con vistas a valles, cumbres nevadas, más valles, y más cumbres nevadas… Paramos unas cuantas veces a hacer unas cuantas fotos…

Teníamos tiempo, no teníamos horario, de hecho, no miré el reloj en todo el día, y en ningún momento del día supe qué hora era… tampoco adónde íbamos…

Llegamos a Sort. Famosa por repartir muchos premios de lotería… En Sort nos desviamos por la C13 dirección Vielha. Aunque no llegamos a Vielha. En Llavorsí cogimos una carreterita que seguía un barranco, hacía bastante viento. Después de desviarnos por un camino equivocado y dar la vuelta, seguimos y seguimos esta misma carretera hasta que llegamos a un pueblo. Un pueblo de una veintena de casas, un hotelito, y un bar restaurante en frente del hotelito. El hotelito en cuestión por lo visto era dónde nos quedábamos a dormir. Y yo seguía sin saber qué hora era (y tampoco había visto el nombre del pueblo…). Hacía mucho viento, se estaba nublando el cielo, aunque se veía “al final” de la carretera una montaña nevada entre las nubes. Cayó alguna gota. Dejamos la moto aparcada abajo, entramos en el hotel. La habitación tenía una terraza que daba a un río.

Del otro lado del río, un pastor, 3 perros y muchas ovejas. Tras el merecido descanso, fuimos a dar una vuelta por el pueblo, a merendar en el bar “de enfrente”, y a dar otra vuelta por el camino que salía desde detrás del hotel, a lo largo del río.
Como el viento era bastante frío, volvimos al hotel, descansamos un poco, cenamos y descansamos otra vez soñando con los paisajes nevados que nos esperaban al día siguiente.
Nos levantamos temprano, desayunamos (tostadas de pan con tomate con jamón), y una vez hechas las alforjas otra vez, nos fuimos. Habíamos decidido seguir por la misma carretera hasta que se acabara. Seguimos pues por la “Vall de Cardós”, con la misma montaña nevada de frente, y de vez en cuando alguna montaña más que aparecía y desaparecía según el capricho de las curvas. Algunos pueblos típicos acompañaban la carretera.

Llegamos hasta Tavascan, cruzamos el pueblo y decidimos seguir por una carreterita que indicaba una estación de ski (cerrada, pero la carretera abierta). Así que empezamos a subir, tranquilamente ya que la carretera estaba bastante mojada, en la sombra y estrecha, aunque en bastante buen estado.
A unos pocos kilómetros, una parada fotográfica… Menuda cascada!!!

Seguimos subiendo, y subiendo, parando de vez en cuando a hacer fotos. Hasta que llegamos al principio de un muy pequeño pueblo (la estación?), pero se acabó el asfalto, y entre las piedras, el barro y los charcos, decidimos dar la vuelta y regresar. Ya volveremos con una trail!!! 😀
Tras unas cuantas paradas fotográficas más, volvimos hasta Llavorsí. Habíamos previsto seguir por la C13- C28 hasta Vielha, y luego bajar por la C230, hasta el Pont de Suert, y luego N260 hasta la Pobla de Segur, parando a comer en un pueblo donde intentamos parar siempre que queda de camino “a por sus torradas de pan con tomate y embutido de la casa” en un bar-fonda que descubrimos hace unos años por casualidad.
Pero no nos adelantemos…
Empezamos pues a subir por la C13, a medida que íbamos subiendo, veíamos cada vez más nieve. Así que parábamos bastante a menudo…


Subimos y subimos, hasta que nos encontramos “en medio” de la nieve. No podíamos parar de parar :D.


Habría nevado unos días antes, aunque la carretera estaba muy bien despejada por el quitanieve. Carretera con muy buen asfalto, y unas curvas muy bonitas. Paramos varias veces, una de ellas para hacer un muñeco de nieve, que daba un poco de miedo, pero bueno…

La carretera seguía subiendo, hasta que llegamos al Port de la Bonaigua. Había algo de nubes arriba, y bastante aire. Y mucha nieve.

