Paseos
Sola sin rumbo fijo
El sábado tocaba salida en solo. No pasa a menudo porque por suerte comparto las salidas con Juan casi siempre, y hacemos salidas en grupo de vez en cuando. Pero ayer a él le tocaba “trabajar” excepcionalmente. Como llevamos 2 semanas sin lluvia y que no pasa a menudo, pensé que había que aprovechar mientras durara, que estamos en Irlanda y a principios de octubre, el veranillo no dura para siempre.
Así que a eso de las 10, salí con la moto.
Tenía previsto “visitar” una pequeña península al este de Cork, donde ya habíamos ido con el coche en una ocasión, y que tenía muy bonitas vistas.
La primera parada fue en el lago de Rostellan con bonitas vistas al pueblo.
La segunda para hacer una foto a algo que me encanta en Irlanda: los setos que bordean las carreteras y se juntan arriba haciendo túneles de vegetación.
La idea era ir hasta “Roche’s Point”, un cabo donde habíamos ido un atardecer de julio:
Pero me perdí la intersección, no había indicaciones, o las indicaciones que había no correspondían con mi mapa.
No tenía punto de llegada particular (aparte del cabo que no encontré), solo la idea de coger la carretera más cerca de la costa posible. Me perdí varias veces, di la vuelta varias veces, una de ellas porque acababa de pasar una pequeña intersección donde había un cartelito escrito a mano en papel y plastificado que indicaba “CLIFF WALK”- paseo por acantilados, así que pa’lla fui. Acababa la carretera en un parquin de tierra y piedras (lo ideal para maniobrar mi moto). Aparqué la moto como pude (tuve que bajarme para maniobrarla, si me caía no había nadie para ayudarme). Solo había un coche aparcado y un tractor arando en el campo colindante, con un montón de gaviotas siguiéndole. Bajé a una playa con muchas algas, arena, rocas y una concentración de gaviotas surferas. También había un pescador solitario un poco más lejos.
Me quedé un rato disfrutando del sonido de las olas (y de las gaviotas) y viendo las gaviotas jugar con las olas. Estos sitios desprenden mucha Paz.
Después de un rato seguí mi ruta. Después de varias vueltas por carreteras no muy adecuadas para mi moto, y después de perderme varias veces, finalmente llegué al puerto de Ballycotton. Toda la mañana el cielo había sido nublado, con una luz muy complicada. En Irlanda muchas veces cuando hay nubes el sol está muy cerca detrás y hay una luz que hace las fotos difíciles.
Aparqué la moto en el puerto, donde había muchos pescadores. Y estuve un rato haciendo fotos.
A cabo de un rato vino un chico que me preguntó si era mi moto. Cuando le dije que sí (tampoco había ningún motero más alrededor…), me dijo que él tenía una Fireblade y que preguntaba porque hacía mucho tiempo que no veía una chica con su moto y que entonces se preguntó si era irlandesa… Le contesté que bueno, yo vivo aquí pero no soy irlandesa… me dijo “Ah bueno entonces esto lo explica todo” y se volvió a su caña de pescar…
Mientras estaba en el puerto despejó el cielo, salió el sol y la luz fue mucho mejor. En cambio empecé a tener problemas con el objetivo grande de la cámara que ya no enfocaba. Seguí con el pequeño.
Intenté ir a comer en un pub del pueblo, pero solo servían bocadillos y la verdad es que sirven bocadillos de cosas raras (le echan cheddar al pollo y esas cosas) y no me apetecía, así que seguí ruta sin comer.
Llegué a un pueblo, di la vuelta, me metí por una carretera, me crucé con un señor trabajando que me saludó sonriendo, y llegué a… un par de casas donde acababa la carretera… (no había ningún cartel indicando que era un callejón sin salida…). Así que di la vuelta en la entrada de un jardín (con gravilla como no), volví a pasar delante del señor y volví a la carretera principal para seguir ruta.
Acabé en otra playa de arena esta vez, con dunas y también un parquin de tierra y piedras donde hice algo de motocross para dar la vuelta, y paré solo para hacer un par de fotos. Era muy bonita pero no sé si volvería a encontrar el camino para llegar…
Un poco más lejos paré en un pueblo a repostar, comprar unas patatas fritas y una coca cola. Al salir de la tienda me pregunta un señor mayor “y dónde está su moto?”, se la enseño y me dice, “una Suzuki, qué es una 350?” “no, una 650”. “Oh, esto es muy grande para una mujercita como Ud, hay que tenerle mucho respeto”… Tras 2 minutos de intercambio me fui al lavabo y cuando volví estaba al lado de mi moto y prosiguió. Me dijo que había tenido moto allá en los 70, que le gustaba mucho pero que tuvo un accidente y le salvaron unos arbustos. Me dijo que había un muy buen mecánico en Midleton. Estuvimos charlando un rato y nos despedimos deseándonos buen día.
Al poco de salir del pueblo me encontré detrás de un tractor con un remolque lleno de patatas, tan lleno que de vez en cuando con los pocos baches de la carretera, salía una patata disparada… Guardé distancia prudente hasta que lo pude adelantar. Al siguiente cruce me dí cuenta que no estaba yendo por el buen camino, así que giré en otra carretera que indicaba el pueblo donde había repostado… Una carretera con vistas muy bonitas.
El cielo se estaba nublando bastante e incluso cayeron un par de gotas. Al final llegué a un cruce con una carretera en mucho mejor estado que indicaba a la derecha Knockadoon. El ultimo «pueblo» costero hasta volver a la carretera general. Llegué a un pequeño puerto con una especie de campamento de unos dominicanos. De allí salía un paseo por arriba de los acantilados. No había nadie. Solo gaviotas ruidosas. Me senté en un banco frente al mar al principio del paseo para comer mis patatas y tomarme la coca cola. La luz estaba otra vez muy difícil para las fotos, pero la vista seguía muy bonita para los ojos. Y otra vez, solo el sonido de las olas en las rocas, la mar estaba muy tranquila.
Después de un buen rato volví a la moto y emprendí el camino de vuelta. La carretera estaba en mejor estado y fui directo hasta Youghal donde recuperé la carretera general de vuelta a casa. Llegué a las 16h, un poco cansada pero muy contenta.
Me gustó mucho la salida sin rumbo fijo, perdiéndome varias veces pero sin que importara.
Y siempre me encanta cuando te encuentras con un señor mayor que te cuenta que también tuvo moto y siempre tuvo un accidente: aunque éste se había salvado con arbustos, otros te hacen una lista de todos los huesos que se rompieron. Esto nos pasaba en España y ahora también en Irlanda 😉 .
No salgo sola a menudo y eché de menos compartir mis “aventuras”, pero me lo pasé muy bien. Espero que tarde el mal tiempo en llegar y que podamos hacer alguna salida más antes de que llegue el invierno.
V’s
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