Paseos
Salida colorida
Este domingo, gracias al cambio de hora y que el lunes era día festivo y podíamos dormir 🙂 , nos levantamos temprano para ver MotoGP. La verdad es que estas últimas temporadas vemos poco las carreras, por aburridas. Solemos ver alguna después cuando hay comentarios positivos sobre la carrera (es decir, 5 adelantamientos o 6 en las ultimas 3 vueltas…)… por lo demás nos quedamos con las road races (que por desgracia, excepto unas pocas, no se pueden seguir por internet).
Pero ese día había Pole de Pedrosa, y como es casi el final de la temporada decidimos verla. Tuvo su lote de emoción y polémica. Como la polémica me cansa, me quedé con el carrerón y victoria de Dani, que por fin ha recuperado su mejor nivel. A ver si hay suerte la temporada que viene.
Eso dicho, la carrera y su resultado nos despertaron del todo, y como era temprano y que el día no pintaba mal, decidimos salir con las motos.
Tuvimos que retrasar la salida unos minutos porque una nube decidió descargar justo en ese momento. Pero no duró.
La idea del día era aprovechar la salida para hacer fotos de los colores de otoño. Siempre me han encantado y es complicado porque llegan de un día para otro y se van en una semana o incluso menos si hay mucho viento o lluvia (ambos siendo habituales en Cork…). Así que si te pierdes una semana ya no hay hojas y ya no hay colores…
Como no conocemos aun muchos sitios por aquí, y que en Irlanda no hay muchos bosques, decidimos ir a un sitio donde estuvimos en Junio (crónica aquí), Gougane Barra, a unos 70km de casa, una hora más o menos.
La carretera para ir es muy agradable, la primera parte bastante rápida, y después es una carretera no muy ancha y algo bacheada pero con curvas bonitas. En otoño es preciosa, muchos de los setos que la bordean se visten de otoño, y como había llovido, el olor a hojas mojadas y madera impregnaba el camino. Abrí la visera para disfrutarlo mejor.
La vista alrededor de la carretera era una pasada, las montañas que en verano parecen de terciopelo verde se tiñeron de marrón rojizo, anaranjado o amarillento, los árboles que bordean los campos cultivados se vuelven amarillos, y los jardines se tiñen de rojo, amarillo, naranja o verde clarito, un arco iris de árboles.
Paramos una primera vez al borde de la carretera el tiempo de una foto y seguimos camino.
Con carreteras tan estrechas y con tantas curvas no me puedo parar a hacer fotos tantas veces como quisiera porque no hay sitio (y Juan lo agradece 😀 ).
Al final llegamos a Gougane Barra. Algunos árboles ya habían perdido sus hojas pero los colores no tenían nada que ver con cuando estuvimos allí en junio. El cielo estaba nublado en su mayoría (de hecho llovió un poco cuando llegamos), y como suele pasar, la luz era muy complicada para hacer fotos. Las hice igualmente 😉 .
Al cabo de un rato llegó una decena de Porshe 911 de casi todas las épocas y aparcaron en fila a lo largo del parquin que bordea el lago. Una bonita estampa 😉 .
Cuando llegamos allí Juan tenía mucho hambre (eran las 10 y pico y habíamos desayunado a las 7h…), y teníamos pensado re-desayunar con Irish Breakfast (que nos sirve también de comida…). Pero la cafetería y el hotel junto al lago estaban cerrados. Tocó aguantar el hambre…
Después de la sesión de fotos dimos la vuelta (la carretera acaba en un parquin de pago, que es el principio de unos caminos de senderismo por el parque natural. Se puede aparcar gratis un poco antes…). Al siguiente cruce decidimos tirar dirección Bantry, en la costa, indicado a 22km, y parar en cuanto encontráramos un sitio para desayunar. Esta parte de la carretera también era muy bonita. Estuvimos a punto de parar en un pub que indicaba “parquin detrás” pero nos saltamos la entrada y estábamos en un sitio chungo para dar la vuelta así que tiramos. Fuimos hasta Bantry, y nos perdimos por sus calles. Estaba el pueblo petado de coches; por lo visto había un rally de coches que pasaba por allí, y era un caos para circular. Y no me creeréis pero no encontramos ni un pub abierto! Evidentemente, mi moto decidió que era el mejor momento para darme problemas con la bujía delantera. Mi moto da un solo problema, recurrente cada vez que llueve mucho (y como llueve poco… 😉 ), el guardabarros delantero es demasiado corto y cuando pillamos mucha lluvia (como fue el caso en una salida hace algo más de un mes), entra agua por el agujero de la bujía delantera, se estanca y la moto se queda en un solo cilindro. Así que a baja velocidad, como es cuando te atascas en un pueblo, se cala cada dos por tres.
Al no encontrar sitio para comer, decidimos dar la vuelta. Nos perdimos, dimos otra vez la vuelta. Había visto un pub después del último cruce donde dejamos la carretera bonita. Volvimos hasta allí. El restaurante sólo abría por la tarde a partir de las 5.30… Así que decidimos volver al primer pub que habíamos pasado en la carretera de Gougane Barra. Esta vez encontramos el parquin detrás y el pub estaba abierto y servían comida! Con todo esto ya se nos habían dado las doce… Cogimos un plato de cordero con una coca cola cada uno. El plato típico en salsa “gravy” acompañado de puré de patatas y verduras frescas (zanahorias, nabo y brócoli) sin condimentar (hervidas en general, no saben demasiado…). Comimos muy bien. Juan acabó con un heladito como siempre 😉 y nos fuimos.
Ahora que ya no había llamada del estómago, podíamos tomar tiempo de parar a hacer fotos otra vez 😀 .
Hicimos un par de paradas más. La verdad es que los colores eran increíbles a pesar de la mala luz.
De la segunda parada huimos literalmente porque se estaban acercando muy rápido unos nubarrones bastante feos.
Al final llegamos a casa sobre las 15h30, solo pillamos un pelín de lluvia ya de vuelta a la carretera principal, pero llegamos secos.
25 de octubre: una salida colorida. 😉
V’s
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