El cartel del puerto del lado “montaña” estaba roto y medio cubierto por metros de nieve. Tras hacer las fotos obligatorias, empezamos a bajar. Del otro lado del puerto empieza “la Val d’Aran”. Y la carretera de bajada estaba en pésimo estado. Algunos tramos sin asfalto, era tierra, barro y baches. Así que bajamos con cuidado, rodeados de paisajes nevados, aunque las cumbres ya un poco nubladas. Llegamos a Vaqueira, estación de ski fea como tan bien las saben hacer… Y seguimos bajando hasta Vielha. En Vielha cogimos el tan famoso túnel (qué frío hacía allí dentro… Un túnel de frío de 5km!!! El único momento de la ruta que pasé algo de frío.). Y hasta el Pont de Suert. En la salida del pueblo, paramos a “auxiliar” a una pareja de moteros franceses, cada uno en una XJR1300, que estaba perdida… y con razón… no llevaban mapa!!! Así que les indicamos cómo ir hacia Bielsa por Ainsa, y emprendimos el camino otra vez. Pensaba que ya por esta ruta, se habrían acabado las cumbres nevadas… Pues me equivocaba, todavía quedaba alguna por ver. Y un pueblo precioso de primer plano.

Paramos un rato, en medio de un campo, sólo se oían los pájaros, y el silencio. La verdad es que habría sido un lugar idóneo para tirarse en el suelo y hacer un picnic, pero no teníamos picnic, ni bebida, y como se estaba haciendo tarde y empezábamos a tener hambre, no hubo más remedio que seguir hasta el pueblo de las torradas con embutido de la casa… Allí paramos un buen rato, nos sirvieron las famosas torradas de pan con tomate (y ajo), y jamón, 2 tipos de fuet, otro tipo de embutido que no sé cómo se llama, 2 tipos de quesos… paté y queso con aguardiente caseros. Bueno, todo casero. Terminada la comida, descansamos un rato más con un café/coca cola en la terraza del bar, al lado nuestro 2 moteros ingleses… Y bueno, como en algún momento había que regresar, pues regresamos.
Fuimos hasta la Pobla de Segur, y allí seguimos por la N260 dirección la Seu d’Urgell, para recuperar la carretera cogida a la ida. Un tramo muy bonito, pero lleno de Mossos d’Esquadra… (una pareja en moto, un radar móvil, y un control un poco más abajo.). En Sort cogimos la carretera de la ida, pero en el otro sentido. A la ida no nos habíamos parado, pero esta carretera tenía del lado “montaña” cada poco unas “salidas” de caminos de tierra, con un “STOP”. Era muy curioso porque no parecía que en la mayoría se pudiera meter ningún coche… A la vuelta aprovechamos para hacer una foto de la salida más curiosa (no parecía haber ni camino!).
Hicimos una última parada fotográfica en el Puerto de Pervés y seguimos disfrutando de la carretera…
Luego enlazamos otra vez con la C14, hacia Bassella, donde paramos a descansar y tomar una coca cola otra vez… Y volvimos por Solsona, Manresa, etc… hasta casa. Con bastante tráfico y poco disfrute ya…
En total unos 650 km de curvas y más curvas, rodeados de paisajes nevados durante casi todo el camino, disfrutando del paisaje y de la carretera como pocas veces…
Un cumpleaños feliz. 🙂
V’s
Paseos
Salida en solitario – Cataluña
Hace un par de semanas, aproveché uno de los pocos días sin lluvia de marzo-abril, y que estaba de rodríguez, para hacer algo que no hacía desde hacía mucho tiempo: hacer una ruta y parar cuántas veces me daba la gana para hacer fotos…
Aquí va la crónica…
Aquel domingo de primavera, me desperté sobre las 8h de la mañana, y tras el desayuno y ponerme el mono, junto con la chaqueta de chubasquero recién adquirida (la otra había «muerto»- bueno, más bien la cremallera, después de 7 años de uso intensivo…), fui a por la moto y salí… por fin, estaba empezando la ruta.
Me acompañaba una neverita portátil, también recién adquirida, donde iban dos bocadillos, una cocacola de lata, mis guantes de invierno y el pantalón de chubasquero (para guardarlos en frío y eso…).
Empecé mi ruta por la C58 dirección Manresa. Al acercarme a la montaña de Montserrat, me acabaron de despertar unas vistas un tanto apocalípticas de Montserrat y sus formas peculiares emergiendo de la niebla.
Seguí camino hasta Manresa, y luego por la C55 hacia Súria, Cardona… y me desvié justo antes de Solsona subiendo hacia Sant Llorenç de Morunys por la carretera del Pantano de la Llosa del Cavall.
Mi primera parada fotográfica fue al principio de esta carretera, iba rodeada de campos de florecitas blancas. Así que paré en una carreterita transversal, donde había gente con aviones de radiocontrol.
La segunda parada fue en el Pantano de la Llosa del Cavall. Este día hacía un día un poco raro, con una especie de neblina que daba un aspecto raro como difuminado a los paisajes. Los reflejos eran tremendos.
El Pantano:

Allí tuve que parar en una curva (con bastante arcén…) porque el paisaje estaba tremendo. Tenía la impresión de estar en algún lado de Escocia, el Lago Ness, o algo así, más que en una carretera del Prepiríneo Catalán…
Tras una parada en Sant Llorenç de Morunys para repostar, y asegurarme del camino correcto con el señor gasolinero, seguí por donde me había indicado. La idea era ir hasta el Coll de Nargó por una carretera que había hecho este verano…
Pues no, me perdí, y al llegar al puerto, me concentré en tomar la curva correctamente porque el asfalto estaba lleno de baches, y seguí la curva a la izquierda… No ví que había otra carretera que salía recto…
Así que tras un rato de camino, me dí cuenta que no me sonaba nada el paisaje… pero era demasiado tarde, y acabé otra vez en Solsona…
No pasa nada, tengo todo el día, y nadie me va a quitar el hacer la carretera que tenía previsto. Así que seguí mi ruta por la carretera que va hasta Bassella (y su museo de la moto), muy bonita carretera también, aunque este día había bastante tráfico (pero también bastantes sitios donde adelantar). En el cruce, me fui dirección Andorra, y por fin llegué al desvío donde tendría que haber llegado, pero en sentido contrario…, justo después de Coll de Nargó.
Tenía a partir de entonces unos 40km de curvas en medio de la naturaleza, con casi nada de tráfico (2 o 3 coches me debí de encontrar).
Con todo este rodeo que había dado, se estaban acercando las 13h y empezaba a tener hambre, así que empecé a buscar sitio donde parar a comer mis bocatas. Descarté el puerto anterior por el aire bastante frío que soplaba allí arriba a pesar de sus bonitas vistas.
Al cabo de unos 10km ví un desvío que parecía llegar hacia el fondo del valle y tenía buena pinta. Pero lo ví demasiado tarde y no encontré sitio donde dar la vuelta… Así que mientras buscaba un hueco donde dar la vuelta, encontré otro sitio donde parar a comer… Un grupo de 4 casas con un salto de agua, y unas vistas preciosas al valle. Baje por el «camino», de cemento… muy muy empinado hasta la «plaza» del «pueblo» (de tierra la plaza), y una vez allí, sintiéndome un poco intrusa, dí la vuelta como bien pude para aparcar un poco más arriba.
Entre las casas estaba un señor con su hijo (supongo) arreglando una Montesa…
Sólo se oía el ruido de la cascada y algún pajarito de vez en cuando. PAZ.

Tras un merecido descanso, le hice alguna foto más a la moto, y me preparé a seguir camino.
Emprendí otra vez la marcha, sin el chubasquero puesto, ya que había salido el sol y hacía bastante más calor que por la mañana.
Por el camino adelanté a un coche que me dejó pasar e iba muy lento, y a la vuelta de una curva, me encontré con este paisaje…

Bastante más impresionante en vivo que en la foto… No había arcén, y la carretera estaba bajando, así que me paré y tuve que hacer la foto desde la moto, con el casco y los guantes puestos, por si acaso llegaba el coche que había adelantado un rato antes…
Un poco más abajo, paré por última vez para hacer fotos…

Durante la parada, me adelantó otra vez el coche (debía de preguntarse para qué le adelantaba si total después perdía el tiempo parando!!!)
Poco después, llegué al puerto dónde me había equivocado de ruta a la ida… y volví a adelantar el coche…
Y ya tuve que seguir hasta Sant Llorenç de Morunys otra vez, sin parada, ya que el tiempo se estaba volviendo regular, y no tenía mucha gana de pillar lluvia por el camino (y menos tormenta de montaña).
Reposté otra vez en la gasolinera de Sant Llorenç, menos mal que había cambiado el «gasolinero» porque habría flipado (ésta está loca, va yendo en círculo…)…
Volví a bajar por la carretera del Pantano de la Llosa del Cavall, donde me cayeron unas 4 gotas (contadas), y con vistas no tan bonitas como por la mañana (hacía un poco de aire y ya no había reflejos)…
A pesar de haber dado tantas vueltas, llegué a casa temprano, después de exactamente 372km … y aproveché para limpiar la moto de todos los bichos que habían acabado su vida en el frontal de la moto… y del casco… Había llegado la primavera!!!
V’s
Paseos
Después de la lluvia
Después de 50km rodando bajo lluvia en la Nacional detrás de un camión, sin ver nada del paisaje, habiendo dejado atrás la vista sobre campos de amapolas, dejé la Nacional para tomar una pequeña carretera de curvas…
Y dejó de llover…
Dejaba atrás un cielo muy oscuro para ir hacia el poniente que salía detrás de las nubes en el horizonte…
Entonces miré para atrás y me detuve…
Y eso vi…


Valió la pena el esfuerzo y lo incómodo de estos 50km para poder disfrutar de esto.
Nunca mejor dicho “Après la pluie le beau temps”…
(Fotos hechas con cámara desechable, camino de Rodellar, Huesca, donde iba a pasar un fin de semana de barranquismo.)
Dos semanas más tarde, pasando por el mismo sitio pero con condiciones climáticas bastante más favorables, para otro finde de barranquismo:


V’s
Paseos
Mi primera moto, mis primeros kilómetros
Me saqué el carnet el día 02 de enero del 2002 al segundo intento. A finales de aquel mismo mes, quedé con el propietario de mi primera moto, una Kawasaki ZZR250, para confirmar la transacción. Siempre me acordaré de mi primer día con ella… Llevármela por Barcelona sin haber conducido nunca nada por ciudad, llevármela hasta el trabajo, encontrar seguro propio (tenía él del anterior propietario- que me enteré años más tarde, no me habría servido de nada en caso de accidente o que me parase la poli), y por la noche volver a casa por la C58, con una inserción a ésta por el carril izquierdo… acojonada iba.
Los primeros meses la usé más que nada de “medio de transporte”, no me atrevía mucho a irme de ruta sola… Eso sí, alguna subida y bajada al Tibidabo por l’Arrabassada a paso de tortuga, para aprender y esas cosas.
Llegó el verano e hice mi primera “ruta” sola, una ruta muy “motera” por la carretera de Tossa de Mar a Sant Feliu de Guixols, la carretera de las 365 curvas…
Aproveché para visitar algún pueblo precioso de la zona, Vullpellac y Peratallada. En pleno agosto, vestida de cordura, “algo” de calor pasé… Aquella primera salida sola llegué a casa a las 21h30, muy cansada pero muy contenta.
Carretera de las 365 curvas


Peratallada

Mi primer viaje largo fue en octubre de aquel año, en compañía de un compañero forero y su mujer, para bajar a Onteniente a pasar el fin de semana con más compañer@s forer@s. Una experiencia dura por el fuerte viento lateral racheado que soplaba por la zona de Tarragona, y me llevaba de un lado a otro de la autopista. También tuvo que ser dura para mis acompañantes dada la velocidad punta que llevamos todo el camino… La vuelta la hice en compañía de otro compañero, que tenía una 250cc también, y sufrió menos…
Onteniente 2002


A partir de allí, empecé a salir en grupo, siempre cerrando el grupo, por lenta. Pero es que antes de aprender a correr hay que aprender a andar, y de todas formas yo no soy de correr. Prefiero ir a mi ritmo, sentirme segura y sobretodo, disfrutar de la carretera y de los paisajes o curiosidades encontrados por el camino. Y ya me esperarán en los cruces…
Carretera de las 365 curvas

Montserrat – enero 2003

También seguí con las salidas sola, a mi ritmo sin molestar a nadie, y pudiendo parar cuando me apetecía para disfrutar de mi segunda pasión: la fotografía.
Begur


Pals


V’s





